viernes, 4 de agosto de 2017

El Extraño: Segunda Parte

Y bueno, les sigo contando...

Nos quedamos en que decidí que salir con el extraño tal vez no era mala idea y ese día fui recibida no solo por millones de mariposas en el estómago, sino con esa forma tan particular que tiene él de verme.

Pues, luego de esa primera vez en que decidimos vernos, él dejó de ser un extraño para mí y se convirtió en una de las personas en quien más confiaba, yo podía hablar con él de cualquier cosa, fuera importante o fuera un tontería y él siempre me escuchaba, siempre me apoyaba, siempre me aconsejaba y también me hacía saber cuando no estaba de acuerdo conmigo. Él, en poco tiempo, era a quien acudía y con quien podía ser yo misma sin miedo a ser rechazada o a que me viera "rara", aunque estoy segura que muchas veces lo hizo.

Las mariposas que sentía en el estómago poco a poco fueron reemplazadas por una sensación de paz y de calma increíble.

Yo, en serio, no quería emocionarme, sabía que por la naturaleza de toda nuestra interacción, todo podía acabar en cualquier momento y que terminaría sintiéndome como una gran pendeja, como normalmente me pasa... Pero lo miraba y sentía que había una chispa, un "algo" y entonces permití que dentro de mí se albergara una pequeña esperanza de que algún día tendríamos algo más serio.

Por diferentes cosas de la vida (viajes, trabajo, familia, etc), nos distanciamos por un tiempo y yo sabía que mi cuento de hadas se había terminado. Pasaron meses y yo no supe nada de él.

Un día me lo encontré en una fiesta y pasaron dos cosas que me hicieron ver que ya nada era como antes: 1) él ya no me veía igual, la chispa ya no estaba. 2) ya no había sensación de paz y calma, las mariposas en el estómago habían vuelto.

Yo sé, muchos pensarán y dirán que las mariposas son geniales y etc, pero no lo son porque no hay tranquilidad, no hay paz, ganan los nervios y la torpeza y pues, así no se puede (esta hermosa aclaración sobre las mariposas llegó a mí gracias a mi amigo Beto y prometo que ya les compartiré en mi página de Facebook o acá toda la teoría de las mariposas en el estómago).

En fin, nos seguimos topando en diferentes eventos y cada día descubríamos más y más amigos en común, y les prometo, ni siquiera se nos había ocurrido hacer la "comparación" para ver a qué gente conocíamos y etc.

Algún día pudimos hablar de qué pasaba con nosotros y al estar totalmente conscientes de que la emoción que sentíamos al principio ya no existía, decidimos que ser buenos amigos era lo mejor y por mucho tiempo, así fue.

Nos encontrábamos en fiestas, hablábamos de cualquier cosa y todo era cool, todo era bonito, todo era seguro. No habían mariposas en el estómago pero tampoco había una confianza total, era un punto medio muy cómodo.

Hasta que un día, nos sorprendimos viéndonos y hablándonos como lo hicimos esa primera vez en aquella discoteca. Y sí, todo se fue a la mierda. Porque esta segunda vez yo sí me la creí más de lo que debía... él jamás. Entonces luego siempre no. Y luego que mejor sí. Pero luego otra vez no. Y así pasó muchas veces.

Muchos de mis amigos saben que hasta lo comparé con Mr. Big, por esa forma de aparecer y desaparecer de mi vida como si nada, como si Juan por su casa y esa forma tan estúpida mía de permitírselo siempre.

No necesitan decírmelo, yo sé que en el fondo yo siempre esperé que alguna de esas veces en que aparecía de nuevo fuera el "hoy sí" para nosotros pero siempre me encontraba buscando cómo lidiar con que desapareciera de nuevo, con un silencio extraño y, hasta cierto punto, con el ghosting que me hacía.

Intentaba con todas mis fuerzas ya no darle importancia, dejar que se quedara lejos de mi vida, poder tener la fuerza de decir "vos, ya no" pero nunca podía. Literalmente estaba en la palma de su mano.

Muchos me preguntan en qué terminó la historia y a muchos les digo muy tranquilamente "nada, termina en yo por mi lado y él por el suyo" y a otros, no puedo evitar contestarles "todavía no sé"... Sí, sigo siendo pendeja, sigo teniendo a veces la pequeña esperanza, sigo sintiendo paz cuando lo veo (a veces).

Por ahora, puedo decirles que mientras buscaba cómo escribir esta segunda y última parte, comprendí que esta historia ya necesita tener un final, que yo estoy trabajando en ser un tipo de persona totalmente diferente y no puedo seguir arrastrando algo que nunca lleva a ningún lado...

Ya es hora de superar y seguir adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario