jueves, 12 de marzo de 2020

Me quebré

Después de mucho pensarlo, me atrevo ahora a publicar este relato y a contarles cómo me quebré de forma inesperada.

Como alguna vez expresé en alguna red social, pensé que era amor a primera vista, pensé que al fin había encontrado a esa persona que botara todos mis miedos y pudiera sumar a mi felicidad.
Porque sí, yo ya era feliz con mi vida, con lo que hacía, con mi gente, con todo. E iniciar una relación sentimental era algo más, un extra, digamos.

Todo empezó de forma inesperada y todo fue muy rápido, y hasta ahora puedo entender que esa tuvo que haber sido mi primera señal de que no todo estaba bien. Pero yo estaba ilusionada y, sin darme cuenta, me estaba enamorando y no había marcha atrás.
Se trataba de alguien que me cegó con sus actitudes de príncipe azul, con su encanto, con la seriedad y formalidad con la que inició todo.

Llevábamos pocos días cuando me pidió hablar con mi mamá. Su idea siempre fue presentarse, platicar con ella y explicarle a ella cuáles eran sus intenciones con mi personita. Obviamente, eso me tenía encantada y con gusto facilité y organicé dicha reunión.
Mi mamá es una persona muy llevadera que respeta y confía mucho en mis decisiones, por lo que el que se conocieran fue fácil, fue bonito y todo pintaba a cuento de hadas.

En ese mágico inicio, yo sabía que se encontraba de vacaciones igual que yo y que tendríamos muchísimo tiempo para conocernos más, para compartir para darle forma a esa nueva historia.
También sabía que él tenía una ex novia que seguía enamorada de él y, aunque no me encantaba, intentaba ser comprensiva con él. 

Yo sabía que su personalidad no era convencional, por así decirlo. Se trata de un hombre de carácter fuerte, de palabras muy firmes y de actitudes bastante machistas (ya los vi tirándome mierda por este último comentario, así que les explico).
Todo inició con "bromas", o yo quería creer que eran bromas, sobre mi comportamiento.
"No uses palabrotas para hablar porque eso me cae mal HAHA"
"Yo sí no te voy a aceptar que uses mini faldas jamás HAHA"
Y yo bien ciega y bien pendeja, me reía con él...

Hasta que un día dije una palabrota enfrente de él y me pegó en la boca. Nada fuerte, más bien como se le pega a un niño que dice una palabrota.
Le reclamé y la respuesta fue "te dije que no me gustaba, disculpame, pero lo hago porque te amo."

Ese día me quebré un poco.

No hablaba con nadie de esas cositas porque yo sentía que era paranoia mía, que tal vez YO estaba exagerando con sentir cierta alerta hacia su comportamiento.

Poco a poco, empezó a decirme que no le gustaba que frecuentara este o aquel lugar.
Que no le gustaba que le hablara a esta o aquella amiga. Curiosamente, su desagrado era únicamente hacia amigas mujeres.
Que no le parecía que publicara tanto en redes sociales.
Que esperaba que ya dejara de usar tanto el teléfono.
Que no me maquillara, porque "ni lo necesitas, a mí así me gustas y solo eso importa".

Me alejé de muchas cosas, de mucha gente, de muchos lugares y él cada día era más celoso. Yo no entendía y sufría yo sola porque me daba miedo contar que me atormentaba.

Alguna vez me llamó y yo no le contesté por estar ocupada cocinando, cuando al fin le devolví la llamada, me gritó que era una puta descarada, que cómo me atrevía a jugar con él, que cómo no me daba cuenta que al fin alguien me quería.

Ese día me quebré otro poco.

Todo lo arreglaba llorando y pidiendo perdón, diciendo que estaba TAN enamorado que perdía el control y no sabía qué hacer. Me repetía hasta el cansancio que no podía vivir sin mí, que era el amor de su vida y que íbamos a estar bien porque él nunca me volvería a dañar.

Yo pensaba que ya no tenía remedio y que me lo merecía todo por no haber sabido elegir, por no haber puesto un alto al principio, por nunca decirle nada a nadie, porque era estúpida, porque era pendeja, porque era fea, porque era gorda, porque era imposible de querer...

