jueves, 7 de diciembre de 2017

¿Cuál es el ideal de belleza?

¿Por qué nunca estamos conformes con nosotras mismas?
¿Por qué lo primero que vemos son nuestros defectos? 
¿Por qué es más fácil ver las cualidades de los demás y no las propias?

Y no lo neguemos, nos despertamos y nos vemos al espejo y rápido vamos con “qué gorda estoy”, “qué grandes ojeras (u orejas)”, “mi nariz es muy grande”, etc. 

Les digo la verdad, son muy pocas las mujeres que yo conozco que se aceptan y aman cómo son, sin complejos y con una comprensión completa de que todos los seres humanos somos diferentes y debemos amar eso que nos distingue de los demás.

Estas mujeres que les mencioné me han enseñado muchísimo, aunque ellas ni siquiera estén enteradas de ello. 

Ellas me enseñaron que todos tenemos defectos, que todos podemos aprender y mejorar cada día pero esto siempre viene del amor propio y pues para amarnos, primero debemos aceptarnos. 
Ellas me enseñaron que la belleza más importante está en nuestro corazón, en nuestra alma y en nuestra mente.
Ellas me enseñaron que mis cicatrices, físicas y emocionales, son parte importante de quién soy y de mi historia, por lo que debo aceptarlas y amarlas también.

Me costó un poco, la verdad, escribir esta entrada porque mi amor propio y la imagen que tengo de mí misma se tambalea más de lo que realmente quisiera. 

Sin embargo, no deja de darme vueltas en la mente el hecho de que no soy la única que ha tenido que luchar con inseguridades y que, estoy segura, todas las mujeres las tenemos o las hemos tenido. 

Pero, ¿de dónde vienen esas inseguridades? 

Platicando con varias personas sobre el tema, llegamos a la conclusión que todo viene de cierta presión que los medios de comunicación nos hacen por alcanzar un ideal de belleza y de ciertas figuras públicas que lo refuerzan. 

Peeeero… los estándares de belleza han existido siempre, ¿no?

Veamos un poco:

Belleza en la Antigua Grecia:

Se consideraban hermosas las mujeres con cabello ondulado, hombros estrechos, brazos delgados, senos pequeños, caderas y muslos anchos y piel blanca.






Belleza en la Edad Media:

En la Edad Media las mujeres más bellas eran pálidas, con extremidades largas y delgadas, senos pequeños, caderas estrechas, ojos pequeños, nariz pequeña.





Belleza China:

El estándar de belleza en China se caracteriza por pelo negro y brilloso, cejas largas, boca pequeña, dedos finos, cintura estrecha, pies pequeños, piel blanca y suave.




Y un poco más actuales...

1900s



1920s





1930s





1940s





1950s






1960s





1970s





1980s





1990s




Acutalmente:




Pero no olvidemos que también están las que viven fuera de la realidad, las mis gordas que han creado un pequeño en su cabecita. Sí, hablo de aquellas que han llegado hasta lo absurdo por querer encajar a puro huevo en un ideal. 




Hablo de la Barbie humana, quien se ha sometido a una gran cantidad de cirugías por parecerse a la famosa muñeca de MATTEL. Y, no solo ella se siente hermosa así, también tiene sus "fanses" que la apoya, que la admiran y que quieren, tal vez algún día, ser como ella. 
Como dato curioso extra, recuerdo que toda su familia es así. Un poco creepy para mi gusto, pero bueno...
Y como ella, hay muchísimas personas más que recurren a cirugías estéticas para lograr verse exactamente como ellas quieren. ¿Ustedes lo harían?

(Sí, me inspiré en miles de videos de YouTube 😅)

Cada época y lugar tiene un diferente concepto de “ideal de belleza”, últimamente ha sido más global gracias a los medios de comunicación y a tanta información que vemos cada día. 

Yo (y estoy segura que casi todas) no encajo en ninguno de los mencionados anteriormente hahaha y eso está bien, porque no soy una plantilla, soy un ser humano único e irrepetible, como todos ustedes. 

Esta entrada empezó gracias a las respuestas que obtuve de un tuit, el cual fue inspirado en alguien que conozco, quien a los ojos de todos los que la conocemos, es hermosa y totalmente única… pero ella no lo sabe, ella no lo ve, ella no lo acepta porque sus inseguridades se vuelven más grandes que ella. 
Y entonces noté que todas las mujeres tenemos estas inseguridades, todas tenemos una o más quejas sobre nuestro aspecto físico…

Pero recordemos, somos muchísimo más que nuestras inseguridades, somos más que lo que un medio de comunicación nos dice que tenemos que ser. Solo es de que nos la creamos. 

Como nota adicional, el saber amarnos también incluye el saber cuidarnos. 


Hasta la próxima, my darlings!

Joyce, la amargada 😎


viernes, 17 de noviembre de 2017

La Nota

Este relato es súper corto pero hace unos días recordé el incidente y no puedo dejar de compartirlo con ustedes.

Hace algunos meses, quedamos con un amigo de juntarnos en uno de mis bares favoritos, compartir un par de bebidas y platicar de la vida en general.

Tal como lo planeamos, llegamos al bar y hablamos de todo un poco, de conciertos, de música, de películas, del tráfico, del trabajo, de la familia, etc.
La plática estuvo tan amena, que ni sentí el tiempo y lo que, según yo, sería una plática de un par de horas, nos llevó el resto de la noche.

Pero él no es el protagonista de la historia.

Resulta que mientras mi amigo y yo estábamos platicando muy a gusto de cómo desarreglar el mundo y volverlo a arreglar, teníamos público.

En algún momento de la noche, mi amigo se levantó al baño, y al segundo de haberse ido, la mesera se acercó a dejarme una nota y dijo únicamente "le mandan".
La nota estaba escrita en uno de los papelitos que usan en el bar para apuntar lo que uno pide o para pasarle a uno la cuenta y decía algo como

                                     <<Qué gusto conocerte, Joyce 😊>>

En la parte de atrás estaba el nombre y apellido del chavo (sorry, no recuerdo cuáles eran).

Inmediatamente empecé a buscar al autor de la nota, hasta me paré para tener mejor visibilidad pero no había nadie.

Mi amigo regresó del baño y yo con un WTF en todo el rostro. Nunca le conté qué había pasado y hasta la fecha nunca le di importancia tampoco, hasta ahorita que me recordé y me pareció super gracioso.

Está de más decir que me quedé como con la paranoia viendo a todos lados y nunca vi a nadie. Alguna vez pregunté en el bar por el incidente, me repitieron el nombre y me dijeron que no sabían de dónde me conocía él pero que trabajaba en cierto restaurante, cerca del bar.

Siempre me voy a quedar con la duda de cómo sabe quién soy y desde dónde me vio.


Hasta la próxima, my darlings.

Joyce, la amargada. ✌😎


lunes, 16 de octubre de 2017

El innombrable

¿Saben cómo hay lugares que sabemos que son peligrosos aunque no los conozcamos totalmente? ¿O algunos animales que sabemos que son bonitos de lejitos nada más? Pues así hay gente también.

Es esa gente que pareciera tener un gran rótulo que dice "Cuidado" en la frente. Es esa gente que todo el mundo te advierte y te dice "no salgas con él, te va a lastimar". Es esa gente que cualquier persona con su sentido común totalmente funcional sabe que es mejor ni voltear a ver.

Pero, como ustedes saben, mi sentido común a veces se me iba de vacaciones y esta es la historia de una de esas veces y de una de esas personas que era una alerta de peligro andando, y aún así, me costó demasiado notarlo y aceptarlo.

La verdad es que, a pesar de que había intentado hacerlo antes, escribir sobre él siempre me costó y a este personaje siempre lo he descrito como "el que me rompió". Sin embargo, pude hablar una pequeña parte de la historia con alguien el fin de semana que pasó y me animé a escribir.

Érase una vez una Joyce mucho más joven que pensaba que ya había vivido todo tipo de situación y que ya conocía suficiente del mundo, una Joyce que pensaba que sabía leer las intenciones de las personas a la primera, una Joyce que no supo ver y/o aceptar que hay personas que no tienen miedo o preocupación de lastimar a los demás.

Esta pequeña Joyce había visto en distintas ocasiones al protagonista de este relato, a quien llamaremos "Voldemort", el innombrable. Aunque la mayoría de veces yo le digo "el hijuelagranputa ese".

