domingo, 9 de diciembre de 2018

Cuento de un principito

Esta es la historia de un principito.

Un principito que tenía poderes muy especiales. Claro, nosotros al pensar en poderes pensamos en volar, ser invisible, visión láser, etc., pero nuestro principito tenía poderes que muchas veces nos cuesta más ver en este mundo y, en medio de nuestra imperfecta humanidad, se nos olvida que nosotros también podemos tenerlos.

Nuestro principito nació en la tercera semana del primer mes del año, alegrando inmensamente los corazones de todos aquellos que esperaban su llegada con tanto amor.

Desde su nacimiento, todos pudieron empezar a ver y sentir los poderes súper especiales que nuestro principito tenía, en él brillaban como en nadie más. Incluso, quienes nacimos después de él nos veíamos empapados de ese brillo especial que nuestro principito tenía.

Como es de esperar, nuestro principito siempre atraía mucho a las personas con sus poderes especiales que nadie entiende. Y es que, entre esos poderes, el que siempre nos transmitía era su inmensa y genuina alegría en el corazón, esa gana por ver a los demás felices, ese modo de hacer lo que fuera necesario con tal de ver una sonrisa en los demás.

Todos los que crecimos con él, lo conocimos en algún momento de nuestra vida o alguna vez lo vimos, sonreímos al recordarlo, con esa alegría tan característica de él.
Y no digamos sus orgullosos padres, quienes hicieron todo lo posible por mantener ese corazón lleno de alegría siempre.

Sí, nuestro principito con sus poderes especiales fue una parte clave en muchas de nuestras vidas. A muchos, nos enseñó que una sonrisa y una actitud correcta nos hace llegar más lejos, nos enseñó que amar sin condición, sin límite y sin miedos es la forma correcta de amar, nos enseñó que para obtener respeto debemos respetar también, nos enseñó que la vida puede no ser fácil pero que nuestro corazón siempre debe ser fuerte para enfrentarlo todo, nos enseñó que está bien creer en las personas, nos enseñó que la familia siempre es lo primero y más que nada, absolutamente todos sabemos que ese corazón sigue brillando en nuestras vidas como inspiración, como compañía, como recordatorio de todo lo aprendido.

En un día como hoy, después de miles de cosas vividas, miles de lecciones y millones de sonrisas, nuestro principito se fue. Regresó a dónde realmente pertenece un ángel tan hermoso como lo es él.

Sí, por supuesto que duele no ver más su sonrisa, no escuchar más su voz, pero todos siempre recordamos esa alegría que nos hacía sentir, esa forma en que nuestro corazón se hacía más grande cada vez que él estaba presente.

Y, como les decía, sus súper poderes no siempre se entienden en este mundo pero al recordarlo a él, podemos sentir su alegría de nuevo y tener la esperanza de que sigue cuidando de todos, recordándonos lecciones, haciéndonos sonreír.

No piensen que nuestro principito no dejó un legado, por supuesto que lo dejó.
El legado vive en cada uno de nuestros corazones y en su hermoso bebé (que ya no es un bebé, la verdad), quién a simple vista, también se le puede ver ese brillo tan especial en el corazón.

FIN


Hasta la próxima, my darlings.

Joyce, la amargada. 🤘🏻😎

miércoles, 19 de septiembre de 2018

A mí me gustan mayores… ¿o no?

Por ahí de 1999 tuve mi primer crush. Era mucho mayor que yo: él estaba saliendo de secundaria y tenía 18 años, cuando yo apenas seguía en quinto primaria y tenía 12 años. Sí, ahora  6 años de diferencia no son nada realmente, peeeeero en ese entonces y bajo esas circunstancias, la diferencia era evidente y un tanto creepy, especialmente para maestros y mi mamá. 

Por supuesto que jamás lo volví a ver después de que se graduara del colegio pero sí les puedo asegurar que fue la primera vez que sentí mariposas en el estómago. (Nocierto, sí me lo encontré cuando yo ya estaba en la universidad, feo, viejo, acabado.)

