lunes, 21 de diciembre de 2015

Síndrome de Enamoramiento Prematuro (SEP)

Hola, soy Joyce y sufro de Síndrome de Enamoramiento Prematuro (SEP).

Puedo afirmar que siempre he sido así y que nunca he estado enamorada realmente.
(Lo siento, ex novios)

Empecé a pensar en esto hace unos meses gracias a que alguien salió de mi vida sin que yo lo esperara... Verán, yo pensaba que tal vez con este individuo podría tener algún tipo de relación seria y no fue así.
Al principio yo estaba segura que estaba enamorada de él y por eso no entendía por qué él no sentía o pensaba lo mismo. Pero resulta que el "enamoramiento" me duró un par de semanas más únicamente...

Obviamente NO estaba enamorada y pensando en mis experiencias pasadas, parecidas a esta que les cuento, llegué a la conclusión que sufro del SEP.


¿Qué sucede cuando se padece del SEP?


El primer síntoma de este síndrome se llama "negación".
Se presenta en cuanto sabemos en nuestro corazón y en nuestra razón que la persona que nos gusta o nos interesa no es adecuada para nosotros. Pero ahí vamos puros idiotas queriendo buscar algo donde sabemos que no existe.
*Muchas veces sí hay un gusto mutuo pero hablar de "enamorarse" ya es palabra mayor.


Luego viene la "justificación".
Empezamos a justificar esas faltas de compatibilidad o los errores que la otra persona comete (incluso los propios) porque estamos impresionados, encantados, "enamorados" de ella.

Seguimos con el "golpe contra el muro".
Ese momento donde vemos que realmente no hay nada, puede que haya gusto mutuo como dije antes, pero no pasa de ahí. No hay intención de buscar una relación seria. No hay rastros de enamoramiento alguno. Despertamos de este falso enamoramiento que tenemos y pensamos que estamos destruidos, devastados y que nunca vamos a volver a querer.

Finalmente, llega la "aceptación".
Nos damos cuenta que i queríamos a la persona de la forma que imaginábamos, en primer lugar. Hasta risa nos da lo intensos que pudimos estar por algo que ni sentíamos.

¿Por qué se presenta el SEP?

No quiero culpar a nadie, en serio, pero algunos vivimos con presiones de "¿Y cuándo te vas a casar?" "¿Por qué seguís soltera?".
Otros crecimos siendo románticos empedernidos y esperamos un final feliz, típico de cuento de hadas o de novela de Jane Austen en cada historia que vivimos.
Pero estoy convencida que, realmente, somos medio brutos que no sabemos poner cada cosa en su lugar.
Sí, admito con todo el corazón que he sido RE bruta. Y muchas veces.

¿Cómo evitar el SEP?

Como decía anteriormente, creo que lo más importante es saber poner cada cosa en su lugar, entender que cuando nos gusta platicar con alguien, no estamos enamorados. Muchas veces sentirnos comprendidos, escuchados y apoyados por alguien nos chinga el cerebro y ya pensamos que estamos enamorados o que podríamos llegar a estarlo.

Como también dije, puede que sí exista un gusto mutuo, pero no nos adelantemos a los hechos, no pensemos en los nombres de los cinco hijos que queremos si no ha terminado ni la tercera cita todavía.

Otras veces, un buen polvo se confunde con enamoramiento. Este es el peor de todos, en mi opinión. Sucede que algunos buscan un buen "fuckbuddy" que le mantenga alegre la vida pero la otra persona piensa que son novios y que están enamorados. Complicado.

Es por esto que también considero fundamental el hablar claro, directo y con total honestidad desde un principio, dejar las cartas sobre la mesa, definir las posiciones que cada uno está dispuesto a asumir.

Por último, si usted conoce a alguien que pueda padecer de SEP, no sea hijo de puta de estarle endulzando el oído por gusto. Sí, puede ser que el enamoramiento no sea real y se le pase. Pero sigue siendo injusto.









martes, 8 de diciembre de 2015

Heridas al Autoestima

Es la primera vez que hablo extensamente sobre esto y que lo hago públicamente, pero aquí vamos...

Era el 2001.
Una Joyce de 13 años buscaba ser aceptada en el nuevo colegio donde estudiaba... No era fácil ser la nueva, iniciando secundaria, a media pubertad... todo junto era una pesadilla épica.

Me gusta pensar que siempre fui una persona segura de mí misma pero resulta que eso no era así.

Tomó solo un pequeño comentario junto con la mirada más odiosa y la risa más burlona para desequilibrarme el mundo... "Sos muy gorda para encajar con nosotros" dijo ella, nunca he olvidado las palabras. (Vale mencionar que en esos tiempos yo pesaba apenas 110 libras)

Ese comentario me quitaba el sueño, no me dejaba poner atención porque todo lo que hacía era ver qué hacían ellas, las niñas "perfectas" de la clase, sentía la presión por ser como ellas para poder ser alguien. Yo sé, es una ridiculez y lo sé ahora, pero a mis 13 años, eso era demasiado importante para mí.

Noté, entonces, que las niñas perfectas no comían en todo el día o tenían solo alimentos light... Nunca iba a lograr que mi mamá comprara comida light para su única hija en plena etapa de desarrollo y crecimiento (y más que nada, porque no la necesitaba), así que opté por lo que, según yo, era lo más fácil. Dejé de comer.

Al principio era muy difícil, no podía aguantar el hambre y terminaba comiendo eventualmente. Me frustraba, me enojaba y lloraba histéricamente por ver que mi plan no estaba funcionando.

Pero el cuerpo humano es muy curioso y se va acostumbrando aun cuando lo maltratamos, así que poco a poco empecé a comer menos y menos.
No tienen idea de cuánta comida escondí de mi familia, cuánta comida regalé y, lo peor, cuánta comida tiré.

Para la mitad de ese año, mis uniformes ya no me quedaban y mis suéteres se veían flojísimos, siempre di como excusa que me gustaba usar así la ropa, pero amaba lo rápido que estaba bajando de peso.