Yo sabía que él era uno de esos peligros andando, había escuchado mil quejas de lo descarado y de lo cruel que podía llegar ser y sabía que de lejitos estaba mejor.
A pesar de que siempre nos encontrábamos en los mismos lugares y de que conocíamos a las mismas personas, nunca habíamos sostenido una conversación ni nada por el estilo. Él era engreído, con aires de ser superior y siempre miraba sobre el hombro a todos aquellos que no conocía bien (a veces a los que sí conocía también), entonces yo era medio invisible para él y eso estaba bien. De hecho, así tuvo que haberse quedado para siempre.

El asunto es que un día dejé de ser invisible, un día me vio y notó que yo existía. A Voldemort le tomó semanas el irse acercando a mi personita hasta que finalmente establecimos una conversación y él de inmediato empezó a invitarme a salir, a mandarme canciones e incluso poemas.
Había algo en él que llamaba mi atención, y luego de todos estos años, no entiendo qué fue realmente y tengo que deducir que era mi poca cordura o mi poco amor propio, o ambos.

Mi muy escaso amor propio hizo que yo confundiera sus intenciones y no me diera cuenta que él, tal vez en ese momento, no buscaba en mí lo mismo que yo buscaba en él.
Me llevó demasiado tiempo aceptar y comprender totalmente que él buscaba en mí un respaldo, un reemplazo, una "distracción" de su última relación.

Y no, no por esto fue que me rompió.

Ustedes saben cómo es la gente y a todos tal vez nos ha pasado que buscamos advertir a alguien de que se encuentra en peligro, entonces empecé a recibir los comentarios de esas personas que ambos conocíamos diciéndome que tuviera cuidado porque Voldemort era irracional y violento.
Obviamente, como yo era estúpida en esa época, yo no les podía creer que alguien que me tuviera así de emocionada y deslumbrada pudiera ser capaz de hacerme daño alguno.

Él empezó a querer limitar lo que yo hacía, a querer controlar mi tiempo y mis amistades, siempre con la bandera de "me preocupo por ti y quiero que estés bien". ¿Por qué no iba a creerle?
Pero me di cuenta en algún momento que era un poco extrema su preocupación por mí y sentía que no la demostraba de la forma correcta, pero quería hacer las cosas bien y estar con él.

Era tan complicado todo y en el fondo de mi corazón, yo sabía que algo no estaba bien, pero cuando intentaba salirme de ese control que él me tenía, cuando intentaba discutirlo o pelearlo, recibía gritos de parte de él que me recordaban que yo no era nadie, que yo ni siquiera era bonita, que yo no era inteligente y que yo debería estar agradecida porque él, siendo obviamente superior a mí, se había fijado en mí.

Como les digo, mi amor propio era inexistente y con él, cada día se desvanecía más. Yo llegué a pensar que merecía esos gritos por no comprenderlo, aceptaba que sus infidelidades seguramente eran por mi culpa, pensaba que las lágrimas que lloraba todos los días y todas las noches eran mi culpa únicamente y justificaba que su abuso psicológico era su forma de demostrar amor.

Pero gracias a esas personas que siempre están pendientes de uno, que me motivaron y me apoyaron, empecé a expresar mi descontento por la forma en que me trataba y la forma en que pretendía llevar la relación. Y entonces todo se fue aún más a la mierda.

Si él me gritaba, yo le gritaba de regreso. Si él me insultaba, yo lo insultaba de regreso. Y yo pensaba que esa era la forma correcta de defenderme y de hacer valer mi punto, cuando todo hubiera sido más simple y más fácil si tan solo hubiera dejado la relación a tiempo.

Entre esas veces que nos gritábamos como idiotas, un par de veces me jaloneó o me empujó, un par de veces me agarró la cara con su gigante mano para "hacer su punto valer". y una sola vez levantó su mano en señal de que iba a pegarme.

Yo sé que haber permitido que me jalara de un lado a otro o que me medio empujara para que dejara de gritarle fue un error gigante que lo llevó a creer que podía pegarme, pero yo seguía sin darme cuenta. Hasta que vi que definitivamente se me acercaba una golpiza inolvidable. Afortunadamente, estábamos afuera de uno de los lugares que frecuentábamos. Así que grité. Grité todo lo que pude, hasta que varias personas llegaron y él nunca pudo darme ni un solo golpe.

No les voy a mentir, se me fue el alma del miedo. Y entonces recordé de las advertencias que alguna vez me hicieron y decidí indagar más.

Me enteré que esa relación que él tuvo antes, había terminado por sus golpes a la pobre chava. Luego de que la relación terminara, ella recibió clases de defensa personal y algunas artes marciales (discúlpenme pero no recuerdo bien), por el miedo que este imbécil le había dejado en la vida.

Me enteré, también, que ella no era la única que le había sufrido este tipo de cosas.

¿Cómo era posible que yo lo viera como todo un príncipe azul cuando claramente era peor que el monstruo del cuento?

Y fue ahí cuando comprendí que él eventualmente me iba a pegar cuando tuviera la oportunidad de hacerlo. Y comprendí, principalmente, que tenía que alejarme de él.

Toda la "relación" fue un drama increíble que intenté resumir lo más posible en este relato, un drama que duró alrededor de un año. Y después de ese año en el que cortamos, regresamos, nos gritamos, nos contentamos, etc., yo estaba lista para velar por más por mí y menos por él.

Sí, él me rompió. Con mi ayuda, pero me rompió.

Después de él, yo perdí la fe en la humanidad y pasé años aislándome de las personas que parecían tenerme un cariño sincero, especialmente de aquellos que buscaban salir conmigo o entablar una relación sentimental conmigo.

Muchos me han preguntado por años si en serio él nunca me golpeó. Y siempre contesto con la verdad "no, nunca me golpeó, no físicamente."

¿Qué fue de él?
No tengo idea, no lo he visto en años y ojalá eso así se mantenga.
Sé que está con alguien más y espero, de todo corazón, que haya cambiado esa forma tan tóxica de ser y que no esté haciendo sufrir a alguien que le ha dado su confianza.

¿Qué aprendí yo?
Que ni siquiera un grito o intento de grito es aceptable de alguien que supuestamente lo quiere a uno.


La violencia psicológica, física o de cualquier tipo debe ser inaceptable en cualquier tipo de relación.

Ah, y mujeres (hombres también, ¿por qué no?) no tengamos miedo de alzar la voz, de pedir ayuda y de saber denunciar cuando estamos siendo víctimas de algún tipo de violencia.


Joyce, la amargada. ✌😎

sábado, 7 de octubre de 2017

30 cosas que aprendí a mis 30 años

Como ustedes saben, y por si no sabían pues les cuento, tuve mucha ansiedad por cumplir los tan temidos 30 años y hasta repetía constantemente que estaba pasando por la "Crisis de los 30".

Moría del miedo de decir "tengo 30 años y soy un fracaso" o "ya llegué a los 30 años y no he cumplido las metas que me tenía planteadas", tenía miedo de decir "ya estoy muy vieja para esto", tenía miedo, realmente, de las responsabilidades que sabía que vendrían con la edad. 

El día de mi cumpleaños, alguien me preguntó si haría una entrada sobre los 30 años y yo muy segura le dije que no, creo que seguía con "crisis" en la mente o algo por el estilo.

Pero luego de ese día y de las respectivas celebraciones, me di cuenta que realmente no hay ninguna crisis, al contrario, hay mucho que agradecer, hay muchas lecciones, muchas ganas de seguir con esta aventura llamada vida. Y aquí les comparto un poco:


1. La vida es muy corta como para estresarnos por todo. Recordemos aquella frase que nos dice que nada dura para siempre, recordemos que tenemos siempre la habilidad de salir adelante y de vencer cualquier obstáculo que se nos presente, si sabemos tomar las mejores decisiones. 

2. Nuestros mejores amigos no nos van a aplaudir todo lo que hacemos siempre. Una característica fundamental de los mejores amigos es que nos apoyan en todas nuestras decisiones, por supuesto, pero también nos dan consejos que necesitamos aunque no los queramos escuchar, nos jalan las orejas cuando saben que estamos cometiendo un error y nos recuerdan por qué valemos la pena. 

3. Todo lo que hacemos en esta vida tiene una consecuencia. A muchas de esas consecuencias les llamamos aprendizajes, obviamente. Pero pensar dos veces antes de actuar nunca está de más. 

4. Amarnos a nosotros mismos no siempre es fácil pero sí esencial. No podemos pedir que alguien nos ame, si nosotros no sabemos hacerlo primero. Conocer qué nos da valor, también nos ayuda a tomar mejores decisiones para nuestra vida. Sí, este aprendizaje es super nuevo para mí pero me ha servido demasiado a ser cada día más feliz. 

5. Si alguien nos hace sentir como que no valemos lo suficiente, no lo necesitamos en nuestra vida. Esto aplica a amigos, parejas, incluso a la gente que seguimos en social media. 