Durante los siguientes años en el colegio tuve mis crushes, como a todos nos pasó durante nuestro paso por la secundaria, y pues todos eran mayores que yo pero todo era visto como normal. Es más, la mayoría de veces todas las niñas de la clase teníamos crush con el mismo chavo inalcanzable, el popular, el deportista, el inteligente, el encantador, el alumno querido por todos los maestros… O mínimo así los veíamos, porque más adelante nos fuimos dando cuenta que eran RE imbéciles todos. En fin… 

En diversificado, ya todos tenían algún novio o alguna novia, y lo más normal eran las parejitas de novios que se iban formando en la misma clase. A todas les gustaba algún niño de la clase. 

No. A Joyce no. A mí me gustaban aún más grandes, me gustaban los universitarios. Pero no cualquier universitario, a mí me gustaban los que ya iban para afuera de la universidad. De hecho, a mis 17 años, salí un par de veces con alguien de 24 años y no hubo más que un par de dates porque él estaba concentrado en su tesis, su privado y su total libertad. Yo seguía pendiente del horario del colegio, de los zapatos del uniforme y de que los pantalones khaki del uniforme se vieran decentes todos los días.

Con el paso de los años, mi gusto por hombres un poco o bastante mayores no ha cambiado y lo defiendo siempre. En mi mente, son los que saben qué quieren en la vida, los que ya tienen una dirección más clara y cierto orden mental. 

¿O no?

Después de haber salido con tipos hasta 15 años mayores a mí, la mayoría con hijos o con matrimonios fallidos, llegó el día en que llamó mi atención alguien menor (ok, menor solo por unos meses pero si comparamos, la diferencia entre mi gusto habitual y este nuevo era bastante). 

Por supuesto que tenía los nervios de si sería difícil salir con él o intentar establecer una relación por la diferencia de edad (créanme que me río de mí misma por ridícula, pero en serio lo miraba como un niño). Para no hacerles la historia tan larga, el chavo siempre fue super agradable, super amable, super caballeroso y bastante centrado, para mi sorpresa. Y justo cuando estaba lista para mudarme a Cougar Town, surgieron un par de situaciones que él no supo manejar de la mejor forma. 

Me bloqueé totalmente y decidí que no podía, que por eso me gustaban mayores, porque son más prácticos. No es precisamente un cumplido (¿o sí?), pero ya tienen sus años de estar librándose de problemas, de personas tóxicas y lo más importante, de ser cínicos a la hora de dejar claro qué quieren y, principalmente, qué no quieren. 

Pero al mismo tiempo, quienes me llevan entre 5 a 15 años ahora son, en su mayoría, personas que no buscan lo mismo que yo. 

Por un lado, están los que se han mantenido solteros. Esos que tienen todo materialmente hablando y tienen una libertad que no están dispuestos a comprometer o a perder, por mucho que les guste alguien. Todos conocemos a muchos así, prefieren mantenerse como los solteros codiciados inalcanzables porque así es más divertido. Y es muy raro que cambien esa mentalidad. 

Por otro lado, están los que ya estuvieron casados/unidos. Estos no quieren volver a saber de ninguna relación seria el resto de sus vidas y le huyen a sentir algo por alguien otra vez. Y entonces, encuentran una libertad que habían olvidado que podían tener y también prefieren mantenerse como solteros codiciados. 

Por supuesto que estoy generalizando, pero ya sabemos que no todos los casos son así.

Claro, ustedes se pueden preguntar a estas alturas de la lectura, “¿y a esta pendeja nunca se le ocurrió salir con alguien más cercano a su edad y no llegar a tanto extremo?”

Pues sí, sí se me ha ocurrido pero me cuesta mucho congeniar con personas tan cercanas a mi edad en este sentido. No sé por qué. Solo no se me da. Los pocos intentos que hice, son prueba de que la gente de mi edad me cansa mentalmente mucho más que los mayores o los menores. 

Para poder llegar a mi conclusión de si son mejores los mayores o los menores o qué pasa con eso, hice una pequeña encuesta en Twitter:





Aparentemente, no soy la única que los prefiere mayores. 
Pero al ver la segunda respuesta con más votos, lo pensé todo el día y sí, creo que esa debería ser la respuesta adecuada. 
Me pueden encantar mayores, pero eso no quiere decir que en alguien mayor encuentre a alguien que tenga la mentalidad que haga clic con la mía, la personalidad que me enamore o los valores que complementen los míos. O tal vez sí. 