Una noche, desperté con un dolor inusual en el pecho y estaba segura que me estaba muriendo.
El doctor me diagnosticó una esofagitis, me recomendó que me fijara horarios estrictos de comida para no perderme ninguna y no empeorar mi condición. Me recetó unas pastillas que debía tomar 15 minutos antes de cada comida. Y fue ahí donde llegué a mi punto más bajo... Descubrí que las pastillas me quitaban el hambre (no, no les voy a decir cuáles son) y llegué a tomarme hasta 6 - 7 al día.

Dejar de comer era más fácil porque las pastillas ayudaban a que no sufriera hambre y entonces empecé a bajar aun más peso.
Pero al mismo tiempo, sentía cómo mis piernas ya no me podían soportar como antes, realizar cualquier actividad física exigía demasiado de mí y no aguantaba.
Noté que ni mi pelo, ni mis ojos brillaban ya.
Sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, sabía que me podía morir... pero no podía parar.

Para finales de ese año, estaba tan débil que solo podía dormir, el colegio ya había terminado y yo nunca había sido lo suficientemente buena para las niñas "perfectas". Sabía que me estaba matando lentamente por nada y que no valía la pena.

Y entonces, llegó el día... me desmayé enfrente de toda mi familia porque mi cuerpo ya no se podía sostener de lo débil que estaba. Pensé que al fin me había muerto.

Pero cuando desperté, reaccioné.
Sabía que no iba a ser fácil, pero que tenía que comer, recuperarme y, principalmente, cuidar esa esofagitis.

15 años después, yo sigo viviendo con la esofagitis y las pequeñas consecuencias de ese error tan grande, de esa decisión tan estúpida y de esa falta de carácter y personalidad.

Sí, me arrepiento pero mejor me enfoco en lo que aprendí de todo el asunto: NADIE en esta puta vida me va a decir si soy suficiente o no. Porque sé que lo soy.

No soy perfecta pero soy feliz como soy (o al menos intento serlo) y aunque tengo mis episodios donde lo negativo de mí gana, lucho cada día por superarlo, aceptarme tal cual soy y buscar lo mejor para mí.

Termino con algunas imágenes, muy fuertes, para que pensemos todos en las consecuencias de no amarnos cómo somos. Nadie debería verse así, jamás.




lunes, 26 de octubre de 2015

Sobre el Luto

Mucho se puede decir de cómo se debe vivir o representar el luto, y sabemos que hay muchas formas de mostrarlo y estas dependen de nuestro entorno social y religioso.

Durante la Edad Media y el Renacimiento las mujeres usaban sombrero y velo negros y las viudas en específico, vestían de negro para el resto de su vida.

En el Reino Unido existían reglas muy estrictas, especialmente para las mujeres, que incluían desde sombreros, abrigos e incluso joyas hasta el comportamiento en general. Estas reglas y tradiciones han perdido fuerza en las últimas décadas (menos mal).

En Camboya, al contrario, se celebra la partida de un ser querido con una gran fiesta donde se quema dinero falso y se arrojan talismanes al fallecido.

En Etiopía existe una organización (iddir) en la que todos se brindan apoyo mutuo para sobresalir y superar la pérdida de un ser querido.

En la actualidad sabemos que sigue siendo costumbre asistir a servicios funerarios y sepelios con ropa negra (formal, preferentemente), y los más allegados a la persona fallecida siguen usando ropa negra por algún tiempo, algunos dicen que debe ser un año, otros solo una semana.

Y así, existen muchísimas prácticas más para expresar luto, como lo son las prácticas judías (Shiv'ah), prácticas católicas (Misas), etc.

Pero, ¿qué significa estar de luto?
¿El luto se reduce solo a apariencias?
¿Si ya no me visto de negro ya no me duele una pérdida?

Todos expresamos nuestro luto y nuestro dolor de muchísimas formas y, es posible, que nunca entendamos completamente cómo se siente alguien cuando pierde a un ser querido, pero lo que sí es seguro es que es un proceso que puede llevar días, meses o hasta años.

Algunos se encierran, otros salen a tomar, algunos otros sienten una transformación espiritual (siempre me han parecido terribles esas opciones)...


Yo, me enojo.
Grito.
Me aíslo emocionalmente.
Y sí, obviamente, a alguien le ha de parecer terrible esta opción.
Pero me enoja saber que alguien a quién quiero ya no está, que ya no puedo volver a hablarle o demostrarle mi cariño.
Luego me culpo porque nunca sé si mis muestras de afecto fueron suficientes.
Luego me enojo con los demás, por millones de razones.



No espero que los demás entiendan, creo que es muy complicado. Pero sí aprecio a quienes tienen la paciencia de aguantarme cuando estoy así.

Hoy escribo todo esto, porque es una de mis formas de hacer catarsis, de desahogarme y de, según yo, evitar que este enojo me coma viva.

Sé que este enojo va a pasar, pero no sé cuándo...


martes, 6 de octubre de 2015

¿De dónde vienen las decepciones amorosas?

Estos últimos días se han caracterizado por algo en especial: veo a muchas personas valiosas y absolutamente geniales sufriendo por gente que no las valora.

He tenido mi ración de decepciones causadas por gente que no sabe valorar cuando se les quiere.
He tenido mi ración de no saber valorar a gente que me quiere.
He tenido mi ración de casos fuera de mi persona con las mismas características.
Obviamente, nada de esto me hace una experta, pero sí me ha llevado a las siguientes conclusiones.

1.
A veces nos dejamos llevar por la "emoción" de convivir con alguien con quien congeniamos y lo confundimos con algo que no existe. Esperamos de las personas más de lo que nos demuestran.
Y es aquí donde recuerdo la frase de una película "si alguien quiere estar contigo, hará lo posible porque así sea, lo expresará de distintas formas". Jugar a que le adivinamos el pensamiento a los demás nunca lleva a nada bueno.
Y pienso, después de miles de veces de haber hecho esto, que lo mejor debe ser no estresarse por lo que pueda pasar, lo que pueda llegar a ser y solo vivir en el momento para evitarnos decepciones futuras (creadas mayormente por ideas falsas de nuestra mente). Y esto me lleva al siguiente punto...

