jueves, 14 de febrero de 2019

Un Extraño Más

Sé que la historia había quedado, de alguna forma, inconclusa.
Así que acá les comparto la tercera y última parte, una carta al querido Extraño y le doy fin a esta historia.

Miles de veces esperé a que notaras que todo eso que siempre buscabas y que tanto anhelabas lo tenías en mí.
Miles de veces soñé despierta con la posibilidad de que me quisieras como yo a vos.
Miles de noches lloré sin poder dormir y sin poder entender por qué, a pesar de ser perfectos el uno para el otro, nunca podíamos siquiera intentar darnos esa oportunidad.
Miles de veces me pregunté qué era lo que me faltaba, qué era lo que aún necesitaba ser o hacer para que vos decidieras al fin quererme.
Me preguntaba mientras veía películas infestadas de clichés que, seamos honestos, no se cumplen jamás.
Me preguntaba mientras escuchaba historias románticas llenas de maravillosas hazañas y asombrosos gestos...

¿Qué estaba haciendo mal?
¿Por qué necesitaba tanto que me quisieras?
¿Qué me faltaba?

No poder mantener mi mente tranquila, de hecho, ayudó a darme cuenta un día que sí me faltaba algo muy importante.
Me faltaba amor, pero no un amor cualquiera. Me faltaba un amor incondicional, un amor verdadero, un amor profundo. Ya sabés, ese tipo de amor que conoce y acepta defectos, que perdona errores, que ve siempre una oportunidad de crecimiento.

Me faltaba un amor que vos jamás ibas a poder darme. Me faltaba amor propio.

Y no te voy a mentir, no fue fácil saber amarme de esa forma, pero no fue imposible.

Poco a poco me di cuenta que sin vos vivo bien, que el que vos me querrás ya no es prioridad en mi vida, que mi única prioridad he sido yo y lo que es mejor para mí.
Lástima que vos nunca fuiste y nunca vas a ser lo mejor para mí.

Muchas veces me recuerdo de todo el proceso que me ha llevado a ser quién soy y a amarme como tal y del cual, querrás o no, sos una gran parte y no puedo evitar darme cuenta que ya no espero nada de vos, ya no espero que me querrás, ni siquera espero que me hablés. Ya no espero a alguien como vos tampoco.
Y es que, aunque suene a que estoy dolida ahorita, la verdad es que quiero en mi vida a alguien que sepa tenerse ese mismo amor que yo ahora me tengo.

No sé dónde estará esa persona, cómo se llamará, ni cómo se verá pero sí sé que será alguien que, gracias a su amor propio, sí sabrá decir y decidir con firmeza qué quiere realmente en su vida.

Por ahora, a vos te deseo siempre lo mejor porque sé que lo mereces. No te deseo únicamente que alguien más llegue a quererte como yo lo hice, te deseo principalmente, que lo hagas primero vos.

Y con esto, regresás a ser solo un extraño más.

---

Hasta la próxima, my darlings!

Joyce, la amargada. 🤘😎