Al final, solo puedo decirles que no es la edad la que debe importarnos, es la actitud, los principios, la persona en sí. 

*Por favor, esta no es invitación a que se anden sabroseando a menores de edad. 


Hasta la próxima, my darlings. 

Joyce, la amargada. 🤘🏻😎

jueves, 30 de agosto de 2018

Un Nuevo Sueño

Es muy cliché decirlo, pero también es muy cierto que cuando nace un sueño en nuestro corazón, cuando nos fijamos una meta más en la vida y nos concentramos plenamente en cumplirla, algo casi mágico pasa en nosotros.

Hace algunos años, tuve un sueño tan grande y significaba tanto para mí, que hice todo lo que pude por cumplirlo, trabajé por mantenerlo y fui increíblemente feliz.

Sin embargo, en esta vida todo cambia y mi tiempo viviendo ese sueño ya terminó.

No se los voy a negar, al verme tan fuera del sueño que tenía para mí misma, me sentí frustrada, decepcionada y bastante perdida. No sabía qué rumbo tomar, no sabía cuáles debían ser mis siguientes pasos y, aunque trazaba planes y buscaba qué hacer con mi vida cada día, estaba llena de inseguridades.

Dentro de toda esa incertidumbre, de todo este tiempo en el que no podia ver la luz al final del túnel, entendí que esa luz que tanto buscaba y anhelaba siempre ha estado en mí y que debo hacerla brillar lo más que pueda. 

Y, entonces, algo pasó… mi alma ardió, mi corazón latió con más fuerza que nunca, sonreí sola otra vez y decidí tomar las riendas de mi vida otra vez. Sí, un Nuevo sueño estaba naciendo en mí y en mi corazón. 

Hoy, puedo decir que este nuevo sueño me tiene emocionada, me hace sonreír cada día más y me da la fuerza que necesito para enfrentar lo que venga. Son mis primeros pasos hacia esta nueva meta, son pasos pequeños pero muy firmes y muy llenos de esperanza.

Y hoy, también, puedo darme el lujo de decir que mis esfuerzos, mi estrés y todas mis fuerzas van dirigidas a cumplir el sueño más grande que he tenido hasta ahora.

Y ustedes, ¿están persiguiendo sus sueños? 


Hasta la próxima, my darlings. 🤘🏻😎

martes, 28 de agosto de 2018

Procesos

Todos siempre estamos pasando por algún proceso y en este nuevo  proceso que me ha tocado vivir, que no ha sido fácil y que no parece tener solución aún, aprendí aún más de mí misma. 

Suficiente me ha costado sanar mis heridas como para esconder las cicatrices.

No, esas cicatrices son parte de quién yo soy y de cómo llegué a serlo.

Son testimonio de mi fuerza y de mi amor propio.

Y es que a todos les gusta verte cuando sos un desastre, porque así es más fácil verse a ellos mismos (que pueden ser un desastre más grande en el momento), pero cuando se trata de apoyar, de ayudar, de dar una mano... Nadie.

Y es triste pero a mucha gente le gustamos solo cuando estamos mal.

Por eso nos toca vivir nuestra reconstrucción solos y es mejor así, nos podemos dar el lujo de diseñarnos, de moldearnos y de darnos la oportunidad de ser todo eso que siempre quisimos ser.

No, no es fácil. Pero aprendemos tanto de nosotros mismos y de cómo ser felices con nada, con nadie... Todo lo que viene después a nuestras vidas es mágico, es una bendición y sabemos qué esperar, qué tolerar y a quiénes dejar entrar.

Este proceso no ha sido fácil, pero sé que valdrá la pena. 

