jueves, 31 de agosto de 2017

¿Sola?

10:30 a.m.
Hoy desperté con algo que solo puedo describir como un vacío en el corazón. No podía entender exactamente de dónde el vacío y por qué. Hasta que pudiendo platicar con mi amiga del alma, Mayvis, pude expresar finalmente que me siento al borde de una crisis nerviosa y, no solo eso, también me siento extremadamente sola.

Yo sé, suena ridículo que alguien diga que se siente solo cuando tiene una familia amorosa, cuando tiene amigos con quién hablar de lo que siente, cuando tiene compañeros de trabajo increíbles con quienes reír todo el día… Pero, el sentirse solo aún en esas circunstancias es posible.

En inglés es más fácil hacer la distinción.
“Being alone” es el hecho de estar completamente solo, mientras “feeling lonely” es ese sentimiento feo de estar rodeado de gente hermosa y sentirse totalmente solo.
Así que hoy puedo decir que “I’m not alone, I just feel lonely”.

12:00 p.m.
En fin, a estas alturas del día sigo echándole la culpa a tantos sentimientos que he tenido durante los últimos días, los cuales creo que me tienen al borde de la crisis nerviosa, y también lo veo como residuos o restos aún de lidiar con depresión por tanto tiempo.
Me siento muy sola.
Debo decirles que me está costando un poco expresar bien todo este sentimiento de soledad, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo.

3:00 p.m.
Sé que no soy la única. No espero que todos entiendan, pero sí sé que hay quienes viven lo mismo, a veces más seguido que yo.
Sé que nuestra motivación es más grande y más fuerte que ese vacío en el corazón que quiere ganarnos la batalla día a día.

4:00 p.m.
Ya pasaron varias horas y aunque estoy más tranquila, pude notar que el sentimiento de soledad me da exactamente antes de que algo muy bueno suceda en mi vida. Mi vulnerabilidad, entonces, tal vez viene por el obstáculo que estoy tratando de superar, la adversidad que intento superar y por eso mismo me siento sola, porque es una prueba que solo yo debo pasar.  ¿Es posible?

5:00 p.m.
Todo está bien. Sé que debo ser fuerte y saber enfrentar mis obstáculos yo sola. Sé que ninguna situación, por mala que sea, dura para siempre. Sé que no estoy sola realmente, que todas esas personas que me quieren y me apoyan siempre estarán para mí.
Todo está bien.

Joyce, la amargada. 😎✌

viernes, 25 de agosto de 2017

La Tolerancia

Y bueno, me he aguantado o resistido a tocar este tema por algún tiempo, por ser tolerante y por no herir susceptibilidades. O tal vez porque siento que no soy quién para hablarlo. Sin embargo, no puedo dejar de expresar una postura.

Cuando no era creyente, me burlaba de la gente, me burlaba de sus creencias o falta de, me importaba poco la opinión de los demás pero exigía que se respetara mi derecho a creer o no creer. Exigía una tolerancia que yo no era capaz de dar.
Me ha costado admitirlo, pero me doy cuenta de lo insoportable que era antes con esa mi actitud de "me vale verga" (perdón el francés) ante todo este tema y si ofendí a alguien cuando era así, perdón.

Por muchas vueltas de la vida, principalmente porque yo lo necesitaba, regresé a mi hogar espiritual y eso me da paz, me calma el alma y vivo con el corazón lleno. No puedo decirles que ha sido fácil, al contrario, me ha costado mucho. Ha requerido mucha constancia, mucha perseverancia, mucha paciencia hacia mí misma, mucho aprendizaje y, créanme, yo sé que estoy muy lejos de ser un ejemplo o algo por el estilo, todavía me falta mucho por recorrer. Pero sí soy feliz.

En ese momento, recordé a todas las personas que me dejaron y que se alejaron de mí por mi falta de creencia o estructura espiritual pero recordé más a quienes supieron darme mi espacio y nunca me dejaron, a aquellos que me tuvieron paciencia y me acompañaron en mi proceso de conversión.

Y entonces, prometí ser tolerante ante los demás.

Es por esto que creo que los ataques por preferencias religiosas están muy de más.

Decidí expresarlo porque no me parece coherente que entre todos mis contactos adultos y lograditos, con capacidad intelectual, todavía hay quienes necesitan atacar y tratar de ignorantes y conformistas a quienes sí tenemos una creencia religiosa o que deciden jugar a ser Dios y juzgar a todos por sus acciones y errores, todavía hay quienes necesitan convencer y casi obligar a los demás a que piensen como ellos, todavía hay quienes recurren a insultos para hacer su ateísmo o religión valer, todavía hay quienes ven mis publicaciones (o las de alguien más) orientadas a Dios y responden con una carita triste, enojada o de burla.

Antes de que me aleguen, yo sé que no son todos, chill.

No podemos conocer las experiencias e historias de vida de los demás como para juzgar sus procesos de conversión o sus cambios de corazón en cuanto a estos temas.
No es coherente que queramos que se respete lo que publicamos o expresamos cuando nosotros no lo hacemos, ¿cierto?

Muchá, si piden tolerancia, practíquenla.
Que si hay religiosos que no son tolerantes, ¿eso significa que ustedes no pueden dar el primer paso o el ejemplo para serlo? ¿O viceversa?
Que si alguien no es perfecto como debería serlo por su fe, ¿qué, no somos todos humanos? ¿no todos cometemos errores?

Más que nada, el tema principal aquí es tolerancia, tolerancia real.
Ya basta a los ataques entre todos.

Seamos más capaces de comprender a los demás antes de atacar, antes de criticar, antes de burlarnos. Respetemos los procesos de cada uno en esta vida, porque si algo es seguro, es que nuestro paso acá no es fácil y poniéndonos todos en contra, es más complicado. Aprendamos que esto no es competencia, que cada quien va a su ritmo.

Es necesario hacer constar que hay muchísimas personas que no comparten mi fe y mis creencias pero saben guardar su distancia, respetan y evitan entrar en discusión. Ya saben, sí son tolerantes.

Obvio, todo esto aplica a muchísimas cosas más de nuestras vidas: posiciones políticas, gustos musicales, posturas sociales, etc.


*En serio, mi fin no es ofender a nadie, solo expresarme. 




Joyce, la amargada. 😎

miércoles, 23 de agosto de 2017

Respirar

No todos los días son fáciles.

Algunos días nos encuentran más sensibles, más expuestos, más vulnerables.

A veces, nuestros miedos nos ganan y nuestras frustraciones parecen ser más fuertes.

De repente nos encontramos con las sombras de los errores que hemos cometido, de las palabras que nunca dijimos o de las palabras que dijimos de más.

Hay días en los que queremos dejar todo, darnos por vencidos y ya.

Es totalmente normal, somos humanos, imperfectos.

Y muchas veces, todo lo que pasa a nuestro al rededor no ayuda.

Muchas veces sentimos que todos los problemas se juntan y que no tienen solución.

No, no todos los días es fácil levantarse y vivir.

Hay días que pesan en el corazón y son oscuros para el alma.

Pero... estos días también terminan.

Y de repente nuestros sueños empujan a nuestras frustraciones a un lado.

Nuestra fuerza de voluntad se vuelve mucho más grande que nuestros miedos.

Y nuestro deseo de sobrevivir a nosotros mismos es mucho más importante que los errores que pudimos haber cometido y que ya no podemos cambiar.

Nos desenfocamos de todos nuestros problemas y podemos ver que hay esperanza, que hay más soluciones a nuestro alcance de las que imaginábamos.

Levantamos nuestra mirada a las posibilidades y vemos que siempre hay personas dispuestas a darnos una mano, a hacernos reír o a acompañarnos.

Y en ese instante en el que decidimos levantarnos de la oscuridad y perseguir nuestra felicidad, recordamos que estamos ganando nuestras batallas y nos sentimos invencibles.

Como decía, es normal tener días difíciles.

Y cuando no dejamos que estos días nos ganen la batalla, tienen una función primordial.

Estos días nos dejan tomar un aire. Respirar.

Respirar para seguir con toda nuestra determinación en el camino que aún nos falta.

Respirar para ver con claridad a dónde queremos llegar.

Respirar para dejar ir lo que no nos deja avanzar y tomar lo que nos hace crecer.

Solo respirar. 

jueves, 10 de agosto de 2017

Siempre se agradecen sus comentarios

Hoy me desperté gracias a un calambre en la pierna, nada divertido déjenme decirles, y el grito que di alarmó a mi mamá a esa hora aún oscura en nuestro humilde hogar. Apenas se me estaba pasando el calambre cuando escuché a un zancudo dando vueltas alrededor mío y, sin sorpresa alguna, noté que ya tenía tres picaduras juntitas en el brazo. Genial inicio del día, ¿no?