6. No siempre tenemos los mejores gustos al momento de elegir una pareja. Eso no es malo, lo malo es no darse cuenta y quedarse estancado en un patrón de personalidades que no nos aportan nada y no nos ayudan a crecer. 

7. Todos tenemos un lado raro y todos tenemos un tornillo medio zafado. Y es bonito. Y está bien. 

8. Buscar la aprobación de los demás nos puede matar, literalmente. No dejemos de comer, ni dejemos de vivir por buscar un "ok" de gente que ni siquiera es fundamental para nuestra vida. 

9. El dinero va y viene, sí. Y luego de haber pagado nuestras cuentas y nuestras deudas (porque eso es lo principal), no tiene nada de malo en gastar algo para nosotros. Al fin y al cabo, para eso trabajamos. 

10. Buscar un trabajo solo para pagar cuentas nunca nos dará una felicidad completa ni un sentimiento de logro. Lo más hermoso de la vida es trabajar en lo que nos apasiona, lo que nos llama, lo que nos llena. Vocación se llama. 

11.  Las mejores cosas siempre cuestan más. Siento que esto es una ley de vida que nos permite aprender a apreciar lo que tenemos. ¿Queremos un buen trabajo? Requiere esfuerzo. ¿Queremos un cuerpo increíble? Requiere esfuerzo. ¿Queremos una relación bonita y funcional? Ahí sí no sé qué decirles, pero seguro también requiere esfuerzo. Y así.

12. Llegar a los 30 años soltera, sin hijos y muchas veces sin idea de qué se quiere o se espera de la vida no está mal. Cada quien va a su propio ritmo. 

13. No todas las amistades están hechas para permanecer durante toda la vida. Muchas se quedan con nosotros hasta que aprendemos lo que tenían que enseñarnos, ya sea por grandes momentos compartidos, por sabias palabras o por dolorosas decepciones... o por todo lo anterior junto. 

14. Aprender a "leer" las intenciones que los demás tienen con nosotros nos puede ayudar a evitarnos muchos problemas y futuras decepciones. Muchas veces, esto se puede lograr con ese sexto sentido al que llamamos "intuición"; si algo no se siente del todo bien con alguien, lo más seguro es que esa persona no es la correcta para nosotros en ese momento.   

15. Creo firmemente que las personas malas no existen. Existen malas circunstancias, malas decisiones, malos ejemplos, malos entendidos, malas enseñanzas, malos ambientes, malas situaciones, intenciones mal dirigidas, etc., pero siempre tiene que haber algo bueno dentro de todos. 

16. Cuidar de nosotros mismos es un pasito más a la felicidad. Y me refiero a cuidarnos física, sentimental, emocional, psicológica y espiritualmente. Cuesta mucho encontrar un balance entre todos nuestros aspectos y nuestras facetas pero no es imposible (espero).

17. A veces no nos damos cuenta, pero somos inspiración para alguien más. Puede que en este momento no lo sepamos, pero hay alguien por ahí queriendo ser como nosotros. Dejemos que sea por las razones correctas. ;)

18. "La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena." Y es cierto, porque vivir pendiente de alguien que nos hizo daño, buscando que algo le pase o buscando hacerle algo, nos daña más a nosotros que a ellos. Y, realmente, vivir con sed de venganza y con odio en el corazón no borra lo que nos hayan hecho, no desaparece de nuestras vidas. Pero sí podemos buscar superarlo cada día y aprender de eso. 

19. Todos, hombres y mujeres igual, vamos a besar sapos o ranas antes de encontrar a lo que muchos llamamos "el amor de la vida". De todos los sapos o ranas aprenderemos a saber qué queremos (o qué no) de alguien. 

20. Siempre es bueno tener motivaciones. Tipo "yo quisiera tener el cuerpo de P!nk" y así, pero también es bueno tener presente que nunca nos vamos a ver como alguien más. Por eso somos únicos e irrepetibles. Podemos aceptarnos, abrazarnos y amarnos tal y como somos.

21. Cumplir años es de lo más alegre que hay en el mundo. La edad es solo un número pero la vida es muchísimo más que eso y debemos aprender a estar agradecidos por todas las lecciones que cada año nos deja. 

22. Quedarse callado y no discutir a veces es la mejor opción. Hay situaciones que no valen tanto la pena como para herir susceptibilidades o dañar una bonita amistad. 

23. Hay personas que valen la vida entera y si tenemos a esas personas iluminando nuestras vida, debemos saber apreciarlas y no asumir que siempre estarán ahí para nosotros. Saber agradecer por la presencia y la luz de las personas que le dan un toque especial a nuestros días, es esencial.

24. Nuestra familia no es perfecta, al igual que nosotros, todos somos humanos imperfectos. En todas las familias existen conflictos y diferencias, pero la unión siempre es más importante. Aprendamos a perdonar las ofensas, a resolver los problemas, a respetar las diferencias y amar eso que hace especial a todos y cada uno de ellos.

25. Comer cereal (mejor si es Choco Krispis con leche fría) es aceptable a cualquier hora. Dejemos que ese niño interior siempre siga vivo.

26. Ser sensible no es algo malo. Al contrario, tener la habilidad de sentir todo con tanta intensidad le da un sentido increíble a la vida. Ojo, que una cosa es ser sensible o susceptible y otra muy diferente es querer pasar por víctima siempre.

27. Los mejores consejos nos lo da siempre nuestra mamá. Ese ser increíble que nos dio la vida y que, tengamos la edad que tengamos, nos cuida, nos protege y siempre está dispuesta a tendernos una mano. Ese ser tan increíble, siempre va a querer lo mejor para nosotros y es por eso, que sus consejos siempre son acertados, desinteresados y llenos del amor más puro del mundo.

28. Saber sonreír aun cuando estamos tristes no significa que seamos hipócritas o que escondamos nuestros verdaderos sentimientos. A veces sonreímos siempre porque sabemos que estamos luchando por salir adelante.

29. Todo tiene su tiempo y su lugar. Querer adelantarnos a situaciones que aún no nos tocan vivir puede llevarnos a decepciones y frustraciones que tampoco necesitamos.

30. Esta lección la dejé de último porque ha sido la más importante para mí. Más que una lección, es una afirmación de vida: Dios es el centro de mi vida. Sentirme cerca de Él me da paz, me hace amar con más profundidad a mis amigos y familia, le da ha dado un sentido totalmente nuevo a mi pequeña existencia.

BONUS: Les prometo que el Vick's Vaporub sí es bueno para TODO.





Joyce, la amargada. ✌😎

lunes, 4 de septiembre de 2017

Y son tres...

Hace tres años exactamente empecé este blog. La idea principal era contarles y volver chiste las experiencias que tenía al salir en dates. Tenía 26 años y estaba exhausta de tanta ridiculez en la gente (ni sabía yo todo lo que me faltaba ver todavía haha). 

Nunca fue mi intención burlarme directamente de alguien, sino de las situaciones en sí, esas situaciones que todo el mundo escuchaba y me respondía con un “solo a vos te pasan esas cosas”. Y sí, aparentemente así era, tanto que yo sola me decía “bad luck Joyce”. 

Ya les conté de la peor cita que he tenido hasta ahora, pero he tenido también citas muy raras, muy divertidas y, por supuesto, muy buenas también. Ya les iré contando un poco más.

Sé que mi blog se ha desviado un poco del tema inicial y que me he desahogado de temas un poco más profundos acá, pero les agradezco que me sigan leyendo, que me dejen comentarios, que me hablen para mostrar apoyo y que busquen la forma de darme esos ánimos que a veces no encuentro.

Pero regresando al tema principal de este blog, hoy les tengo una pequeña historia... 

Hace algún tiempo, quedamos en salir a cenar con alguien que conocí en un dating app (no me juzguen mucho). El chavo era muy amable, super dulce y parecía ser bastante caballeroso. 
Él sugirió el lugar y me dijo que saldría de viaje pronto entonces que no tenía mucha disponibilidad de fechas, era casi un “vamos hoy sí o sí”. Y me gustó la idea del lugar propuesto porque aparte de que me gustaba bastante la comida, era muy concurrido y así me sentía más segura.

Al llegar, no lo encontraba y no se me ocurrió decirle que nos juntáramos en algún lugar más específico dentro del restaurante. Lo busqué varias veces y nada. Al llamarlo, me dijo que iría a traerme a la entrada del restaurante. 
Oh sorpresa, no se parecía en nada a sus fotos (puede ser que él haya pensado lo mismo de mí, no lo culparía). 

Me dijo “sígueme, ya tengo mesa” y yo muy obediente iba caminando detrás de él y noté que iba para la esquina del restaurante y pensé “qué romántico él para ser la primera vez que nos vemos”.
Oh sorpresa, no estaba solo. Había dos chavos más con él. 

Sí, mi "date" al final fue con 3 chavos. 





Les juro que ahora me da risa, pero en el momento sí estaba un poco paranoica y empecé a ubicar salidas, meseros, el baño, etc., por cualquier cosa. 

Ellos me explicaron que estaban en una reunión de trabajo y se “le habían pegado” al chavo y por eso estaban ahí, seguido de un “ojalá no te moleste”. A estas alturas, descarté totalmente la cena como una date y la empecé a ver como una reunión entre amigos nada más. 

Mientras cenamos, sí hubo una buena conversación sobre la sociedad actual, programas estúpidos de la tv, música de todos los tiempos, etc. Fue una conversación agradable. 

No permití que nadie pagara mi cuenta, ya saben, para no dar ninguna mala impresión. Y al finalizar la cena, los tres me acompañaron a tomar mi taxi de regreso a casa. 

Él y yo hablamos un par de meses más, pero cuando salió de viaje a Europa (por trabajo dijo él), se perdió la comunicación y nunca supe nada más de él. 

Esta date puede ser catalogada como rara, divertida y hasta buena. Pero sí debo aceptar que era más caballeroso de lo que imaginaba y tanto él como sus amigos o compañeros fueron perfectos caballeros. 

Ojalá hubiera más gente en la que se pueda confiar tan así, a la primera. 



Hasta la próxima, my darlings. 💜

Joyce, la amargada 😎✌


jueves, 31 de agosto de 2017

¿Sola?

10:30 a.m.
Hoy desperté con algo que solo puedo describir como un vacío en el corazón. No podía entender exactamente de dónde el vacío y por qué. Hasta que pudiendo platicar con mi amiga del alma, Mayvis, pude expresar finalmente que me siento al borde de una crisis nerviosa y, no solo eso, también me siento extremadamente sola.

Yo sé, suena ridículo que alguien diga que se siente solo cuando tiene una familia amorosa, cuando tiene amigos con quién hablar de lo que siente, cuando tiene compañeros de trabajo increíbles con quienes reír todo el día… Pero, el sentirse solo aún en esas circunstancias es posible.

En inglés es más fácil hacer la distinción.
“Being alone” es el hecho de estar completamente solo, mientras “feeling lonely” es ese sentimiento feo de estar rodeado de gente hermosa y sentirse totalmente solo.
Así que hoy puedo decir que “I’m not alone, I just feel lonely”.

12:00 p.m.
En fin, a estas alturas del día sigo echándole la culpa a tantos sentimientos que he tenido durante los últimos días, los cuales creo que me tienen al borde de la crisis nerviosa, y también lo veo como residuos o restos aún de lidiar con depresión por tanto tiempo.
Me siento muy sola.
Debo decirles que me está costando un poco expresar bien todo este sentimiento de soledad, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo.

3:00 p.m.
Sé que no soy la única. No espero que todos entiendan, pero sí sé que hay quienes viven lo mismo, a veces más seguido que yo.
Sé que nuestra motivación es más grande y más fuerte que ese vacío en el corazón que quiere ganarnos la batalla día a día.

4:00 p.m.
Ya pasaron varias horas y aunque estoy más tranquila, pude notar que el sentimiento de soledad me da exactamente antes de que algo muy bueno suceda en mi vida. Mi vulnerabilidad, entonces, tal vez viene por el obstáculo que estoy tratando de superar, la adversidad que intento superar y por eso mismo me siento sola, porque es una prueba que solo yo debo pasar.  ¿Es posible?

5:00 p.m.
Todo está bien. Sé que debo ser fuerte y saber enfrentar mis obstáculos yo sola. Sé que ninguna situación, por mala que sea, dura para siempre. Sé que no estoy sola realmente, que todas esas personas que me quieren y me apoyan siempre estarán para mí.
Todo está bien.

Joyce, la amargada. 😎✌

viernes, 25 de agosto de 2017

La Tolerancia

Y bueno, me he aguantado o resistido a tocar este tema por algún tiempo, por ser tolerante y por no herir susceptibilidades. O tal vez porque siento que no soy quién para hablarlo. Sin embargo, no puedo dejar de expresar una postura.

Cuando no era creyente, me burlaba de la gente, me burlaba de sus creencias o falta de, me importaba poco la opinión de los demás pero exigía que se respetara mi derecho a creer o no creer. Exigía una tolerancia que yo no era capaz de dar.
Me ha costado admitirlo, pero me doy cuenta de lo insoportable que era antes con esa mi actitud de "me vale verga" (perdón el francés) ante todo este tema y si ofendí a alguien cuando era así, perdón.

Por muchas vueltas de la vida, principalmente porque yo lo necesitaba, regresé a mi hogar espiritual y eso me da paz, me calma el alma y vivo con el corazón lleno. No puedo decirles que ha sido fácil, al contrario, me ha costado mucho. Ha requerido mucha constancia, mucha perseverancia, mucha paciencia hacia mí misma, mucho aprendizaje y, créanme, yo sé que estoy muy lejos de ser un ejemplo o algo por el estilo, todavía me falta mucho por recorrer. Pero sí soy feliz.

En ese momento, recordé a todas las personas que me dejaron y que se alejaron de mí por mi falta de creencia o estructura espiritual pero recordé más a quienes supieron darme mi espacio y nunca me dejaron, a aquellos que me tuvieron paciencia y me acompañaron en mi proceso de conversión.

Y entonces, prometí ser tolerante ante los demás.

Es por esto que creo que los ataques por preferencias religiosas están muy de más.

Decidí expresarlo porque no me parece coherente que entre todos mis contactos adultos y lograditos, con capacidad intelectual, todavía hay quienes necesitan atacar y tratar de ignorantes y conformistas a quienes sí tenemos una creencia religiosa o que deciden jugar a ser Dios y juzgar a todos por sus acciones y errores, todavía hay quienes necesitan convencer y casi obligar a los demás a que piensen como ellos, todavía hay quienes recurren a insultos para hacer su ateísmo o religión valer, todavía hay quienes ven mis publicaciones (o las de alguien más) orientadas a Dios y responden con una carita triste, enojada o de burla.

Antes de que me aleguen, yo sé que no son todos, chill.

No podemos conocer las experiencias e historias de vida de los demás como para juzgar sus procesos de conversión o sus cambios de corazón en cuanto a estos temas.
No es coherente que queramos que se respete lo que publicamos o expresamos cuando nosotros no lo hacemos, ¿cierto?

Muchá, si piden tolerancia, practíquenla.
Que si hay religiosos que no son tolerantes, ¿eso significa que ustedes no pueden dar el primer paso o el ejemplo para serlo? ¿O viceversa?
Que si alguien no es perfecto como debería serlo por su fe, ¿qué, no somos todos humanos? ¿no todos cometemos errores?

Más que nada, el tema principal aquí es tolerancia, tolerancia real.
Ya basta a los ataques entre todos.

Seamos más capaces de comprender a los demás antes de atacar, antes de criticar, antes de burlarnos. Respetemos los procesos de cada uno en esta vida, porque si algo es seguro, es que nuestro paso acá no es fácil y poniéndonos todos en contra, es más complicado. Aprendamos que esto no es competencia, que cada quien va a su ritmo.

Es necesario hacer constar que hay muchísimas personas que no comparten mi fe y mis creencias pero saben guardar su distancia, respetan y evitan entrar en discusión. Ya saben, sí son tolerantes.

Obvio, todo esto aplica a muchísimas cosas más de nuestras vidas: posiciones políticas, gustos musicales, posturas sociales, etc.


*En serio, mi fin no es ofender a nadie, solo expresarme. 




Joyce, la amargada. 😎

miércoles, 23 de agosto de 2017

Respirar

No todos los días son fáciles.

Algunos días nos encuentran más sensibles, más expuestos, más vulnerables.

A veces, nuestros miedos nos ganan y nuestras frustraciones parecen ser más fuertes.

De repente nos encontramos con las sombras de los errores que hemos cometido, de las palabras que nunca dijimos o de las palabras que dijimos de más.

Hay días en los que queremos dejar todo, darnos por vencidos y ya.

Es totalmente normal, somos humanos, imperfectos.

Y muchas veces, todo lo que pasa a nuestro al rededor no ayuda.

Muchas veces sentimos que todos los problemas se juntan y que no tienen solución.

No, no todos los días es fácil levantarse y vivir.

Hay días que pesan en el corazón y son oscuros para el alma.

Pero... estos días también terminan.

Y de repente nuestros sueños empujan a nuestras frustraciones a un lado.