Hasta la próxima, my darlings. 🤘🏻😎

lunes, 2 de julio de 2018

Mi pequeña yo

Si tuviera a mi yo de 7 años enfrente, la abrazaría. La abrazaría muy fuerte para que sepa que el amor más grande en su vida debe esperarlo de ella misma.
Le diría que nada de lo que le está pasando ahorita es su culpa. 
Le pediría que sea valiente porque ningún mal dura para siempre. 
Le contaría que, a pesar de lo que le dicen ahora, ella puede y va a ser muy feliz. 
Limpiaría sus lágrimas y le pediría que no deje de sonreír. 
Le recordaría que su felicidad depende de ella únicamente y que nunca deje de perseguirla. 
Le recomendaría que duerma porque, aunque no parezca, ella sí está segura y nada le va a pasar. Además que esas ojeras jamás se le van a quitar. 
La animaría a seguir disfrutando con todo su corazón seguir aprendiendo y a que aprenda todo lo que pueda. 
Le recordaría que no vale la pena vender sus ideales y principios por agradarle a gente que ni siquiera vale la pena. 
Le pediría que insista más en ver a su papá, que aproveche todo el tiempo que pueda con él, que le pida ayuda para sentirse rescatada lo antes posible. 
Hablaría con ella para que entienda que las personas que ahora le hacen tanto daño no son malas, que no llene su corazón de odio y que, al contrario, sepa llenarse de perdón y compasión, porque eso es lo que realmente la hará sentirse liberada y en paz. 

Todo esto cruzó por mi mente al ver una foto mía, en la que las ojeras empezaban a ser evidentes y ya no sonreía, mi mirada está perdida y es muy obvio que hay demasiado dolor en mi corazón. No voy a preguntarme otra vez por qué nadie lo notó, pero sí voy a buscar la manera de sanar eso. 

A esa niña yo le debo ahora. 
Le debo ser feliz, le debo sonreír, le debo perseguir esos sueños que alguna vez tuvo. 
Por esa niña, que perdió la gana de vivir tan temprano en la vida, yo pongo todas mis ganas por hacer de mi vida algo increíble. 
Sé que si fuera al revés, y ella pudiera verme a mí, se sentiría decepcionada de alguna forma por cuánto le he fallado pero también sé que sentiría alivio al ver que la felicidad es posible. 

Me costó escribir esta entrada, más que nada porque sé que aún queda mucho que sanar, mucho qué perdonar pero yo sé que no es imposible, porque también sé que me queda mucho por vivir y mucha felicidad y mucha paz por disfrutar. 


Hasta la próxima, my darlings!

Joyce, la amargada. 😎✌🏻

lunes, 25 de junio de 2018

Recuerdos de mis Maestros

Alguna vez escribí algo por mis ex alumnos, esas personitas que, sin saberlo, dejaron una huella permanente en mi corazón y por quienes valió la pena el ser maestra.

Sin embargo, hoy quiero recordar a esos maestros que me marcaron, de quienes aprendí más allá de lo que nos decían los libros. Y por eso, creí necesario hacer un listado de los tipos de maestros que tuve y puede que ustedes también. 

1. El Maestro Cool: El maestro cool nunca gritó, nunca levantó la voz, nunca se le vio desesperado, nunca castigó y nunca se alteró. Porque no tenía necesidad. Todos amaban a este maestro, se sentía como parte del grupo y todos confiaban en él. 

2. La Maestra en la Luna: Mi gordita, no le caía mal a nadie pero era inevitable jugarle bromas dentro de la clase porque, o era demasiado despistada y no se daba cuenta, o era muy buena para hacerse la loca e ignorar tanta estupidez junta. Esta maestra también parecía no prestar atención a lo que todos hacían dentro de la clase pero aún así, mantenía el orden. 

3. La Maestra Filosófica: Era aquella maestra que a veces nos desesperaba, pero nos encantaba cuando perdíamos clases para recibir una de sus tan famosas charlas. A pesar de todo, estoy segura que todos le teníamos un cariño increíble y, lo admitamos o no, algo aprendimos de sus interminables discursos sobre la vida. 

4. El Maestro Secretamente Cool: Era el maestro que nos desesperaba y hasta nos caía mal porque nunca nos tuvo "suficiente paciencia", sin saber que el pobre solo estaba evitando reírse de todas nuestras pendejadas. Más adelante, pudimos ver (no todos) que era super cool y hasta más ocurrente que nosotros. 

5. La Bruja: Esta no era maestra, era coordinadora. Y era un puto dolor de cabeza. Ok, tenemos que admitir que ella, literalmente, no estaba bien de la cabeza y era demasiado obvio cada vez que uno la veía a esos ojos desorbitados que tenía. 

6. El Maestro Machista: Típico maestro que nunca me cayó bien. Trataba bien únicamente a los hombres de la clase, especialmente a los deportistas, a los populares, a los que eran RE idiotas, igual que él. 

7. La Maestra BFF: Era la maestra que se esforzó por ganarse la confianza de algunos de sus alumnos y por conocer sus problemas personales y aconsejarlos por los mismos. A veces siento que eso era un cacho creepy, a veces siento que muchos de sus consejos sí ayudaron a alguien. 

8. El Maestro Cuate: Era aquel que conocía cada una de nuestras intenciones como adolescentes y buscó guiarnos de la mejor manera, nos enseñó bien su materia y muchos tenemos la fortuna de llamarlo "amigo" ahora. Y aunque el tiempo ha pasado, nos sigue viendo como a esos muchachitos medio des ubicados a veces y nos tiende una mano para que no nos perdamos. 

9. La Super Maestra: Esta maestra era la que tenía el respeto de todos (o casi), su conocimiento era increíble y aunque fuera en una simple plática a la hora del recreo, siempre aprendíamos de ella. Era cordial, respetuosa y sabía cómo hacernos reír en clase, aunque su materia era un poco densa. 

10. El Maestro Papá: Este maestro fue demasiado especial para él y me confirmó cuánto quería yo ser maestra también. Él tenía más sentido común que muchas autoridades del colegio, era un revolucionario de corazón y un verdadero genio. Pero más que nada, era cariñoso, considerado y sabía brindar apoyo a los alumnos que lo necesitábamos. Lo llegué a querer tanto que alguna vez le dije que lo adoptaría como segundo papá. 

Bonus. La Maestra Princesa: Aparte de ser físicamente hermosa, era dulce, era dedicada, era buena maestra y era la adoración de todos, ya saben, esa maestra que todos querían ver, todos querían estar en su clase, todos querían ser su favorito. 

Claro, estas observaciones están hechas basadas en mi experiencia y mi paso por ese hermoso y traumatizante que muchos describen como la mejor época de su vida, otros lo vemos como un paso más que teníamos que dar pero la gente normalmente, le llama "secundaria". 

Falta muchísimos perfiles más, obviamente, pero a todos los llevamos en el corazón. 

Si usted fue mi maestro y por algún milagro de la vida, está leyendo esto:
1. Perdón por las palabrotas. 😁
2. Gracias por absolutamente todo. 💜


Y si usted es maestro, ejerza o no, ¡Feliz Día del Maestro!

Hasta la próxima, my darlings! 

Joyce, la amargada. 😎✌🏻

viernes, 15 de junio de 2018

El SOP

Hoy vengo a hablarles de algo que muchos ven como simple pero que afecta a muchas mujeres, algo que no se nos presenta de la misma forma a todas pero que afecta nuestra salud.

A veces, el dolor es tanto que no me puedo mover. A veces, el dolor se va únicamente si me tiro al piso en posición fetal. A veces, mi periodo dura más de siete días y otras veces, es un no show. A veces, puedo estar muy tranquila en medio de mis actividades cotidianas y empiezo a sudar helado porque una punzada de dolor me está atravesando y a veces, esas punzadas de dolor se extienden a todo mi cuerpo haciendo que lo sienta "dormido".







La desesperación y las ganas de llorar incontrolablemente, como buena llorona que soy, están presentes en cada síntoma.

Cuando alguien pregunta y digo "son los quistes en los ovarios", me contestan con un "ah, solo es eso".

¡¿Solo es eso?!





Déjenme decirles, a pesar de todo lo que les acabo de describir, yo no la tengo tan mal. Conozco a muchas mujeres que sufren aún más con los pinches quistes, así que les cuento un poco más sobre los mismos y las consecuencias que pueden tener:

El Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP) está ligado a cambios en los niveles hormonales que le dificultan a los ovarios la liberación de óvulos completamente desarrollados (maduros). 

En el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP), los óvulos maduros no se liberan. En lugar de esto, permanecen en los ovarios circundados por una pequeña cantidad de líquido. Puede haber muchos de ellos. Pero, no todas las mujeres tendrán ovarios con este aspecto.