2.
Como muchos que me conocen ya saben, sufro del Síndrome de Enamoramiento Prematuro (SEP), el cual hace que yo sienta que ya me estoy enamorando de alguien cuando no es así. A veces, incluso, siento mariposas fantasmas en el estómago. Y a la fecha, puedo estar segura que nunca me he enamorado totalmente, todo culpa del SEP.
Creo que el SEP también es uno de los factores más grandes que genera decepción amorosa en las personas, nos decepcionamos, no de la gente, sino de lo que imaginábamos que eran.
Y no, no soy la única que sufre del SEP.

3.
Muchas personas pueden, de verdad, querernos tanto como nosotros a ellas pero, aunque no lo aceptemos como una excusa, el tiempo no es el correcto. Muchas veces pensé que eso del tiempo era solo una mentira que nos decíamos para hacernos sentir mejor. Pero la realidad es que las situaciones que nos rodean sí pueden afectar el rumbo de una relación.
Esto no significa que querramos menos alguien o que no nos interese. La mayoría de veces significa que tenemos otra lista de prioridades.
Al final de cuentas, no solo de amor vive el hombre.

4.
A veces los tiempos y las circunstancias externas son correctas y adecuadas, existe atracción pero no existe conexión.
Nos gusta alguien y sabemos que es mutuo pero no hay nada más que eso, al llegar a conocer a esa persona, nos damos cuenta que sus valores, sus ideales y su estilo de vida en general no combina con el nuestro y el interés se pierde inmediatamente. Obvio, sí tengo un caso así y platicaremos de eso otro día, pero ¿se imaginan si mi SEP me hubiera tenido creyendo que estaba enamorada de alguien que, fuera de la atracción física, tal vez nunca me hubiera agradado como ser humano?
Pero tengo amigos y amigas que me han contado sobre estos casos, en los cuales no se puede esperar a que se llegue a una relación que sea más que física.

5.
Existen, más que nada, los casos en los que las personas involucradas en la relación no quieren lo mismo pero nunca hablan al respecto.
Normalmente, ella quiere una relación formal, mariposas en el estómago y una historia digna de novela de Jane Austen, mientras él solo quiere divertirse un rato.
Por supuesto que también pasa al revés.
A veces es incómodo y hay personas que se ofenden o se sienten atacados (JAJAJA) pero considero que lo mejor siempre es dejar las cosas claras desde el principio: "me gustás", "no busco nada serio", "no sos mi tipo", "quiero algo más que una amistad", "gracias, pero yo no quiero", etc...
Y sí creo firmemente que quienes no saben decir las cosas claras desde el principio tienen un lugar muy especial en el infierno.

Luego de estas conclusiones, llego a la más importante: veamos siempre el lado amable de la vida, el vaso medio lleno, el arcoiris al final del camino, etc.
Muchas personas entran y salen de nuestra vida, algo aprendemos de todas, y aunque la sociedad o uno mismo presione por tener o no una pareja, lo más importante es estar bien con uno mismo, amarse a uno mismo y todo eso.
*No soy experta en esto último, pero al menos intento todos los días.

Disclaimer: Si usted es de las personas que mencioné al principio, prometo que no la estoy atacando, solo la estoy invitando a que se sacuda el mal sentimiento de alguien que no supo comunicarse correctamente.

lunes, 7 de septiembre de 2015

El que tal vez sí era

Hoy me recuerdo de alguien que, con el paso del tiempo, he logrado ver que es alguien muy especial y que siempre tendrá un lugar en mi vida. Pues hoy me lo topé en una de mis redes sociales.
Recordé cómo hace tiempo yo lo negué y juré que él definitivamente no era opción para mí, que estaba loco y eso no me gustaba ni me convenía... Aunque ahora me doy cuenta que no estoy tan lejos de esa locura.
Sentí un pequeño dolor en el centro de mi pecho, como si él hubiera significado más de lo que me permito admitir. Pero he seguido negándolo todo, diciéndome que no me importa en absoluto lo que pase con él y su vida. Sin embargo, sigo sin poder explicarme ese pequeño miedo que sentí al hacer clic en su perfil.

Las cosas fueron así.
Lo conocí como a cualquier persona, gracias a amigos en común, en algún lugar que ya ni recuerdo. El "clic" fue inmediato y el tiempo voló mientras intentamos conocernos lo más posible. El siguiente paso lógico fue intercambiar números y, mueran de la risa, direcciones de correo para poder hablar en MSN. Hablábamos casi todos los días y todo era bastante increíble, tomando cada día más forma a relación seria y estable.
Yo era muy feliz, estaba con alguien que me atraía física, emocional e intelectualmente, que se preocupaba lo suficiente por mí, que tenía los mejores detalles del mundo conmigo, que me presumía en sus conciertos y con sus amigos y muchísimas cosas más.

¿Y qué hice yo?
Cagarme en todo, obviamente.

Todo era perfecto y soñado, hasta que él me pidió que le prestara un poco más de atención. Verán, en mi mente, eso significaba menos atención a mis amistades de esa época, lo cual no estaba dispuesta a sacrificar. Pregúntenme cuántos de esos "amigos" si quiera se acuerdan de mí ahora. Exacto, ninguno.
Poco a poco, empecé a sumarle defectos: era muy "intenso", quería una relación muy seria muy rápido, tenía un hijo, etc.

Terminé la relación que nos tomó meses construir diciéndole que todo iba muy rápido para mí, que yo no podía lidiar con que tuviera un hijo de un matrimonio previo (viéndolo bien, eso jamás me importó) y que necesitaba espacio para pensar.
Ugh, hasta asco me doy cuando me acuerdo.

En fin, él insistió un par de veces más, asegurándome que estaba totalmente enamorado de mí y que todo podía tener una solución si yo lo quisiera. Y yo le dije que no.
Me convencí luego que él no sabía tomar decisiones para su vida porque estaba loco.

Ay, el que al cielo escupe....

Años después, él me buscó para decirme que ya me había perdonado por la forma en que lo lastimé. Me di cuenta, ese día, que la loca que no sabe tomar decisiones para su vida era, obviamente, yo.

Hoy que lo vi, sentí entre tristeza y enojo. Enojo conmigo misma, obviamente.
¿Cómo puedo reclamar siempre que ya nadie quiere algo serio y estable si cuando lo tuve lo desperdicié de esa forma?

No sé, sinceramente, qué será de su vida pero imagino que debe estar con alguien que sí lo aprecia y sí lo merece.


miércoles, 12 de agosto de 2015

El cortejo en pleno siglo XXI

Les quería contar la historia de un tipo con el que salí que era más "rogado" que yo...

Peeero, me di cuenta que me rodean varios personajes que se comportan de la misma forma. Incluso, hablando con más personas llegamos a la siguiente conclusión: Los hombres ahora buscan ser cortejados y no cortejar.

Como buena amargada que ha perdido la fe en las relaciones estables, veo que todo este fenómeno, lejos de ser sobre igualdad de género, es una táctica más usada para tener menos responsabilidad a la hora de terminar alguna "relación" y empezar otra.


¿Cómo funciona?

Obviamente todo empieza con el flirteo normal que ya todos conocemos, la expectativa, la emoción del "cantineo" y las malditas mariposas en el estómago - mínimo para las mujeres.
Llega un punto en el que es obvio para un hombre cuando alguien está interesada en él y ahí es en donde empieza todo.

Y entonces un día, el tipo se dio cuenta que yo estaba interesada en él, me aseguró que su interés por mí existía y que era real, y enlistó todas sus buenas intenciones conmigo y siempre la promesa de "hagamos que funcione".
Acto seguido, él cambió totalmente: nunca podía hablar, nunca tenía tiempo, cuando al fin podía hablarle era frío, pesado y cortante. Yo pensando en lo que ya habíamos hablado y esperando que todo llevara a una relación normal y decente, lo buscaba, proponía salidas, lo invitaba y a veces, si tenía suerte, obtenía una respuesta.
Poco a poco él desapareció porque yo me aburrí de sentirme como que le estaba rogando que me diera atención.
Al poco tiempo me enteré que él ya andaba con alguien más y que, aparentemente, habían otras decepcionadas de él por los mismos motivos que yo.

Como decía al principio, es algo que le he leído y escuchado a muchísimas mujeres últimamente y que me deja con la duda... ¿Desde cuándo los hombres deben ser los cortejados? ¿Hasta dónde es nuestra responsabilidad o culpa como mujeres? ¿Qué podemos esperar ahora entonces?


**Como siempre, aclaro que esto no sucede con todos los hombres y no es la intención generalizar cuando se sabe que hay, aunque pocas, excepciones al caso. 






miércoles, 15 de julio de 2015

A mi bisabuela...

Si ella pudiera leer esto ahorita, ¿qué no le diría?
Seguramente le repetiría lo mismo que le he dicho siempre, pero agregaría muchas cosas más...

Recuerdo que era mi compañía cuando yo era niña y todavía no había entrado al colegio, ella siempre se rió de mis payasadas y ocurrencias pero, al mismo tiempo, cuidaba que no me pasara nada malo.
Ella me ayudó a aprender a contar hasta 100, aunque mi recuerdo de esto es muy vago.

Desde que tenía 10 años, ella empezó a regalarme cosas que tenía guardadas: anillos, pulceras, collares, joyeros, etc., siempre repitiendo que muy pronto no estaría entre nosotros.
El día de mi Primera Comunión, específicamente, fue la primera vez que lo dijo, me regaló un rosario y yo me reí con ella, sabiendo que nos faltaba mucho por vivir juntas.


Los años siguieron pasando y nuestras conversaciones cada vez se hicieron más escasas hasta llegar a inexistentes. No es que haya dejado de existir el vínculo que siempre nos unió, al contrario, sigue siendo igual de fuerte, pero por su edad, es complicado que escuche cuando se le habla.
Sin embargo, seguimos haciéndonos reír con nuestras ocurrencias.

Hace unos meses cumplió 100 años y entonces empecé a ver en retrospectiva todo lo que sabía de ella por sus historias, sus fotos, etc.
No me di cuenta a qué hora su cabecita se llenó de canas y ahora parece una bolita de algodón. No me di cuenta cómo cada día caminaba más lento y ahora necesita ayuda para no caerse. No me di cuenta que cada vez hablaba menos y ahora apenas forma oraciones completas para contarnos sobre cosas que realmente no están sucediendo.
Pero sí me daba cuenta cada día cómo sus ojos seguían brillando igual que siempre al escucharnos hablar, al ver un platillo que le gustaba sobre la mesa, al recibir muestras de cariño.

Ayer ese brillo en sus ojos no estaba, y sentí mucho miedo de perderla, recordé esas palabras que me dijo por primera vez en mi primera comunión y retumbaron en mi mente toda la noche.
Todos sabemos que los viejitos no son eternos, pero no hay nada que lo prepare a uno para verlos apagarse poco a poco.

Solo espero, con todo mi corazón, que ella sepa cuánto la queremos todos y el ejemplo de tolerancia que ha sido en estos últimos años.


viernes, 5 de junio de 2015

Las Zancadillas

Saber exactamente qué se busca o qué se hace en la vida tiende a ser difícil… Sabemos que perseguimos un sueño, aunque a veces no tengamos muy claro cuál es; Sabemos que queremos ser felices, aunque no sepamos qué necesitamos para serlo. 
Todo el camino, por si no es ya lo suficientemente difícil, se complica más cuando nos topamos con algunos tipos de personas, que nos van "metiendo zancadilla". 
Hablemos de un par de ellos.

  1. El Desconfiado. Este tipo es un poco gracioso, ya que se caracteriza por no saber tenerle confianza a las personas que lo rodean, pero que, irónicamente, SÍ cree todo lo negativo, todos los chismes y todo lo que, al final, nos perjudica.
  2. El/La Boca Floja. Estos son los que no saben controlar lo que dicen, hablando de todos con todos, sin saber si lo que dicen es cierto o no. Su necesidad de hablar de los demás siempre es más fuerte.
  3. El Amigo Falso. Prometen y juran amistad y comprensión incondicional, pero a la primera oportunidad, buscan cómo hacerte mierda. (Estos son los peores, en mi opinión). 
  4. El Villano. Este personaje no tiene un sentido de humanidad realmente, buscar afectar a quién pueda sin razón alguna, más que alimentar su ego y sentirse, de alguna forma, más poderoso. 
  5. El conveniente. Sabemos que cada vez que nos buscan es porque necesitan algo y luego de obtenerlo, desaparecen de nuevo. 
  6. Uno Mismo. ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos que no podemos hacer algo, que nuestros sueños son muy grandes, que nuestras metas son imposibles de alcanzar, que nuestro valor es menor al de los demás? 