De acuerdo a mi nueva actitud hacia la vida, decidí que no iba a dejar que eso me bajara el ánimo tan temprano, así que decidí usar zapatos cómodos, echarme un poco de Vick's VapoRub en las picaduras de zancudo y me preparé para enfrentar el día con una sonrisa.

El plan funcionó y mi día fue excelente, con la gente que quiero y que es importante para mí, con el trabajo que me encanta aunque haya estrés de vez en cuando.

Y entonces, recibí algo que no esperaba, algo que terminó de alegrarme el día y me hizo reflexionar un poco sobre todo lo que escribo en este blog. He tenido la confianza de contarles muchas cosas, algunas dolorosas, algunas graciosas pero todas muy reales.

Pero el punto de esta entrada, es compartirles el comentario que recibí sobre el blog hoy, comentario hecho por una persona a quien le tengo mucho cariño.


"He estado leyendo tus publicaciones y casualmente estaba por disfrutar un helado de hielo, debido a estos calores infernales (aunque nadie ha estado en el infierno para calificarlo así), y cuando empiezo a disfrutarlo mi sorpresa fue tal porque pedí un sabor de fresa y me lo dieron con pepita.  Solo de recordarme mi paladar empieza a segregar saliva... 

Pues en ese momento mi paladar mando un mensaje a mi cerebro, esta  acido, debido a la pepita, limón y fresa.  Y me pregunto la diferencia que puede haber entre lo ácido y lo amargo. Me gusta el café negro y sin azúcar, eso sí es amargo.  Y de aquí viene la razón por lo que escribo estas líneas.
Todos los días pasan a nuestro lado muchas personas, que por azares del destino allí están. Todos y todas  tienen su nombre y  van en su mundo, no sabemos que van pensando pero si nos detenemos a verlos su rostro refleja, talvez no lo que son, pero si su estado de ánimo. Y me pregunto, ¿Qué historia encierran? ¿Tendrán algo que contar?

También es válido pensar y casi nadie lo hace es que sabor de boca tendrán, aunque parezca excéntrico pero se vale. En este mundo todos padecemos, al igual a lo ante escrito, de problemas, dificultades y depende de la edad que tengamos de esa forma afrontamos todo. Los problemas nosotros mismos los iniciamos y otros nos los mandan como quien dice toma “la llevas”, recordando la famosa Tenta que se jugaba o se juega aun. Cuando llevamos los problemas encima, como una mochila, nos cambia hasta la forma de andar. Pero cuando entramos a trabajar o a un lugar de entretenimiento entendiera que dejamos esa mochila en la puerta seguros que nadie se robará tan mortal bolsa, porque los problemas matan y como dice una necia canción “Despacito”.

Pues esa tremenda giba es la que hace que tengamos un sabor en nuestra vida, amargo a veces. Por eso me llamo la atención el nombre de este diario diariodelaamargada@blogspot.com pero déjame decirte querida internauta que lo amargo también se disfruta, de lo contrario no podríamos distinguir de los demás sabores, como mi helado de paleta de fresa con pepita y limón. (Ya se está derritiendo debido al calor).

A mi corta edad, no es mucha ni bastante pero si corrida, he visto y he saboreado lo amargo que puede ser la vida, siempre he dicho que una manzana la puedes describir depende del ángulo de como la miras y tienes que haberte comido por lo menos una para saber narrar totalmente como es y a que sabe.


En los próximos artículos, si me lo permites contare uno de esos que para mí son sinsabores de la vida. Cosas que a diferencia de ti, no dejan ningún sabor, ni siquiera amargo. Por lo mismo no pueden ser llevados en ningún diario al menos que sea prestado como el tuyo." 
- Jerry Sepúlveda


Como siempre les digo, agradezco sus comentarios, agradezco que se tomen el tiempo de leer todas mis ocurrencias y agradezco a quienes me apoyaron al principio de este blog y lo siguen haciendo. 

Me despido por hoy pidiéndoles que sean felices, que se amen mucho a ustedes mismos y que no olviden que el Vick's VapoRub es mágico. 

Joyce, la amargada. 😎✌

viernes, 4 de agosto de 2017

El Extraño: Segunda Parte

Y bueno, les sigo contando...

Nos quedamos en que decidí que salir con el extraño tal vez no era mala idea y ese día fui recibida no solo por millones de mariposas en el estómago, sino con esa forma tan particular que tiene él de verme.