Estos problemas con la liberación de los óvulos pueden contribuir a la esterilidad. Los otros síntomas de este trastorno se deben a los desequilibrios hormonales.

Es por esto que muchos síntomas o consecuencias incluyen acné, vello facial, variaciones en el peso (ya sea perder peso muy rápido y sin motivos aparentes o lidiar con sobrepeso a pesar de tener un plan de alimentación saludable), cambios de humor, entre muchos más. 😰

La mayoría de las veces, se diagnostica en mujeres entre 20 y 30 años. Sin embargo, también puede afectar a niñas adolescentes. 
Otra situación que puede presentarse también y que es más seria pero siempre está relacionada de alguna forma, es la endometriosis ovárica. 


Esta se presenta cuando el endometrio, la capa mucosa que recubre el útero, crece en otras partes del cuerpo que no es el útero como puede ser ovarios, trompas, zona pélvica o intestinos, entre otras.

Este endometrio del útero que normalmente se elimina durante la menstruación, sigue el mismo proceso de crecimiento y sangrado durante el periodo, pero si está en otras partes del cuerpo, no llegan a eliminarse y provocan un aumento de tejidos y de sangre que se va acumulando con el tiempo y va aumentando la inflamación y el dolor.

El dolor provocado por esta condición es tan fuerte que la persona que lo experimenta puede hasta perder el conocimiento y normalmente va acompañado de sangrado abundante, dolor al tener relaciones sexuales, dificultad para quedar embarazada o infertilidad total. 
Es más que obvio que para saber si padecemos alguna de estas condiciones y poder seguir el tratamiento adecuado, debemos consultar con un ginecólogo y ser constante con nuestras visitas al médico, así como con el tratamiento. 


*Toda esta explicación nació de una publicación en redes sociales, en las que una mujer le desea a otra que tenga quistes en los ovarios porque la odia... 







Y me pareció TAN fuerte y TAN malvado 😂, porque aunque no parece y aunque para muchos es hasta común que las mujeres padezcamos de esto, sí se sufre, sí es doloroso y sí puede tener consecuencias más graves. 
Las invito, amigas, a que si sufren de alguno de estos padecimientos, nos compartan su historia y su experiencia y apoyarnos entre todas. 





Quiero aclarar que para escribir esta entrada, sí investigué más sobre el tema y no lo dejé solo en lo que yo conozco pero sé que hay muchísima más información sobre el tema que me está faltando. Si tú tienes más información y la quieres compartir, te agradeceré muchísimo. 


Fuentes:
medlineplus.gov 
youngwomenshealth.org 
miriamginecologia.com
afemefa.com 

Hasta la próxima, my darlings. 

Joyce, la amargada. 🤘🏻😎

lunes, 23 de abril de 2018

Ya basta

Y entonces llega el día en el que decimos "ya basta".

Ya basta de darle el poder a los demás de definir mis emociones.
Ya basta de dejar que las decisiones de alguien más afecten mi vida.
Ya basta de no tener suficiente amor propio.
Ya basta de huir de las decisiones que son sanas y necesarias en mi vida.
Ya basta de no luchar por ser feliz.
Ya basta de pensar que la soledad es mala.
Ya basta de no darle importancia a mis sueños.
Ya basta de sentir que no soy suficiente y que no merezco cosas bonitas en la vida.




Todo esto nació desde el punto más bajo, desde una frustración profunda y una desesperación por querer hacer de mi vida algo más, algo mejor. Me aburrí de llorar por personas a las que no les importa si estoy bien o estoy mal, de arrepentirme de mis propias decisiones, de ver solo lo negativo en los demás o en las situaciones de la vida, de sentir que el mundo o la vida me debe algo.


Comprendí que debo dejar ir muchas situaciones, muchas personas y muchas actitudes dañinas para darle un lugar y un espacio a lo que realmente vale la pena, que esta es mi única vida y que no puedo desperdiciarla esperando momentos y oportunidades que yo misma debo crear para mí.

Una vez más, yo sé que esto puede reducir aún más mi círculo de personas cercanas y está bien, eso también es necesario.