Y es que eso fue lo que escuche todo ese tiempo...
Gritos que me repetían que era tonta.
Burlas que me repetían que era gorda y fea.
Que "a muchos mejores culos me he tirado".
Que "a mí me sobran las mujeres, pero a vos nadie te aguanta".
Que "esa tu carrera cualquiera la estudia porque no significa nada".
Que "tu blog es una pérdida de tiempo".
Que "siento que tu familia no te quiere bien, ya no les deberías hablar".
Que "cuidado con los amigos porque todos traicionan, ya no les deberías hablar".

Claro, siempre con el típico final de "yo no estoy prohibiendo nada, ahí tú y lo que decidas". Pero si no se hacían las cosas a su manera, eran peleas interminables.

Y me quebraba un poquito más cada día.

Siempre vivía con la sospecha y la paranoia de la ex novia también. Algo simplemente no me cuadraba de las mil versiones de la historia que él me dio. Y es que les digo, yo no era celosa, muy pocas veces en mi vida lo he sido pero con él yo sentía que me volvía loca. Y ni siquiera pensaba en alejarme y terminar todo, lo que tenía era una necesidad de "ganarle" a la otra chava, como que hubiera sido él un premio. Pffff.

En alguna de nuestras peleas interminables, la peor de todas tal vez, discutíamos porque él estaba celoso, así que me gritó que era una puta, que era una estúpida enfrente de todo el mundo y al querer contestarle me empujó. Me empujó con tanta fuerza que me botó al suelo y estando yo tirada se burló de mí y me dijo "ahí es donde perteneces, en el suelo, porque sos inferior, puta ridícula". Todavía me paré y quise hablarle pero él me escupió la cara y se rió de mí.

Ahí me terminé de quebrar.

A partir de eso, ya no me brillaban los ojos al hablar de él.
Ya no sentía emoción por verlo, sentía miedo.
Ya no dormía porque usaba mis noches para llorar, para poder seguir disimulando y aparentando que todo era perfecto.
Ya no me sentía segura.
Ya no era yo.

Por supuesto que los amigos de verdad siempre estuvieron pendientes y siempre notaron que algo no estaba bien, así que estaban pendientes de mí y yo intentaba dar señales pero al mismo tiempo disimular (no sé, ni yo entiendo cómo), a escondidas de él y fue así como un día finalmente tuve el valor de decir "ya no más" y terminar esa relación que, en algún momento, pensé que me iba a terminar matando.

No, nunca me pegó como tal.
No tengo fotos de moretes.
No tengo ni siquiera mensajes donde me amenace.
Pero sí sé que en esa relación hubio violencia y maltrato.

Como cereza en el helado, al terminar la relación me enteré que su ex novia siempre siguió con él y que, obviamente, ella me miraba a mí como "la otra".

Y sí, eso también me quebró aún otro poco.

Me ha costado mucho asimilar todo y tratar de buscar esa luz al final del túnel.
Ya me deprimí y ahora vivo llena de ira.
Esa ira que tal vez tuve que tener desde el principio.
Y mucha culpa. Todos los días me culpo por todo lo que pasó.
Pero yo sé que algún día voy a estar bien, que algún día voy a sanar y algún día voy a poder perdonar. A él y, principalmente, a mí.

Sí, estoy muy rota pero poco a poco voy encontrando la fuerza para unir todos mis pedacitos de nuevo.

---

Decidí escribir esta entrada y compartir toda la historia (aunque sabemos que no siempre va todo) porque muchas veces nos hacen de menos lo que estamos pasando. Muchas veces recibimos un "pero si no te pegó, no hay violencia" o un "saber qué le hiciste para que se comportara así contigo", pero nadie habla del miedo que se vive cuando se está con personas así.

Ha pasado casi un mes de la ruptura y yo aún tengo miedo de hablar todo, miedo hasta de haber publicado esta entrada.

Solo les digo, my darlings, que estemos pendientes de nuestra gente y lo que le pueda estar pasando (gracias TOTALES a quienes estuvieron así de pendientes de mí) y que no tengamos miedo, aunque cuesta taaaaanto, a hablar y pedir ayuda si sentimos que alguito no va bien.

Hasta la próxima,

Joyce, la amargada. 😎🤘