Cada uno de estos tipos, no nos impiden vivir exactamente, pero nos hacen la existencia un poco más difícil. Sin embargo, son necesarios para crearnos carácter, para que evaluemos cuánto realmente vamos a permitir que nos afecte la opinión de alguien más, para reconocer a las amistades verdaderas basándonos en sus acciones y actitudes, pero más que nada, a no perder la fe en nosotros mismos, a mejorar nuestra opinión de nosotros, nuestros sueños y nuestras metas. 

martes, 19 de mayo de 2015

Manipulación Psicológica

La manipulación psicológica parece ser una de las tácticas más utilizadas últimamente por muchas personas.
Empiezo a pensar en esto, mientras veo un programa en el que alguien se toma un puño de pastillas para recuperar la atención de una mujer que, realmente, nunca lo quiso.
Me pregunto, entonces, ¿por qué recurren a esto?

Obvio, tengo una historia al respecto.

Hace tiempo existió esa persona que a pesar de ser, aparentemente, una buena persona, no era lo que yo quería. Simplemente, él y yo no íbamos a llegar a ningún lado por muchísimas razones (su "mamitas aguda" era una de las razones, pero otro día cubriremos el tema).

Decidí que lo mejor era, entonces, terminar todo y darle vuelta a la página... Poco me imaginaba que la reacción iba a ser tan fuerte, tan absurda y tan disparatada. Aunque al principio pareció tomarlo bien y con calma, cada vez era peor.

Recibía llamadas en las que me insultaba y luego se arrepentía, entonces lloraba. Obvio, dejé de contestar sus llamadas.

Empezó a enviar mensajes pidiendo una "excusa válida". ¿Desde cuándo un "no quiero" no es excusa válida? ¿En serio?

Y, de repente, un día recibí una llamada de un amigo de este personaje, el hombre estaba histérico, que por favor hablara con su amigo porque le había dicho que planeaba quitarse la vida porque estaba muy deprimido. Pues, aunque no le creía totalmente, decidí llamar, y adivinen… Sí, todo lo había inventado para que lo llamara. Luego me dijo que si lo dejaba de verdad iba a atentar contra su vida.

Ay, por favor.

No, nunca le funcionó esa su técnica, con más ganas lo mandé a la mierda.
Hay algo que me molesta mucho sobre este tipo de "amenazas" e intentos de manipulación psicológica y emocional.

Mi comunicación con él se terminó para siempre, menos mal, aunque sí supe alguna vez que seguía haciéndole lo mismo a personas que no querían una relación con él. Muchas cayeron y otras, al igual que yo, supieron huir.

No fue la única vez que me pasó algo así, muchas a personas a lo largo de los años han buscado hacer más o menos lo mismo.

¿Qué, exactamente lleva a alguien a comportarse de tal manera?


jueves, 23 de abril de 2015

Cinco cosas que le diría a mi "YO" de 15 años

Vine al lugar donde celebré mis 15 años y no puedo evitar recordar lo feliz que fui ese día y todas las expectativas que tenía para mi vida a esa edad.

Me gustaría, sin embargo, regresar el tiempo y decirle un par de cosas a esa niña que pensaba que ya había conquistado el mundo.

1. No siempre terminamos con la carrera profesional que imaginamos a los 15 años. Encontrar la carrera perfecta no es fácil y puede llegar a atormentarte, pero al final, todos encontramos la forma de hacer algo que nos gusta y seguir aprendiendo de ello.

2. Las amistades que valen la pena deben mantenerse, no caen del cielo para ser perfectas siempre. No todo el mundo que esté dispuesto a escucharte es un amigo, la mayoría solo quiere saber lo suficiente para difundir rumores. Pero con el tiempo aprendemos a ver quiénes realmente valen la pena y luchamos por mantener a esas personas en nuestras vidas.
Hay personas que no se quedan mucho tiempo, eso no quiere decir que sean malas o que nosotros seamos malas personas tampoco.

3. La familia no es perfecta, pero siempre estará ahí, en las buenas y en las malas. Puede que no todos estén de acuerdo siempre y aunque no sean tan cercanos como esperas, ellos siempre estarán ahí pendientes de ti, de tu bienestar y siendo tu apoyo.

4. No te descuides a ti misma, al final, eres el centro de TU vida. No busques enfermarte más para valorarte. Cuida tu alma y no la vendas por cosas mundanas que luego no valdrán la pena. No permitas que nadie más quiera quitarte tu felicidad envenenando tu corazón.

5. Tu felicidad depende de ti únicamente. Y es importante recordar que cada obstáculo de la vida nos hace más fuertes y que no todo momento difícil dura para siempre. Todo es actitud.

Y un bonus: No se cae el mundo por llegar casi a los 28 años sin marido y sin hijos, de hecho, es bastante alegre seguir soltera.

lunes, 30 de marzo de 2015

Estereotipos

Estereotipo: Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable.

Existen estereotipos en todos los ámbitos de la vida, el laboral, el social, el personal, etc. Pero, ¿hasta dónde puede un estereotipo afectar a alguien?

Toda mi infancia fui una persona solitaria, reservada y un poco extraña, no encontraba diversión en lo que los demás niños sí. 

Crecí y, aunque ya no era nada reservada, seguía siendo solitaria y un poco extraña, encontraba diversión en que la gente me viera como una mala persona, como una histérica sin causa, como la ira andante, como "endemoniada" como muchos empezaron a decirme. 
Pero un día me cansé. 
Yo ya no disfrutaba ver mal a las demás personas, aunque no las conociera, y empecé a buscar esa paz que mi corazón tal vez necesitaba.
Nadie ha entendido por qué lo necesito, supongo que es cosa solo mía, como siempre. 

Hoy, algo curioso sucede, y es que siento demasiada ira en mí y no sé qué hacer con ella. Quiero ignorarla para no darle lugar a eso que he querido cambiar en mí. Pero también quiero descargarla para que ya no viva en mí. 
Decidí que lo mejor era rodearme de la gente que quiero para sentir alegría pero no fue la mejor idea, aparentemente.