Estoy lista para abrirle mis bracitos a todo lo hermoso que esta vida tiene, a emociones que me llenen verdaderamente, a personas que valgan la pena, las alegrías y la vida entera, a lugares inolvidables, a experiencias únicas, pero más que nada, estoy lista para amarme como nunca, porque a pesar de todo, yo sé que merezco ese amor.

Espero, en serio, que todos lleguemos a ese amor que nos debemos y nos merecemos.



Hasta la próxima, my darlings.

Joyce, la amargada. ✌😎



lunes, 9 de abril de 2018

Otra vez

Prometo que no fui yo esta vez.
Yo no lo busqué y, aunque una parte de mí sí moría por verlo otra vez, intenté mentalizarme por mucho tiempo con que no necesitaba verlo, no necesitaba saber de él, no necesitaba siquiera saber si estaba bien o no... Pero ahí estaba. 

Ahí estaba en el mismo lugar donde nos conocimos, con ese mismo brillo en los ojos y esa misma sonrisa que me indica una sola cosa: problemas.

Yo sé, yo les había dicho hace meses que era hora de superar este tema pero, por algún motivo, se me dificulta demasiado.

Y el problema es que yo lo veo y estoy con él, y dejo tirado el sentido común, se me olvidan todos esos sermones que tanta gente me ha dado (incluso los míos) y me vuelvo una papilla débil, llena de inseguridades, de debilidades y de malas decisiones.

Al final, yo sé que tiene que haber una solución, tiene que haber una forma de cambiar esta dinámica que se viene repitiendo por años, pero no sé cuál es.
No sé si la solución es solo interrumpir todo tipo de comunicación o si la solución es solo tener paciencia y hacerme la loca, de verdad, no sé.

En lo que encuentro la verdadera solución, yo sigo con mi frente en alto, recordando que todas las situaciones en la vida nos enseñan algo, que todo lo que vivimos son lecciones que nos van quedando... supongo que me queda aún mucho qué aprender de toda esta situación.

Mi lección, al menos hoy, es simple: todos merecemos a alguien que sienta que somos su lugar preferido, alguien que quiera estar con nosotros a pesar de y con todos nuestros defectos o limitaciones, alguien que sepa valorar los sacrificios que nosotros estamos dispuestos a hacer, alguien que nos sepa hacer reír en nuestros peores momentos, alguien con quién tengamos una química inquebrantable...
Puede ser que yo sea ese "alguien" para él o puede que no. Puede ser que él sea ese "alguien" para mí o puede que no. Aún no lo sé.

Ay, en fin, tantos peces en el mar y uno siempre fijándose en el mismo camaróncito.

Hasta la próxima, my darlings.

Joyce, la amargada. ✌😎

miércoles, 7 de febrero de 2018

¡Por los amigos!

En este mes del amor y la amistad, no les escribo sobre amor porque, pues ya saben que no me va muy bien con el tema... PERO sí tengo mucho que contarles sobre lo aprendido de las amistades.

Debemos saber reconocer y diferenciar a los verdaderos amigos de esos que son solo cuates, de esos que son solo conocidos y de esos que son solo compañía de ocasión o parranda.

Aquellos que son compañía de ocasión o parranda podemos o no verlos seguido, pero lo que sí es seguro es que no les importa ni les afecta realmente lo que pueda pasarnos.
No quiere decir que nos caigan mal, ni que les caigamos mal. Solo quiere decir que no debemos perder el tiempo esperando más (especialmente, porque nosotros tampoco lo damos).

Aquellos que son solo conocidos, pueden simpatizar mucho con nosotros y puede haber un "clic" muy grande pero, no lo suficiente para considerarlo cuate, menos amigo. Muchas veces es porque no hemos podido conocer mejor a las personas, muchas veces es porque preferimos mantener una distancia por motivos profesionales o personales. Muchas veces, también, algunos que considerábamos solo conocidos llegan a ser muy buenos amigos.

Los cuates son esos a los que siempre llamamos "amigos" pero que siempre tenemos alguna reserva, que por algún motivo no tiene nuestra confianza entera pero nuestras interacciones siempre son amenas y siempre conoce nuestra mejor versión.