Nuestra fuerza de voluntad se vuelve mucho más grande que nuestros miedos.

Y nuestro deseo de sobrevivir a nosotros mismos es mucho más importante que los errores que pudimos haber cometido y que ya no podemos cambiar.

Nos desenfocamos de todos nuestros problemas y podemos ver que hay esperanza, que hay más soluciones a nuestro alcance de las que imaginábamos.

Levantamos nuestra mirada a las posibilidades y vemos que siempre hay personas dispuestas a darnos una mano, a hacernos reír o a acompañarnos.

Y en ese instante en el que decidimos levantarnos de la oscuridad y perseguir nuestra felicidad, recordamos que estamos ganando nuestras batallas y nos sentimos invencibles.

Como decía, es normal tener días difíciles.

Y cuando no dejamos que estos días nos ganen la batalla, tienen una función primordial.

Estos días nos dejan tomar un aire. Respirar.

Respirar para seguir con toda nuestra determinación en el camino que aún nos falta.

Respirar para ver con claridad a dónde queremos llegar.

Respirar para dejar ir lo que no nos deja avanzar y tomar lo que nos hace crecer.

Solo respirar. 

jueves, 10 de agosto de 2017

Siempre se agradecen sus comentarios

Hoy me desperté gracias a un calambre en la pierna, nada divertido déjenme decirles, y el grito que di alarmó a mi mamá a esa hora aún oscura en nuestro humilde hogar. Apenas se me estaba pasando el calambre cuando escuché a un zancudo dando vueltas alrededor mío y, sin sorpresa alguna, noté que ya tenía tres picaduras juntitas en el brazo. Genial inicio del día, ¿no?

De acuerdo a mi nueva actitud hacia la vida, decidí que no iba a dejar que eso me bajara el ánimo tan temprano, así que decidí usar zapatos cómodos, echarme un poco de Vick's VapoRub en las picaduras de zancudo y me preparé para enfrentar el día con una sonrisa.

El plan funcionó y mi día fue excelente, con la gente que quiero y que es importante para mí, con el trabajo que me encanta aunque haya estrés de vez en cuando.

Y entonces, recibí algo que no esperaba, algo que terminó de alegrarme el día y me hizo reflexionar un poco sobre todo lo que escribo en este blog. He tenido la confianza de contarles muchas cosas, algunas dolorosas, algunas graciosas pero todas muy reales.

Pero el punto de esta entrada, es compartirles el comentario que recibí sobre el blog hoy, comentario hecho por una persona a quien le tengo mucho cariño.


"He estado leyendo tus publicaciones y casualmente estaba por disfrutar un helado de hielo, debido a estos calores infernales (aunque nadie ha estado en el infierno para calificarlo así), y cuando empiezo a disfrutarlo mi sorpresa fue tal porque pedí un sabor de fresa y me lo dieron con pepita.  Solo de recordarme mi paladar empieza a segregar saliva... 

Pues en ese momento mi paladar mando un mensaje a mi cerebro, esta  acido, debido a la pepita, limón y fresa.  Y me pregunto la diferencia que puede haber entre lo ácido y lo amargo. Me gusta el café negro y sin azúcar, eso sí es amargo.  Y de aquí viene la razón por lo que escribo estas líneas.
Todos los días pasan a nuestro lado muchas personas, que por azares del destino allí están. Todos y todas  tienen su nombre y  van en su mundo, no sabemos que van pensando pero si nos detenemos a verlos su rostro refleja, talvez no lo que son, pero si su estado de ánimo. Y me pregunto, ¿Qué historia encierran? ¿Tendrán algo que contar?

También es válido pensar y casi nadie lo hace es que sabor de boca tendrán, aunque parezca excéntrico pero se vale. En este mundo todos padecemos, al igual a lo ante escrito, de problemas, dificultades y depende de la edad que tengamos de esa forma afrontamos todo. Los problemas nosotros mismos los iniciamos y otros nos los mandan como quien dice toma “la llevas”, recordando la famosa Tenta que se jugaba o se juega aun. Cuando llevamos los problemas encima, como una mochila, nos cambia hasta la forma de andar. Pero cuando entramos a trabajar o a un lugar de entretenimiento entendiera que dejamos esa mochila en la puerta seguros que nadie se robará tan mortal bolsa, porque los problemas matan y como dice una necia canción “Despacito”.

Pues esa tremenda giba es la que hace que tengamos un sabor en nuestra vida, amargo a veces. Por eso me llamo la atención el nombre de este diario diariodelaamargada@blogspot.com pero déjame decirte querida internauta que lo amargo también se disfruta, de lo contrario no podríamos distinguir de los demás sabores, como mi helado de paleta de fresa con pepita y limón. (Ya se está derritiendo debido al calor).

A mi corta edad, no es mucha ni bastante pero si corrida, he visto y he saboreado lo amargo que puede ser la vida, siempre he dicho que una manzana la puedes describir depende del ángulo de como la miras y tienes que haberte comido por lo menos una para saber narrar totalmente como es y a que sabe.


En los próximos artículos, si me lo permites contare uno de esos que para mí son sinsabores de la vida. Cosas que a diferencia de ti, no dejan ningún sabor, ni siquiera amargo. Por lo mismo no pueden ser llevados en ningún diario al menos que sea prestado como el tuyo." 
- Jerry Sepúlveda


Como siempre les digo, agradezco sus comentarios, agradezco que se tomen el tiempo de leer todas mis ocurrencias y agradezco a quienes me apoyaron al principio de este blog y lo siguen haciendo. 

Me despido por hoy pidiéndoles que sean felices, que se amen mucho a ustedes mismos y que no olviden que el Vick's VapoRub es mágico. 

Joyce, la amargada. 😎✌

viernes, 4 de agosto de 2017

El Extraño: Segunda Parte

Y bueno, les sigo contando...

Nos quedamos en que decidí que salir con el extraño tal vez no era mala idea y ese día fui recibida no solo por millones de mariposas en el estómago, sino con esa forma tan particular que tiene él de verme.

Pues, luego de esa primera vez en que decidimos vernos, él dejó de ser un extraño para mí y se convirtió en una de las personas en quien más confiaba, yo podía hablar con él de cualquier cosa, fuera importante o fuera un tontería y él siempre me escuchaba, siempre me apoyaba, siempre me aconsejaba y también me hacía saber cuando no estaba de acuerdo conmigo. Él, en poco tiempo, era a quien acudía y con quien podía ser yo misma sin miedo a ser rechazada o a que me viera "rara", aunque estoy segura que muchas veces lo hizo.

Las mariposas que sentía en el estómago poco a poco fueron reemplazadas por una sensación de paz y de calma increíble.

Yo, en serio, no quería emocionarme, sabía que por la naturaleza de toda nuestra interacción, todo podía acabar en cualquier momento y que terminaría sintiéndome como una gran pendeja, como normalmente me pasa... Pero lo miraba y sentía que había una chispa, un "algo" y entonces permití que dentro de mí se albergara una pequeña esperanza de que algún día tendríamos algo más serio.

Por diferentes cosas de la vida (viajes, trabajo, familia, etc), nos distanciamos por un tiempo y yo sabía que mi cuento de hadas se había terminado. Pasaron meses y yo no supe nada de él.

Un día me lo encontré en una fiesta y pasaron dos cosas que me hicieron ver que ya nada era como antes: 1) él ya no me veía igual, la chispa ya no estaba. 2) ya no había sensación de paz y calma, las mariposas en el estómago habían vuelto.

Yo sé, muchos pensarán y dirán que las mariposas son geniales y etc, pero no lo son porque no hay tranquilidad, no hay paz, ganan los nervios y la torpeza y pues, así no se puede (esta hermosa aclaración sobre las mariposas llegó a mí gracias a mi amigo Beto y prometo que ya les compartiré en mi página de Facebook o acá toda la teoría de las mariposas en el estómago).

En fin, nos seguimos topando en diferentes eventos y cada día descubríamos más y más amigos en común, y les prometo, ni siquiera se nos había ocurrido hacer la "comparación" para ver a qué gente conocíamos y etc.

Algún día pudimos hablar de qué pasaba con nosotros y al estar totalmente conscientes de que la emoción que sentíamos al principio ya no existía, decidimos que ser buenos amigos era lo mejor y por mucho tiempo, así fue.

Nos encontrábamos en fiestas, hablábamos de cualquier cosa y todo era cool, todo era bonito, todo era seguro. No habían mariposas en el estómago pero tampoco había una confianza total, era un punto medio muy cómodo.

