martes, 27 de agosto de 2019

Felicidad

La utopía de la felicidad.

¿Por qué a veces nos cuesta tanto creer que merecemos y podemos ser felices con lo que tenemos, con nuestras condiciones de vida actuales?
¿Desde cuándo permitimos que nos vendieran un concepto de felicidad imposible e inalcanzable?

No a todos nos pasa, definitivamente, pero creo que todos llegamos a un punto en el que buscamos la felicidad desesperadamente, como si se nos estuviera escapando de las manos y no podemos terminar de agarrarla a manos llenas.

Pero la felicidad se alcanza cuando logramos comprender que no es una meta, que no es alguien, no es algo, no es un lugar. Se alcanza cuando logramos comprender que la felicidad siempre ha estado ahí, en nosotros y únicamente nosotros tenemos la decisión de aceptarla.

Pero... ¿cómo podemos aceptar nuestra propia felicidad cuando hay situaciones de vida difíciles o realmente jodidas que no parecen terminar?

A mí me gusta pensar, cuando mi mente tiene claridad, que la felicidad es ese momento en el que tengo paz, en el que mi corazón está tranquilo, en el que puedo reconocer que la vida no es perfecta pero que no todas las situaciones son eternas tampoco. Es ese momento en el reconozco que, aunque me sienta hundida, lo mejor está por venir y que estoy en medio de un aprendizaje, un aprendizaje por el que luego me sentiré agradecida.

Me gusta pensar también que la felicidad es saber aceptar todas las situaciones que la vida nos entregue o, muchas veces, nos aviente. Es aprender a disfrutar todas las emociones que como humanos tenemos. Es soltar las ansiedades por lo que el futuro trae, por lo que nos preocupa de un mañana.

Y claro, yo ahorita lo escribo tan tranquila, como si fuera así de fácil. Pero estoy consciente que no lo es y que para cada uno de nosotros puede presentar un nivel de dificultad de diferente magnitud.

Si embargo, nuestra mente es poderosa, nuestra mente puede concentrarse en sentir, en que nos apropiemos de esa felicidad que merecemos y que únicamente nosotros podemos darnos.

Un día a la vez.

Termino con mi pensamiento random de esta madrugada con una canción:



Hasta la próxima, my darlings.


Joyce, la amargada. 😎🤘

jueves, 15 de agosto de 2019

Madrugada

Hace ya mucho tiempo que escribí sobre mi depresión y cómo he vivido con ella. Y aunque he pasado mucho tiempo negándolo, hoy tuve que aceptar que la depresión ahí sigue y lleva meses haciéndome la vida demasiado difícil.

Claro, yo esperaba seguir con una actitud positiva e ignorar todo, esperando irla superando pero acá estoy, más de las 4am, llorando sola y en la oscuridad, mientras intento escribir esta entrada.

Y es que no es nada fácil, esta desesperación cada día es más grande y siento que acaba conmigo, siento que mi corazón ya no tiene fuerza para aguantar a mi mente y el dolor que siento en el pecho cuando respiro es cada día más fuerte.

No hablo al respecto con nadie, no quiero desesperar a la poca gente que considero cercana. Intenté hacerlo hace no mucho tiempo, pero esa persona dejó de hablarme porque prefirió no creer que todo esto que siento es real.

Nunca me había sentido tan sola, tan vacía, tan perdida.

La mayoría de días, yo me repito a mí misma la cantaleta de los demás, ya saben, "no estés triste", "no tenés por qué estar deprimida, si no te falta nada", "hay personas con problemas más serios que tú y no se ponen así", "sonreí, ya vendrá otro día mejor", etc., pero hay días en que no puedo siquiera levantarme, no lo puedo evitar.

No espero que me digan nada, de hecho, por favor no lo hagan. Solo quienes han llegado a este punto, podrían entender y esas personas saben perfectamente, que no hay palabras que alcancen. Pero sí les voy a pedir algo pequeñito, cuando vean a alguien a quien le cueste sonreír, alguien con más ojeras que nunca, alguien que simplemente no se ve como sí mismo... denle un abrazo, puede que lo necesite más de lo que se imaginan.

Y, bueno, ya me desahogué por hoy, ya pararon las lágrimas y creo que puede ser buena hora para intentar dormir, aunque sea solo un rato.

Hasta la próxima, my darlings.