lunes, 16 de noviembre de 2020

La primera vez que me enamoré

Tenía ya un tiempo de querer escribir esta entrada y solo no llegaba el momento adecuado. Pero al fin llegó y acá está. 

Era el año 2001, yo tenía 13 años. Apenas empezaba a ser adolescente y no tenía idea de lo hijueputamente horrible que iba a ser. 


La mejor parte de mis días de colegio, aparte de estudiar porque sí era (era diceeee) ñoña, era el bus de regreso a casa. En el bus formamos un grupo de 5 o 6 amigos que platicábamos de todo y reíamos mil todos los días. 

 

Yo no recuerdo exactamente cómo surgió todo, para serles honesta. Pero hasta donde recuerdo, uno de los amigos del bus del colegio, recibió una llamada a su celular y yo por bromear con él, contesté la llamada y ahí estaba la voz que me iba a cambiar la vida por los siguientes años. 

 

La broma del celular se terminó en menos de un minuto, pero fueron segundos que valieron muchísimo la pena. Luego el amigo de mi amigo, el protagonista de esta historia, preguntó por mí y mi amigo le enseñó mi foto. Estamos hablando de esa época en la que ni Hi5 existía todavía, así que la primera foto que él vio de mi rostro fue esa foto culera que tomaban en el colegio. 

 

Sin saber que él ya había preguntado por mí, al día siguiente yo también pregunté por él y mi amigo decidió que ese día me iban a llamar y a hablar los dos. 

 

Ni siquiera sabía su nombre, pero yo le quería hablar. 

 

Por cierto, su nombre es Raúl. 

 

Ese día, en efecto, me llamaron. Mi amigo me habló dos minutos, me presentó formal y oficialmente a Raúl y luego él y yo hablamos por casi una hora. ¿O más? 

 

Y entonces empezamos a hablar por teléfono, cada vez más seguido, hasta que ya hablábamos todos los días. A veces hablábamos aproximadamente 20 minutos como algo super rápido y a veces hablábamos hasta por 2 horas. Se imaginan a nuestras mamás re contentas porque solo prendidos del teléfono vivíamos. 

 

Vale aclarar que seguíamos sin conocernos en persona y que todo era solo por teléfono. Cada uno de nosotros había visto únicamente una foto del otro. 

 

Ya vi yo que van a brincar porque qué peligroso y todo eso, pero recordemos que eso fue hace casi 20 años, las redes sociales no existían y definitivamente nadie las usaba para engañar, secuestrar y matar a las personas. 

Aparte teníamos un amigo en común que avalaba todo el asunto. 


Actualmente, a mis 33 años me ilusiono super rápido, imagínense a los 13 años. Yo vivía en las nubes, esperaba con nervios, pero al mismo tiempo mucha emoción el día en que al fin lo fuera a ver en persona y me hice en mi mente la imagen de que él definitivamente iba a ser mi primer novio. 

 

El tiempo siguió pasando y nosotros cada día estábamos más cómodos el uno con el otro, hablando todos los días. 

 

A tiempo todos empezamos a usar MSN Messenger y entonces ya vimos más fotos uno del otro y hablábamos ahí pero siempre por teléfono. Era “our thing”. 

Tanto que en mi casa ya sabían que, a partir de cierta hora, él me llamaba y el teléfono tenía que estar libre, todos le mandaban saludos y él mandaba saludos para todos de vuelta. Nos dedicamos canciones, nos mandamos notitas, nos 

 

Sin conocerlo, ya todos le tenían cariño.

 

Nos vimos en persona (AL FIN) el día de mi fiesta de 15 años. Llegó tarde y ya me había dado por vencida, pensé que no iba a llegar. Y entonces lo vi llegar y yo recuerdo que no podía ni hablarle de lo nerviosa que estaba. 

 

Pero como que desbloqueamos otro nivel, ahora él llegaba a mi casa de vez en cuando, hablábamos en Messenger y ya que empezaban las primeras redes sociales, también podíamos comunicarnos por ahí. Pero siempre seguíamos hablando por teléfono. 

 

Por si estaban con la duda, no. Nunca fuimos novios. Y no creo que haya sido porque alguno de los dos no haya querido, solo se nos chiveó la comunicación porque yo no sabía ni qué hacer, ni qué decirle, nada. Les digo, yo nací con la inhabilidad de lograr tener relaciones bonitas. 

 

Sin embargo, él siempre fue mi persona incondicional. Yo sabía que él me quería en mis días buenos, mis días malos y en los peores. Y yo a él también.

 

El tiempo ha seguido pasando y ya no soy la niña de 13 años que se enamoró de un desconocido por teléfono, pero sí soy la misma pecosa que puede hablar más de 2 horas por teléfono con Raúl. 

 

Me gusta pensar que muchas veces nos topamos con personas de las formas más inesperadas pero que nos hacen bien. Saber que él existe me hace bien desde hace casi 20 años. Y me siento muy afortunada por haber sentido esa primera ilusión y haberla vivido con él. Puede que nunca hayamos sido novios como en algún momento lo pensamos, pero sí me quedé con una amistad para toda la vida. 

 

¿Qué pasó con Raúl? Raúl está ahora leyendo esto, espero. Sabiendo que lo quiero con todo mi corazón y que siempre va a encontrar en mí a una amiga incondicional, una amiga que está muy orgullosa del increíble papá que es con sus dos bodoques (que tengo que conocer, por cierto, pero no por teléfono haha). 


La última vez que hablamos por teléfono fue en cuarentena, hace unos tres meses tal vez. Pero seguro hablaremos otra vez muy pronto. 



Y ustedes, ¿recuerdan la primera vez que se enamoraron?



Hasta la próxima, my darlings. 


Joyce, la amargada. 😎🤘