Hasta que un día, nos sorprendimos viéndonos y hablándonos como lo hicimos esa primera vez en aquella discoteca. Y sí, todo se fue a la mierda. Porque esta segunda vez yo sí me la creí más de lo que debía... él jamás. Entonces luego siempre no. Y luego que mejor sí. Pero luego otra vez no. Y así pasó muchas veces.

Muchos de mis amigos saben que hasta lo comparé con Mr. Big, por esa forma de aparecer y desaparecer de mi vida como si nada, como si Juan por su casa y esa forma tan estúpida mía de permitírselo siempre.

No necesitan decírmelo, yo sé que en el fondo yo siempre esperé que alguna de esas veces en que aparecía de nuevo fuera el "hoy sí" para nosotros pero siempre me encontraba buscando cómo lidiar con que desapareciera de nuevo, con un silencio extraño y, hasta cierto punto, con el ghosting que me hacía.

Intentaba con todas mis fuerzas ya no darle importancia, dejar que se quedara lejos de mi vida, poder tener la fuerza de decir "vos, ya no" pero nunca podía. Literalmente estaba en la palma de su mano.

Muchos me preguntan en qué terminó la historia y a muchos les digo muy tranquilamente "nada, termina en yo por mi lado y él por el suyo" y a otros, no puedo evitar contestarles "todavía no sé"... Sí, sigo siendo pendeja, sigo teniendo a veces la pequeña esperanza, sigo sintiendo paz cuando lo veo (a veces).

Por ahora, puedo decirles que mientras buscaba cómo escribir esta segunda y última parte, comprendí que esta historia ya necesita tener un final, que yo estoy trabajando en ser un tipo de persona totalmente diferente y no puedo seguir arrastrando algo que nunca lleva a ningún lado...

Ya es hora de superar y seguir adelante.

viernes, 28 de julio de 2017

El Extraño

Ese día estaba muy feliz con la vida, como cosa rara, y lo único que quería era terminar mi jornada de trabajo para poder compartir con mis amigos una sana y merecida fiesta.

Fuimos entonces a una de las discotecas que más frecuentábamos con la idea de bailar y celebrar toda la noche y toda la madrugada. Entre el calor del lugar, de la gente y del baile, nos fuimos turnando para comprar bebidas para todos. Era mi turno ir a la barra y pedir, lo que en ese momento parecía ser un glorioso cubetazo de cerveza. No esperaba nada más de la noche, pero entonces lo vi. Él estaba del otro lado de la barra, viéndome desde hace quién sabe cuánto tiempo. Inmediatamente sonreímos los dos cuando nuestras miradas se cruzaron y estuvimos así lo que parecieron horas, aunque estoy convencida que realmente fueron solo unos segundos.

Se perdió entre toda la gente y pensé que no volvería a verlo ni ese día, ni ningún otro.

Pero a mi siguiente turno de ir a la barra, me sorprendió al estar justo al lado mío, y así entonces, empezamos a platicar de todo y nada a la vez... Y se me olvidó el resto del mundo, estaba totalmente absorta en la conversación con un extraño en la barra de una discoteca. Ni siquiera sabía su nombre, ni podía comprobar que lo que me contaba sobre él y su vida era real. Pero ahí me tenía, sonriéndole como pendeja.

La noche eventualmente terminó y mis amigos me dejaron segura en la puerta de mi casa. Les digo la verdad, no recuerdo cómo me despedí del extraño, ni siquiera recuerdo si lo hice.

Pero a la mañana siguiente, de repente, llegó un mensaje a mi celular. Era él. Era él invitándome a salir.

Y tuve todo tipo de emociones, estaba emocionada porque sabía que me gustaba el extraño y que había sentido algún tipo de magia mientras hablaba con él (pudo haber sido el alcohol, la verdad) y al mismo tiempo sentía un poco de miedo, al final de cuentas, no sabía mucho de él.

Me hice la loca por mucho tiempo y no salí con él ninguna de las veces que me escribió o llamó para invitarme. No tenía tiempo, estaba enferma, no tenía dinero, etc.

Hasta que un día no me le pude resistir. No era una cita realmente, era un "estoy en donde nos conocimos, ¿por qué no venís?"... y decidí ir.

Antes de llegar me iba mentalizando que el extraño en cuestión tal vez no era tan guapo como recordaba, tal vez yo no era tan bonita como él recordaba, tal vez estando sobrios no haríamos ningún tipo de "clic".

Pero llegué y ahí estaba él, viéndome de la misma forma en que me vio el día que nos conocimos.

Y se chingó todo, nacieron las mariposas en el estómago y a cada segundo se hacían más grandes. No me reconocía, ¿cómo era posible que me sintiera así con alguien que estaba viendo por segunda vez en la vida? No tenía lógica...

Todo lo que pasó entre ese día y este, ya se los iré contando.

Esta historia, lamentablemente, no tiene un final feliz... Porque acá estoy yo escribiendo sobre él, mientras él está muy tranquilo viviendo su vida, feliz, sin mí. 

lunes, 3 de julio de 2017

Obsesión

Antes de empezar, debo aclarar que esto NO me pasó a mí, aunque la historia sí es real. Sin embargo, mantendré las identidades de nuestros personajes principales anónimas. *Me disculpan por los nombres tan peculiares* 

Érase una vez (no hace mucho tiempo), un niño decente, de buena familia que siempre fue tratado por sus padres como un príncipe.

El pequeño niño, a quien llamaremos Miko, siempre creció sabiendo que algún día llegaría a hacer cosas geniales en su vida, por lo que siempre se rigió bajo las enseñanzas de sus padres, bajos los valores que ellos le inculcaron y luchó siempre por su educación. (Yo sé, todos piensan que él es el héroe del cuento)

Cuando Miko ya era un adolescente conoció a una chica muy especial, a quien llamaremos Pebbles (sí, por dulce, hermosa e inocente), e inmediatamente entablaron una amistad muy fuerte y muy especial, teniendo en común a un gran grupo de amigos, conocidos, amigos de los amigos, familiares de los amigos, etc. Ustedes me entienden la idea.

Miko estaba muy confundido, sabía que ella era únicamente su amiga pero, al mismo tiempo, sabía que tenía sentimientos más fuertes hacia ella. Quería protegerla, quería cuidarla, quería que ella tuviera siempre lo mejor del mundo y para Miko se volvió una misión buscar cómo estar con ella y entablar otro tipo de relación.

El tiempo pasaba y Pebbles estaba segura de que había encontrado a su mejor amigo, a su confidente, a su consuelo... Mientras Miko seguía pensando cómo llevar a cabo su misión de ser algo más que su amigo.

Miko fue muy cuidadoso con sus siguientes pasos y entre una estrategia muy bien planeada y mucha paciencia, fue logrando alcanzar su misión: ya estaba saliendo formalmente con Pebbles y era cuestión de un par de salidas más para que ella fuera su novia.

Pebbles siempre había sido muy reservada en cuanto a su vida sentimental, sabía muy bien que algunos errores en esta área de su vida podrían salir muy caros, por lo que era muy cuidadosa a la hora de elegir con quién salir. Pero con Miko era diferente, gracias a la amistad que habían tenido por tanto tiempo, ella se sentía segura con él y le tenía muchísima confianza.

Y sí, al poco tiempo, Miko y Pebbles ya eran novios. Pero esta historia no cuenta con un final feliz, al menos, no para los dos.

Pebbles empezó a darse cuenta que habían actitudes y acciones de Miko que no la convencían del todo, que había algo que la incomodaba, no sabía deducir exactamente qué era pero sí sabía que algo no se sentía bien. Algo simplemente no cuadraba. Y eso es algo que a todos nos ha pasado alguna vez, ¿o no?

Miko, por su parte, sabía que era su única oportunidad con Pebbles y que tenía que hacer que las cosas funcionaran, por lo que se desesperaba cuando los planes ya no salían como él esperaba.

Esa misma desesperación de Miko llevó a Pebbles a darse cuenta que él no era lo que ella siempre pensó, a terminar la relación y a alejarse de él.

Miko estaba aún más desesperado, no sabía qué hacer sin ella, no sabía cómo conseguir que ella regresara a él... lo que realmente quería era poder regresar en el tiempo y poder empezar todo de cero, para así poder hacer todo bien.

Entonces Miko, llevado por su desesperación, le relataba sobre su tristeza a sus amigos cercanos, descubriendo que el hecho de haber sido considerado siempre como un joven honesto, decente, etc., le permitía hacerse la víctima más de lo que realmente debía.

Pebbles estaba muy aturdida con todo, no solo acababa de terminar una relación de la que esperaba muchísimo más, había perdido a su mejor amigo y, encima de todo, sus demás amigos parecían favorecer a Miko, haciéndola sentir mal, como si fuera culpable de lo sucedido.