Pues, luego de esa primera vez en que decidimos vernos, él dejó de ser un extraño para mí y se convirtió en una de las personas en quien más confiaba, yo podía hablar con él de cualquier cosa, fuera importante o fuera un tontería y él siempre me escuchaba, siempre me apoyaba, siempre me aconsejaba y también me hacía saber cuando no estaba de acuerdo conmigo. Él, en poco tiempo, era a quien acudía y con quien podía ser yo misma sin miedo a ser rechazada o a que me viera "rara", aunque estoy segura que muchas veces lo hizo.

Las mariposas que sentía en el estómago poco a poco fueron reemplazadas por una sensación de paz y de calma increíble.

Yo, en serio, no quería emocionarme, sabía que por la naturaleza de toda nuestra interacción, todo podía acabar en cualquier momento y que terminaría sintiéndome como una gran pendeja, como normalmente me pasa... Pero lo miraba y sentía que había una chispa, un "algo" y entonces permití que dentro de mí se albergara una pequeña esperanza de que algún día tendríamos algo más serio.

Por diferentes cosas de la vida (viajes, trabajo, familia, etc), nos distanciamos por un tiempo y yo sabía que mi cuento de hadas se había terminado. Pasaron meses y yo no supe nada de él.

Un día me lo encontré en una fiesta y pasaron dos cosas que me hicieron ver que ya nada era como antes: 1) él ya no me veía igual, la chispa ya no estaba. 2) ya no había sensación de paz y calma, las mariposas en el estómago habían vuelto.

Yo sé, muchos pensarán y dirán que las mariposas son geniales y etc, pero no lo son porque no hay tranquilidad, no hay paz, ganan los nervios y la torpeza y pues, así no se puede (esta hermosa aclaración sobre las mariposas llegó a mí gracias a mi amigo Beto y prometo que ya les compartiré en mi página de Facebook o acá toda la teoría de las mariposas en el estómago).

En fin, nos seguimos topando en diferentes eventos y cada día descubríamos más y más amigos en común, y les prometo, ni siquiera se nos había ocurrido hacer la "comparación" para ver a qué gente conocíamos y etc.

Algún día pudimos hablar de qué pasaba con nosotros y al estar totalmente conscientes de que la emoción que sentíamos al principio ya no existía, decidimos que ser buenos amigos era lo mejor y por mucho tiempo, así fue.

Nos encontrábamos en fiestas, hablábamos de cualquier cosa y todo era cool, todo era bonito, todo era seguro. No habían mariposas en el estómago pero tampoco había una confianza total, era un punto medio muy cómodo.

Hasta que un día, nos sorprendimos viéndonos y hablándonos como lo hicimos esa primera vez en aquella discoteca. Y sí, todo se fue a la mierda. Porque esta segunda vez yo sí me la creí más de lo que debía... él jamás. Entonces luego siempre no. Y luego que mejor sí. Pero luego otra vez no. Y así pasó muchas veces.

Muchos de mis amigos saben que hasta lo comparé con Mr. Big, por esa forma de aparecer y desaparecer de mi vida como si nada, como si Juan por su casa y esa forma tan estúpida mía de permitírselo siempre.

No necesitan decírmelo, yo sé que en el fondo yo siempre esperé que alguna de esas veces en que aparecía de nuevo fuera el "hoy sí" para nosotros pero siempre me encontraba buscando cómo lidiar con que desapareciera de nuevo, con un silencio extraño y, hasta cierto punto, con el ghosting que me hacía.

Intentaba con todas mis fuerzas ya no darle importancia, dejar que se quedara lejos de mi vida, poder tener la fuerza de decir "vos, ya no" pero nunca podía. Literalmente estaba en la palma de su mano.

Muchos me preguntan en qué terminó la historia y a muchos les digo muy tranquilamente "nada, termina en yo por mi lado y él por el suyo" y a otros, no puedo evitar contestarles "todavía no sé"... Sí, sigo siendo pendeja, sigo teniendo a veces la pequeña esperanza, sigo sintiendo paz cuando lo veo (a veces).

Por ahora, puedo decirles que mientras buscaba cómo escribir esta segunda y última parte, comprendí que esta historia ya necesita tener un final, que yo estoy trabajando en ser un tipo de persona totalmente diferente y no puedo seguir arrastrando algo que nunca lleva a ningún lado...

Ya es hora de superar y seguir adelante.