Es así, como limpiando mis lágrimas, me doy cuenta, que por mucho que me esfuerce, yo siempre seguiré siendo "el demonio" ante los ojos de los demás. Sigo siendo la histérica, la peleonera, la que nunca tiene sentimientos.  


Obvio, el cambio no lo hago por los demás, lo hago por mí, pero... ¿qué se puede hacer con los estereotipos? 

lunes, 16 de marzo de 2015

Hoy vi su foto

No esperaba empezar mi día así.
Hace aproximadamente un año que decidí no saber nada de él nunca más.
Y, de repente, ahí estaba en mi newsfeed de Facebook. ¿Cómo llegó ahí?

Todo empezó hace casi cinco años, cuando una amiga nos presentó y esa famosa "chispa" era imposible de esconder. Nos vimos los siguientes 5 días, esas "mariposas en el estómago" eran adictivas y no quería perderlas. No sé si él pensaba o sentía lo mismo, pero en ese momento todo parecía ser recíproco, era perfecto.

Luego de esos 5 días perfectos y encantadores, no supe nada de él por dos semanas y cuando estaba a punto de dar por perdida la situación, lo vi otra vez. Me explicó que acababa de salir de una relación muy larga y seria que no pretendía lastimarme y yo le creí. Un par de días después, me estaba presentando a su novia. Me quería morir de la vergüenza o pegarle a él por no haber sido honesto desde el principio. Decidí seguir con mi vida y no prestarle más atención pero como buena idiota que era, no dejaba de pensar en las estúpidas mariposas que sentía cada vez que miraba sus enormes ojos verdes.
Ya todo parecía regresar a la normalidad cuando apareció de nuevo, diciéndome que ya no estaba con su novia, que todo había sido un terrible error y empezó todo otra vez desde cero, o algo así.
Cuando parecía que esta vez las mariposas sí tendrían la oportunidad de seguir revoloteando libremente, adivinen qué pasó... Sí, él ya tenía OTRA novia. Ese sentimiento de querer morir por la vergüenza llegó otra vez. Estaba tan enojada con él y conmigo misma que lo saqué de mi vida. En poco tiempo, alguien más se interesó en mí y, aunque nunca fueron las mismas mariposas, yo estaba feliz con esta persona nueva que llegó a mi vida y me hacía sonreír.
Y, otra vez, él apareció pidiendo mi amistad, prometiendo no volver a lastimarme ni defraudarme, y más que nada, respetar la relación que yo tenía en ese momento. Quiero pensar que sí tuvo la intención inicial de cumplir con su palabra, pero como ustedes imaginarán, eso no fue lo que pasó. Nos volvimos los mejores amigos de parranda, él, mi novio y yo. La situación rápido se convirtió en algo imposible de manejar, habían celos, problemas, reclamos y decepciones por todos lados. Me quedé sin novio y él como muy buen amigo, me apoyó y me hizo compañía. Empezaba a verlo, de verdad, como mi mejor amigo pero noté que realmente ya íbamos por la tercera vuelta de ese juego raro que él y yo teníamos.
¿Cómo fui tan pendeja?
La tercera vuelta nos duró más tiempo y, otra vez, pensé que podría funcionar. Me pidió que le prometiera que lo amaría por siempre, hice la promesa y ese mismo día me presentó a su nueva novia. ¿Cómo? ¿Qué había pasado?
Esta tercera novia duró solo unos días pero gracias a ella no pude volver a confiar en él, estaba segura que siempre me lastimaría. Aún así, decidí que prefería tenerlo como amigo a no tenerlo en absoluto, por lo que la amistad y la parranda seguían ahí. Para mi pesar, las mariposas seguían ahí también. Mientras yo intentaba ignorar a las dichosas mariposas, él seguía con un desfile de novias que no le duraban ni el par de semanas.
Un día, con alcohol de por medio, hablamos sobre todo lo que había pasado en nuestras vidas en el año y medio que llevábamos ya de compartir tanto y él, otra vez, confesó estar enamorado de mí. Las estúpidas mariposas le ganaron a la sensatez, por lo que yo decidí intentar una última vez. No pasó ni una semana cuando la sensatez regresó a mí y pude reconocer que él no era bueno para mí. Él no era para mí, en absoluto. Y lo dejé ir, con todo y mariposas.
Desde entonces lo vi muy poco y, las pocas veces que lo vi, sabía que deseaba lo mejor para él y que había tomado la decisión correcta.

Intenté hacer la historia corta, en esos dos años que pasé en ese juego sin sentido con él, llegué a quererlo más de lo que esperaba y le lloré más de lo que necesitaba y, a veces, me dolía haberme alejado de él de esa forma, a veces más de alguna mariposa quería revivir. Pero él era, más que nada, algo que nunca me volví a permitir.

Hoy vi su foto.
No pude evitar preguntarme ¿cómo estará ahora? ¿será feliz?
Pero me di cuenta que sea cual sea la respuesta a esas preguntas, ya no me interesa.
Las cosas y las personas están dónde deben estar.

miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Qué queremos realmente?

¿Cómo así que le siguen diciendo "bebé", "beba", "princesa", "nena", "mi amor", etc. a las mujeres sólo para sexo?
Tengan gracia, y más que gracia, tengan los pantalones bien puestos para decir exactamente qué es lo que quieren.
¿Que si dicen desde un principio qué quieren solo va a conseguir que les digan que no? ¿Qué tiene? De todas formas andan de mujer en mujer, ¿cuál es la diferencia si se les escapa una?

Quiero pensar que sí existen los hombres detallistas y románticos (en algún lugar del mundo deben estar), pero con tanto mentiroso que utiliza un romanticismo falso, pues se arruina la confianza en las mujeres.
¿O existen quienes necesitan escuchar eso para llenar ese espacio donde debería estar su auto estima? ¿Qué pasa cuando se dan cuenta que solo fueron un jueguito más?