El tiempo seguía pasando y Pebbles siempre se encontraba metida en problemas, chismes, etc., y todos la llevaban a Miko, él parecía ser el responsable de todo siempre. Le parecía imposible pensar que él fuera capaz de hacerle ese tipo de cosas, al final de todo, hablamos de un joven decente y honesto.

Pero llegó el día en que llevado siempre por la desesperación, Miko ya no pudo más, ya había pasado año y medio desde que su relación con Pebbles había terminado y las cosas seguían igual. Esa frustración, ese sentimiento de fracaso y de impotencia al ver que ella cada día se alejaba más de él, lo llevó a actuar de forma inesperada.

El control sobre su plan perfecto, sobre su aparente calma y sobre cada paso que daba se perdió. Sus historias ya no tenían sentido, ya no tenían coherencia y muchas personas al rededor de ambos empezaron a dudar de él, de sus motivos verdaderos y hasta de su estabilidad emocional.

Increíblemente, el tiempo siguió pasando y a los más de dos años de que la relación hubiera terminado, Pebbles seguía recibiendo acusaciones por cosas que nunca hizo, nunca dijo y nunca vio.

Podemos imaginar la frustración de Pebbles al ver que esa persona que consideró su mejor amigo por tanto tiempo no solo se dedicaba a esparcir rumores de ella, estaba arruinándole poco a poco la vida. Y ahí fue cuando ella recordó por qué, precisamente, era TAN cuidadosa con su vida sentimental.

A esas alturas, las personas más cercanas a ella sabían que no era justa la forma en que perdió amistades, proyectos y la confianza de muchos pero esperaban que el día en que se pudiera desenmascarar a Miko llegara muy pronto.

Para fortuna de Pebbles, cada día eran más los que podían ver que la cara de niño decente, de príncipe en potencia de Miko no era más que una mentira, una fachada que él usaba para encubrir su obsesión por ella.

Y es que no hay otra forma de llamarle a todo eso que Miko sentía o siente aún, nadie desperdicia más de dos años buscando causarle daño a alguien solo para lograr algún tipo de acercamiento si no siente algún tipo de obsesión. ¿O sí?



Lo que sí es triste, es que esta historia aún no ha terminado. Nadie sabe si la obsesión en el corazón de Miko finalmente se acabó o si algún día regresará con más fuerza.


Fue complicado escribir este "cuento", ya que nuestra protagonista principal es alguien que conozco y a quien quiero mucho. 

Pero, en serio, ¿es necesario llegar a este punto? ¿es necesario que alguien llegue a tenerles miedo o a odiarlos? 

Por otro lado, si usted conoce a alguien que sufre de este tipo de obsesión, aconséjele, ayúdelo. 

Y recordemos que esto pasa a todas edades, en todo tipo de situaciones y que lo sufren tanto hombres como mujeres. 

viernes, 23 de junio de 2017

La Intensa

Hace no mucho les conté que necesitaba hacer varios cambios en mí y mi forma de actuar y vivir. Esta gana de cambiar me llevó a analizar muchas situaciones que me han rodeado por mucho tiempo ya y noté algo...

La loca, la ingenua, la intensa... Sí, yo sé que hay mucha gente que me ha dicho mínimo una de estas o tal vez todas, incluso personas que me saludan con un abrazo cuando me ven y que me repiten que son mis amigos.

Y aunque sí me da pena que digan eso, que lo piensen y que yo muchas veces ayudo con mis acciones a que eso así sea...

Si soy intensa porque dejo que mi corazón se llene de esperanza y siempre espero lo mejor de los demás. Pues sí, lo soy.

Si soy intensa porque espero y exijo que las personas me digan a la cara la verdad y cuando no lo hacen, me decepciono y me enojo. Pues sí, lo soy.

Si soy intensa porque no sé llorar solo una lágrima y necesito llorar a mares cuando algo me lastima. Pues sí, lo soy.

Si soy intensa porque, a diferencia de muchos, yo sí sé expresar (tal vez no a la perfección) qué es lo que quiero o espero. Pues sí, lo soy.

Si soy intensa porque no me interesa medir el tono de mi voz o el tamaño de una carcajada cuando estoy que exploto de felicidad. Pues sí, lo soy.

Si soy intensa porque tengo la capacidad de querer y expresarle cariño a personas que ni ellas mismas se quieren. Pues sí, lo soy.

Sí, soy intensa para muchísimas cosas pero no puedo ser de otra forma. Nunca aprendí a ser fría y calculadora, como otras personas. Nunca aprendí a moderar mis emociones porque siempre se me desbordan. Y así estoy bien.

Sé que aún quiero cambiar muchas cosas en mí pero esos cambios los estoy haciendo por MI paz mental... Y ¿saben qué? Desde entonces me río más fuerte, lloro más seguido, vivo más intensa.

And that's ok. 

jueves, 1 de junio de 2017

Ghosting

¿Les ha pasado?

Salen con alguien y justo cuando piensan que todo va bien y empiezan a considerar emocionarse más al respecto, esa persona desaparece.
Sí está viva, sí está bien, y está tuiteando, facebookeando, instagrameando, etc., simplemente no está hablándonos.
Es como si nunca nos hubieran conocido.
El tiempo pasa, olvidamos al tipo o tipa en cuestión y conocemos a alguien más. Esta nueva persona nos habla todos los días, muestran gran interés en nosotros y luego de unas semanas saliendo y en las que todo parece ir bien, desaparece también.

¿Por qué son así? ¿Por qué hacen eso?

El término "ghosting" ya es muy conocido entre todos y trata exactamente de esto, de cómo las personas solo desaparecen de nuestras vidas sin decir siquiera un "ya no quiero salir contigo" o un "ya no me gustas".




En la mayoría de casos descritos, hablan de personas que desaparecen de nuestras redes sociales también y de quienes, básicamente, no volveremos a saber nada en nuestra vida.
Pero yo también incluiría en este tipo de casos a aquellos que no te eliminan de redes sociales y se quedan ahí como ese contacto, ese perfil, esa cuenta que a veces vemos entre nuestros demás amigos pero que nunca se tomó un minuto de su tiempo para decir "ya no me interesas".

Entre todo lo que hay en internet al respecto, mencionan también cómo este tipo de actitudes en los demás puede afectar nuestro auto estima, resaltar inseguridades en uno y afectar nuestras futuras relaciones.

Y aunque también mencionan que quienes hacen esto quieren evitar un confrontamiento, que son personas que no tienen la seguridad suficiente para sacar una relación adelante o que tienen algún sentimiento de culpa o vergüenza, sigo preguntándome ¿por qué hacen eso?

Sé que es completamente normal que alguien solo te deje de gustar y ninguno está realmente obligado a estar "engustado" con alguien para toda la vida, pero ¿es justo hacer algo así?

He visto a amigas que pasan semanas o hasta meses preguntándose qué pasó con el tipo encantador que conocieron, qué pasó con esa relación que quedó en el aire... ¿qué pasó?




Pero, creo que antes de preguntarnos qué pasó con esa persona, lo realmente importante es encontrar nuestra forma de reaccionar ante este tipo de situaciones para que no nos afecte más de lo que debería.

  • Es primordial recordar que nada de esto es culpa nuestra, así que no nos culpemos por las acciones de los demás. 
  • Si alguien no quiere estar en nuestra vida y ni siquiera puede decírnoslo de frente, es muy probable que ni siquiera lo merezca.
  • Hay muchísimas personas en este mundo, no perdamos la cabeza y la paz mental por alguien que, definitivamente, no la pierde por nosotros. 
  • Buscar una respuesta o stalkear a dicha persona no hará que quiera hablarnos tampoco (lo aprendí a la mala haha).
  • Y por último, recordemos que todos tenemos algo que nos hace únicos y si al imbécil que solo desapareció no le gustó ese algo, habrá alguien a quien le encantará y esa persona tal vez sí valdrá la pena. 


Ahora cuéntenme, ¿les ha pasado? ¿lo han hecho? 

jueves, 25 de mayo de 2017

Ya no odio comer sola

Durante toda mi vida siempre expresé muy fuertemente cuánto odiaba comer sola, lo he publicado en mis redes sociales y hasta he hecho debates al respecto.

Obviamente, yo sé que es estar sola en sí lo que siempre odié.

Verán, por situaciones de la vida que no me pondré a discutir ahorita (vean entradas anteriores), siempre pensé que estar sola era sinónimo de que algo malo estaba a punto de pasarme y de que yo no valía la pena. Encontrarme sola en diversas situaciones hacía que me sintiera abandonada, rechazada y hasta no querida.