Y luego, están los amigos, esos que disfrutan de nuestra mejor versión y siempre están para apoyar nuestra peor versión. Esos que apoyan las cosas buenas que hacemos y nos putean cuando hacemos una cagada más grande que nosotros. Esos que son los primeros en saber cuándo somos una completa mierda y, aún así, nos quieren, nos consideran parte elemental de su vida y, si tenemos la suficiente suerte, nos consideran hasta parte de su familia.

Por esos amigos, que no saben fallar y siempre quieren lo mejor para nosotros, es que vale la pena celebrar un día que ya muchos ven como "cliché" o como "táctica de mercadeo". Porque qué bonito saber celebrar una verdadera amistad en estos tiempos en los que están tan escasas.

A ustedes, mis verdaderos amigos, son pocos pero valen más que el mundo entero y agradezco profundamente el que sean parte de mi vida.

Como nota adicional, no olvidemos tener siempre un ojo abierto y muy alerta por aquellos que prometen y juran una verdadera amistad pero que son únicamente puras víboras. Esos, al identificarlos, hay que saber mandarlos a la mierda y mantenerlos así, lejitos.

En fin, sea usted de los que celebra o no, tenga un feliz mes del amor y la amistad.

Hasta la próxima, my darlings.

Joyce, la amargada. ✌😎

domingo, 14 de enero de 2018

Los Ridículos Ex

¿Les ha pasado que ven alguna imagen en alguna red social y piensan miles de historias que contar al respecto?
Pues, así me pasó con esta imagen:




Obviamente, no pude evitar hacer un listado. 😌😅

Así que acá están las 15 cosas ridículas que mis ex han hecho después de terminar la relación (muchas cosas fueron hechas por la misma persona):

1. Pedirle a su mamá que me llamara a insultarme.

2. Amenazar con suicidarse. Puras mentiras, nunca lo hizo.

3. Embarazar a otra. Ok, esto no fue inmediatamente después, pero sí buscó que la relación terminara porque ya estaba haciéndole ojitos a la chava y como al mes, ella ya estaba embarazada. 

4. Hacer que uno de sus amigos me llamara pidiéndome que regresara con él.

5. Regresar con su ex. Sí, la anterior a mí.

6. Intentar pegarme.

7. Dejarme tirada a media calle. Según él, "para darme una lección".

8. Decirme que ojalá me muriera pronto. Tampoco pasó.

9. Buscar a una chava parecida a mí, en el mismo lugar donde estábamos, y besarla enfrente mío. No sé cuál era su punto, la verdad.

10. Insultarme en todas las redes sociales y pedirme luego que mejor lo bloqueara. No necesitaba pedirlo, la verdad.

11. Hacer una fiesta en un putero. Ok, esto no fue inmediatamente después, de hecho, me llamó desde el putero en el que estaba con sus primos para mandarme a la mierda. Yo sé, muy especial él.

12. Pedirme un trío con otra chava que le gustaba. En su lógica, yo no lo iba a hacer siendo su novia y le daba pena preguntar, pero como ya había terminado todo, tal vez sí me animaba y después ya no nos tendríamos que ver nunca más. Por si tienen la duda, no lo hice.

13. Empezar a salir con una de mis mejores amigas en esa época. Tampoco fue inmediatamente después, pero siento que cuenta. Ella ya no es mi amiga, curiosamente, porque ella fue la ofendida en toda la situación. Meh.

14. Subir a redes sociales un video diciendo que yo le había destruido la vida. Les juro que no soy tan mala persona.

15. Y, la típica que no es inmediato, pero que a todos nos ha pasado. Andar con la chava de quien siempre sospeché, pero que siempre me dijo "ella ni me gusta, es fea y me cae mal, no tenés nada de qué preocuparte ahí". Yeah fucking right.

En fin, a todos nos ha pasado algo ligeramente ridículo al terminar una relación, ¿no?

Estoy segura que alguna (o millones) cosa ridícula he hecho yo también, pero ese ya es otro tema. Lo que sí es cierto, es que siempre espero algún tipo de cagadal de la otra persona, siempre estoy a la defensiva y por eso, ya no me afectan la rupturas como a otras personas (de eso escribiré otro día).

Hasta la próxima, my darlings.

Joyce, la amargada. 😎