Por otro lado, mujeres, empecemos a tomar las riendas de nuestra vida sentimental y sexual, sabiendo tomar las mejores decisiones para nosotras y sabiendo poner todas las cartas sobre la mesa.
Si alguien nos quiere hacer sentir mal porque no queremos lo mismo que ellos, no lo permitamos. Nadie sabe qué queremos o necesitamos mejor que nosotras mismas.

lunes, 9 de marzo de 2015

El Rapunzel

Hoy necesito hablar sobre otro tipo que anda ahí suelto por la vida: el acomodado (por falta de una mejor palabra).

Alguna vez fijé mi atención en alguien que, para ser honesta, se salía un poco del tipo que normalmente me gusta. Creo que eso, exactamente, hacía que me gustara más.

En muy poco tiempo, notamos cuánto teníamos en común y aunque yo realmente no quería saber nada de relaciones sentimentales ni nada por el estilo, en algún momento creí que sí podría existir algo entre los dos.
Él se mantuvo muy cómodo en su posición, nunca dio más, nunca se esforzó, nada.
Verán, él esperaba que YO llegara a buscarlo, que YO me acomodara a sus gustos, que YO dejara eventos por verlo, prácticamente YO tenía que conquistarlo a él. A la mierda.

No pretendo insinuar que el hecho que una mujer busque a un hombre sea malo, pero sí creo que el esfuerzo y el interés debe ser mutuo. ¿O me equivoco?
¿Vivimos ya en sociedades donde los hombres se sientan cual princesa en una torre mientras las mujeres luchan por alcanzarlos? ¿O es que les ha funcionado con algunas, entonces siguen repitiendo la mecánica con todas?

 Un día tuve la oportunidad de comentar sobre la experiencia con amistades en común, nadie entendía qué pasaba, todos estaban seguros que todo marchaba bien.

Llegué entonces a la conclusión inevitable: yo no le intereso lo suficiente y, francamente, no estoy para esas.

Desde hoy, dejo de decirle su nombre (el cual no publicaré obviamente) para decirle "El Rapunzel", que sigue cómodamente en su torre, esperando que alguien lo alcance. Algún día llegará la mujer que tenga la paciencia, los huevos y la motivación para llegar a él, lamentablemente, esa mujer no soy yo.

lunes, 2 de marzo de 2015

Un nuevo mundo

Hace un año exacto amanecí casi sin dedo, no encontraba mi celular, mi billetera estaba vacía, mi identificación estaba perdida, en fin, de milagro llegué a mi casa.
No, no era una borrachera normal. De hecho, fue el último día que puse pie sobre ese lugar. El problema no es el lugar realmente, sino la gente que lo frecuenta. Bueno, la mayoría de la gente que lo frecuenta. 
No voy a generalizar en cuanto a las personas, todas son diferentes. Lamentablemente, en ese mundo, todos terminan actuando de la misma forma, ya sea por imitación, porque las actitudes se han ido contagiando o simplemente por pertenecer, y son pocos los que saben defender lo que realmente creen y sus valores. Yo, aunque no me guste admitirlo, también fui del montón.
Toda la vida proclamé que era una persona independiente porque hacía lo que me daba la gana, ahora me doy cuenta que realmente era irresponsable y desconsiderada. Mientras estuve metida en ese mundo, sub-mundo, o como quieran llamarlo, tomé las decisiones más irresponsables de mi vida.
No voy a entrar en detalle con cada una, pero sí puedo decir que la mayor culpable de todo siempre fui yo. 
¿Por qué? 
Porque permití que la presión de pertenecer fuera más grande que yo.
Porque preferí olvidar mis valores por tener "amistades".
Porque no pude distinguir entre amigos y víboras. 

Hace un año decidí no regresar. Jamás. Y puedo decir que fue lo mejor que he hecho por mí. 

¿Me arrepiento? 
A veces sí, aunque la mayor parte de tiempo lo veo más como un aprendizaje, uno muy fuerte. 
Después de años de ser el centro de mi vida, de tener "amistades para siempre", estaba totalmente sola, estaba lastimada, estaba perdida. Todas esas personas que me juraron una amistad honesta y para toda la vida, eran las mismas que buscaban hacerme daño y que lo lograron. 

Nunca imaginé cuánto se aprende en un año, cuántos obstáculos se superan, cuántos nuevos motivos para sonreír se encuentran.
Hoy soy una persona nueva, tal vez no tengo mis valores intactos, pero sé que los tengo.

PD: el dedo está bien, por si estaban con el pendiente. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

La amistad después de una relación

¿Puede haber una amistad después de una relación sentimental?

En lo personal, nunca pensé que tener este tipo de amistades fuera una buena idea. Hasta hoy. Para que me entiendan un poco mejor, les cuento la historia. 

El 2,009 estaba finalizando, yo tomé unas largas y necesarias vacaciones y ahí empezó todo. 
MSN Messenger todavía estaba de moda y ahí fue donde él (omitamos el nombre) y yo empezamos a comunicarnos todos los días. Se volvió lo mejor de mis días y sabía que al regresar de mis vacaciones podría pasar más tiempo con él. Regresé en los primeros días del 2,010 y, en efecto, fuimos inseparables. 
A la fecha, sigo sin entender y sin ver claramente qué pasó exactamente, no logro distinguir en qué momento se quebró esa relación cuasi-perfecta que teníamos. Sí recuerdo que yo ya no aguantaba un día más y decidí terminar todo, a pesar de que lo adoraba con el alma.
Me arrepentí (la primera vez) como un mes después, pero ya era muy tarde. Él ya estaba con alguien más, y a mi pesar, se veía más feliz con ella de lo que alguna vez fue conmigo. Decidí que lo mejor, entonces, era evitarlo, no hablarle y estuve enojada con él eternamente. Ok, no eternamente, pero sí demasiado tiempo. Evidentemente, el sentimiento era mutuo, estábamos llenos de odio el uno por el otro. O algo así.
El tiempo siguió pasando, y poco después de dos años de todo lo sucedido, finalmente tuvimos una charla que nos dio paz mental. No éramos exactamente amigos del alma, pero nos tolerábamos y podíamos compartir los mismos espacios y los mismos amigos sin problema alguno. 
Dos años más pasaron y gracias a la presencia del alcohol en alguna reunión, nos encontramos hablando sobre nuestro más que muerto noviazgo, sobre el tiempo que pasamos odiándonos y cómo habíamos logrado salvar una "amistad". 
Hablamos en más de una ocasión, en el transcurso de los años, sobre la posibilidad de empezar de nuevo, regresar a tener un noviazgo, pero siempre acordábamos que no era lo mejor.