Entonces durante muchos años, para mí fue conflicto emocional el estar sola, lo odiaba tanto, simplemente no podía (pensándolo ahorita, eso pudo haber afectado mis relaciones sentimentales, pero luego hablaremos de eso).

Yo necesitaba de la compañía, los consejos o las palabras de ánimo de mi familia, principalmente mis primos, y cuando no los tenían eran unos dramas que ni se imaginan... ellos no tienen que imaginarlo, obviamente, porque lo han vivido durante todo este tiempo. Perdón por eso.

De repente, gracias a una relación sentimental que terminó muy mal y que me tenía hundida en una tristeza re estúpida (sí, algún día hablaremos de esa relación también), alguien muy sabio me dijo que yo necesitaba aprender a amarme a mí misma y a pasar más tiempo conmigo para saber quién soy realmente. El secreto, según esta sabia persona, era que cuando ya me sintiera 100% cómoda conmigo misma en todos mis aspectos, estaría lista para una relación que valiera la pena.

Yo sabía que tenía que trabajar en mí misma y en esa inseguridad, que la mayor parte del tiempo, era más grande que yo y siempre me retuvo de hacer muchas cosas en la vida.

Poco a poco, porque tampoco les puedo decir que ha sido fácil, empecé a apreciar más el tiempo que dedicaba a cosas que eran solo para mí. Descubrí muchas cosas de mí que siempre tuve reprimidas y empecé a ver en mí cualidades que ni imaginaba que poseía.

Como buen ser humano, tengo fallas y defectos, se me escapa la seguridad que he logrado construir y le hago la vida imposible a los demás. Perdón por eso también. 

Antes me llevaba muchísimo tiempo intentar levantarme después de una recaída, me convencía que ser un fracaso, ser frágil y ser insegura era mi verdadero yo y seguía excusándome tras esto. Ya saben, las excusas normales "siempre he sido re estúpida", "ni siquiera me merezco algo tan bueno", "no soy tan inteligente o capaz", etc.

El tiempo sigue pasando y mi relación conmigo misma cada día es más fuerte y más estable. A pesar de todo, puedo decir hoy que amo quién soy y amo mi vida.

Sé que aún falta muchísimo por recorrer pero cuando veo todo lo que ya he superado, me siento fuerte y motivada para seguir adelante. Sé que sigo cometiendo errores y que en este camino tal vez lastimaré a alguien aunque no sea esa mi intención. Perdón por eso también. 

Y hoy me motivé a contarles un poco de todo esto porque hoy, por primera vez, comí sola y me sentí en paz, hasta feliz. Hoy les puedo decir finalmente: ya no odio comer sola. 







lunes, 15 de mayo de 2017

Equilibrio

Muchos la defienden, muchos la niegan, todos tenemos una teoría o una opinión al respecto, pero parece que no hay una respuesta real o correcta a una de las preguntas más viejas de todos los tiempos: ¿puede existir la amistad entre un hombre y una mujer?

Hay decenas de artículos que aseguran que es imposible, hasta dicen que está científicamente comprobado que dichas amistades platónicas son solo un mito.

Como pueden imaginar, esto viene acompañado de una historia, bastante divertida si así quieren verla, de esta su servidora amargada.

Hace unos años, no diré cuántos exactamente, inicié una amistad con un joven que, les prometo con todo mi corazón, siempre pensé que era feo y no le veía la gracia por ningún lado pero sí compartíamos muchas ideas, formas de pensar, gustos, opiniones, etc., que nos hicieron ser más cercanos cada día y yo llegué a asegurar que él era mi mejor amigo.

Siempre he culpado al alcohol de lo siguiente hahaha pero sí estoy consciente que fue culpa nuestra también. En alguna fiesta, pues todo se descontroló y nuestras muestras de afecto ya no eran las normales para dos mejores amigos. Les juro que yo hasta el día siguiente empecé a recordar poco a poco lo que había sucedido y nunca pude descifrar cómo inició ni quién lo inició. Pero el asunto es que ya habíamos cruzado la línea de lo platónico. Cagadales.

No sabía ni cómo verlo, ni cómo hablarle. No sabía si era buena idea tocar el tema de cómo había amanecido en su casa ese día o si era mejor hacerme la loca y fingir que nunca había sucedido.
Definitivamente, lo que más me preocupaba era nuestra amistad, no quería perder la dinámica que ya habíamos adoptado a lo largo del tiempo peeeeero estaba completamente segura que ya no lo veía igual.

Como vi que el tema nunca salió a relucir entre nuestras siguiente conversaciones, decidí hacerme la loca y hacer de cuenta y caso que nunca había pasado nada.
Nuestras conversaciones en redes sociales seguían siendo como antes del mentado día ese y yo estaba segura que todo volvería a la normalidad y que esa idea que yo tenía de "ahora él ya me gusta" era circunstancial y pronto abandonaría mi mente.

Pero... alcohol de nuevo. Cagadales de nuevo.
Esta vez yo sí recordaba, ambos iniciamos todo... que con coqueteo, que con indirectas, que con bromas doble sentido, etc. Y esta vez, me enoje conmigo misma, les juro que me daban ganas de cachetearme por pendeja, yo sabía que esa situación iba a arruinar una de las mejores amistades de mi vida.

Pero ahí seguía, jugando a la mejor amiga que en escondidas y en secreto quería muchísimo más de su "mejor amigo".

Obviamente, todo se fue al carajo.

Un día decidí que estaba enamorada de él y que tenía que decírselo porque vivir con todo en silencio me iba a matar. Error número uno. 
Y entonces junté todo el valor que según yo necesitaba y le dije todo, Por Whatsapp, obvio.
No tengo aún claro si lo acorralé, si le di lástima, si su respuesta en algún momento fue real, pero el asunto es que su respuesta fue un "yo también". Hablamos poco al respecto pero yo tenía entendido que empezaríamos a salir (ya no como amigos) y a ver a dónde llevaba todo.

Pero todo siguió igual que antes, en secreto, a escondidas y los detalles o gestos que yo esperaba que alguien "enamorado" tuviera, nunca los vi de él y me frustraba.

Eventualmente, noté que la atención de él estaba en alguien más. Yo sé que en ese momento, yo tenía que hacerme a un lado, dar por terminado todo (aunque nunca haya iniciado), alejarme de toda la situación y desearle lo mejor siempre... ya saben, lo que alguien con amor propio hubiera hecho.

Pero no, yo seguía con la necedad de que él dijo "yo también". Error número dos.
Yo seguía esperando algo de él, algún detalle o algo. En esta etapa fue cuando más bajo caí.
Él sabia lo que yo sentía, que debo admitir no era exactamente "enamoramiento" sino algún tipo de desesperación porque las cosas no estaban sucediendo como quería o esperaba, entonces él pedía de mí todo tipo de ridiculez y yo ahí estaba, pensando que esa era la atención y cariño que yo merecía.

Prometo que algún día me dedicaré a escribir sobre sus cagadales, pero esta historia está centrada en los míos.

Menos mal, un día abrí los ojos y me di cuenta que él tal vez me tuvo cariño alguna vez. Tal vez él intentó alejarme para que yo reaccionara y dejara de pensar que estaba enamorada de él. Tal vez él solo me vio como una buena amiga, tal vez ni siquiera la mejor. Hay muchos "tal vez" que siempre van a quedar en el aire.

Siento que los asusté un poco con la historia, sé que me leo RE intensa y hasta yo sola me di un poco de miedo y mucha risa mientras escribía pero les prometo que he estado trabajando en mí misma y en mi amor propio para ya no estar con tantos "tal vez" rondando en mi mente y atormentándome la vida.

Por si les queda la duda, no sé nada de mi "amigo" desde hace años y creo que es lo mejor para ambos. Espero de todo corazón que sea feliz, eso sí.

Y regresando a la pregunta inicial, ¿puede existir la amistad entre un hombre y una mujer?
Sigo creyendo que sí, porque veo que me rodean muchas personas extraordinarias que tienen amistades épicas totalmente platónicas.

¿Cómo le hacen? Creo que tiene que ser gracias a un equilibrio mental y emocional por parte de ambas personas, ese equilibrio que hace que tengamos siempre muy presente qué queremos en la vida, ese equilibrio que no permite que cambiemos de personalidad con alcohol o un par de palabritas dulces de alguien que ni nos gusta. Ya saben, ese equilibrio que yo no tenía cuando sucedió todo lo que les acabo de contar.

Y no puedo dejar de pensar en un ejemplo muy claro presentado en una de las series de tv más populares de los últimos tiempos: Robin Scherbatsky y Marshall Eriksen de How I Met Your Mother. 




Y ustedes, ¿piensan que puede existir la amistad entre un hombre y una mujer?