Sin embargo, al atravesar cualquier dificultad, él siempre estaba ahí y sé, hasta la fecha, que puedo contar con él y con su apoyo para lo que sea. 
El día que me saludó para preguntar por mi familia, por mi bienestar y a contarme sobre su nueva relación, honestamente, me alegré muchísimo por él.
No digo que esto sea el mejor caso de amistad después de un noviazgo, pero sí MÍ único caso y no cambiaría nada de lo sucedido, por muy difícil que haya sido en algunos momentos.

Escribiendo esto, no pude evitar acordarme de esta canción:



Todos tenemos experiencias distintas con este tema, por lo que no todos podemos opinar o sentir lo mismo. 

¿Les ha pasado? 

martes, 17 de febrero de 2015

¿Online o no online?

No sé si soy la única que sigue con esta duda o no pero en mis 27 años de soltera y sin ver compromiso alguno cercano, sigo preguntándome qué pasa con el mundo del online dating.

Hace un par de años terminé una relación bastante complicada, digamos nada más que el tipo era un perfecto imbécil y más idiota yo por haberle aguantado tanto. En fin, entre mi depresión - enojo terminé en un blog en el que muchas mujeres se desahogaban y contaban qué habían sufrido con sus ex parejas. 
Es relevante mencionarlo ya que en el blog, no solo pude sentirme mejor al saber que no era la única que había aguantado a un idiota, también pude notar que la mayoría de las historias en el sitio empezaban con un "lo conocí en una página de citas (dating sites)".
Concluí, entonces, que eso era la raíz de los problemas que leía en las demás y juré que nunca lo haría.  
¿Cómo confía uno en alguien que no conoce? 
Si llenaron un perfil en algún lugar con lo mejor de sí mismos, para convencer, capturar, conquistar... ¿Qué pueden estar escondiendo? 
Yo sé, soy una exagerada. 

Les pregunto a ustedes entonces, ¿qué opinan sobre todo lo relacionado al online dating? ¿Puede funcionar? ¿O es mejor mantenerse lejos? 

miércoles, 14 de enero de 2015

¿Y ahora?

Llega un punto en la vida en que uno empieza a analizarse a sí mismo, normalmente esto se debe al empezar a "sentirse viejo".

El año pasado empezó ese proceso para mí, no fue bonito lo que vi en ese resumen de mi vida, especialmente por los últimos 5 años y los errores que me rodeaban desde entonces.
Empecé, entonces, a hacer un recuento de las cosas que estaban mal en mi vida, para luego enlistar lo que estaba mal en mí. La lista fue larga, dolorosa y fue muy difícil aceptar todo lo que yo misma había hecho para "arruinar mi vida".
Hice muchas cosas de las que inmediatamente me arrepentí.
Pero el asunto es que arrepentirme no cambia nada. Arrepentirme de mis acciones no cambia mi pasado ni borra lo que he aprendido de todo.
Identifiqué que mi problema radicaba en que yo seguía esperando "crecer"; en mi mente yo seguía siendo una niña que tenía permitido cometer los peores errores.

Es así como iniciando este año, teniendo en mente cuáles habían sido mis errores, decidí dejar de ver hacia atrás, tomar mis errores como lecciones y amarme a pesar de ellos.

Sí.
Yo soy esa niña que buscó ser independiente hasta que un día estaba completamente sola.
Yo soy esa niña que confió en cualquiera por no confiar en sí misma y un día terminó defraudada.
Yo soy esa niña se metió cuanta sustancia pudo por "pertenecer" y el daño fue sólo para sí misma.
Yo soy esa niña que algún día pensó que pelearse con todos era lo mejor hasta que perdió a personas muy valiosas que ya no puede recuperar.
Yo soy esa niña que envió nudes para quedar bien con alguien y luego las vio publicadas online.
Yo soy esa niña que sufrió un desorden alimenticio para "sentirse mejor" hasta que se quedó con una enfermedad de por vida.
Pero también soy esa niña que HOY acepta su pasado, sus errores y lo que éstos le han enseñado porque está lista para ser la mujer que siempre quiso ser.


No pretendo que sea fácil, ni que de hoy adelante sea perfecta. Pretendo simplemente tomar control de mi vida y llevarla a donde YO quiero que vaya.

Algún día seré quién siempre quise ser. Yo lo sé.

jueves, 8 de enero de 2015

A mis ex alumnos

No sé exactamente qué día empiezan este año escolar pero sí sé que este es su último año de colegio. 
Ha pasado tanto tiempo que, a veces, pueden pensar que ya me olvidé de ustedes. Sin embargo, los llevo en mi corazón cada día de mi vida. 
A esa promoción que me hizo más feliz de lo que esperaba ser algún día, que en algún momento me adoptaron de mamá, que me enseñaron a vivir a través de sus ojos... Los adoro con todo mi ser. 

Hace seis años estaba recibiendo la lista de mas de 50 niños, 50 almas puras que estaban encargando en mis manos e hice todo lo posible por educarlos de acuerdo a lo que siempre creí correcto. Me topé con tantas distintas personalidades, ni me lo imaginaba y, realmente, yo seguía siendo una niña como ellos. 
En menos de dos semanas se robaron mi corazón, ellos eran los alumnos que siempre esperé tener. 
Recuerdo tan bien el primer día de clases y también el último, me costó mucho despedirme de ellos y ver, desde lejos, cómo se convertían en las mejores personas de este mundo. 


Hoy, si me están leyendo, les repito que los quiero y que estoy inmensamente orgullosa de ustedes y de las personas tan increíbles que son ahora. 

Este es su último año de colegio y lo único que les puedo decir es "don't ever give up". 
Están hechos para triunfar, mis niños, son increíbles. 

No sé si recordarán de mí, pero les digo muy sinceramente que yo jamás los voy a olvidar, a ninguno de ustedes. Me cambiaron la vida como no se imaginan. 

 Los quiero y siempre para adelante, con la frente en alto.