lunes, 20 de marzo de 2017

Un lugar...

Todos tenemos un lugar que nos hace felices, que nos hace sentir completos, que nos da paz.

Ese lugar al que siempre queremos regresar o que no queremos dejar.

Ese lugar en el que formamos sueños e imaginamos toda una vida.

Ese lugar que hace que nos sonría el alma, que nos acelera el corazón y que nos llena de inspiración y esperanza.

Todos tenemos un lugar que reclamamos como nuestro por lo que nos ha hecho sentir.

Y, muchas veces, ese lugar es una persona.

jueves, 16 de marzo de 2017

FA-BU-LO-SA

Los que ya me conocen saben que he tenido problemas muy fuertes con mi aspecto físico, de hecho, ya lo he mencionado varias veces en este blog.

Y el problema principal es mi peso. Odio mi peso. Odio no ser más delgada. Odio verme en fotos y decirme a mí misma "ala gran puta, qué gorda".

Pero también vengo trabajando en aceptarme y amarme cómo soy. No ha sido fácil pero cada día siento más amor hacia mi persona, tal y como soy.

Dentro de todo esta nueva actitud hacia mí misma, me ha sido complicado lidiar con los comentarios, miradas y actitudes de los demás hacia mí. Muchas veces voy bien con cómo me siento respecto a mi apariencia y por el comentario inoportuno se me viene todo para abajo.

Obvio que les cuento esto como intro porque les tengo una historia y, déjenme decirles, que aunque pude haberla evitado, me siento orgullosa de mi actitud.

Hace unos días recibí una solicitud de amistad en Facebook de alguien con quien tenía un par de amigos en común. Como normalmente hago, entré a su perfil para stalkear bien y saber quién era, vi que las amigas que tenemos en común son de confianza y decentes, revisé sus fotos y vi que el susodicho me seguía (o sigue todavía) en Twitter. Así que acepté su solicitud.

Como normalmente hacen muchos, me saludó inmediatamente y me agradeció por haber aceptado su solicitud.
Y, entonces, procedió a preguntarme "y cómo eres?" y yo pensaba "pues, como en la foto weeeeey"
y entonces dijo "cuéntame de ti"...
Yo muy normal, le dije "ah pues, me gusta escribir, tengo dos blogs y me la paso todo el día en social media, en eso trabajo, me gusta mucho y es super alegre"
Él: "Pero, ¿cómo eres?"
Yo: "What? No entiendo, te estoy contando"
Él: "¿Qué experiencias tienes?"
Yo: "Ah?"
Él: "Sexualmente, ¿qué has experimentado? ¿qué te gusta? ¿y drogas?"
Yo: "HAHAHA"
Él: "Cuéntame, ¿qué te gusta?"
Yo: "Nada, no me gusta nada, ni siquiera que me estén preguntando."
Él: "Intercambiar fotos no te gusta, entonces?"
Yo: "No. Chish."
Él: "¿No te gusta porque sos gordita y te da vergüenza?"
Yo: "No me gusta porque no me gusta. Podré ser gordita pero soy fabulosa. Adiós."

Y aguanten que él se ofendió y me bloqueó. HAHAHA.

Como dije antes, pude haber evitado esta terrible conversación si hubiera ignorado la puta solicitud de amistad. Por confiadota bueno está.

Sin embargo, prefiero verle el lado positivo a la experiencia y reconocer que la opinión de este individuo no me afectó y hasta me hizo enamorarme de mí un poquito más.








lunes, 13 de marzo de 2017

Sobre las fotos no deseadas...

Hoy vengo a hablarles de un tema muy serio e importante: las dick pics.

Conozco a alguien que cuando está ebrio o aburrido, supongo e imagino, decide escribir y mandar fotos, a veces hasta videos. Mil veces le dije que no lo hiciera y él muy seguro de sí mismo siempre respondió con un "¿qué, no te gusta?" y la historia terminó el día que le dije "no cerote, no me gustas vos y esa tu mierda tampoco, la tenés bien fea". Y bloqueado.

Los que me conocen y me han leído en redes sociales saben ya que me desagrada demasiado que existan tipos que piensen o se crean con el derecho de mandar fotos de sus cuerpos (o una parte de su cuerpo, para ser exacta) cuando uno no las ha pedido.

Si hay una conversación medio kinky, en la que uno pide la foto (o fotos), está bien, es parte de la emoción del sexting y con la persona adecuada, puede ser alegre.

PERO... En serio, ¿de dónde sacan o en qué momento se les ocurre que enviar una dick pic sin haber sido solicitada está bien?

Sé que no solo a mí me pasa, es algo que he platicado con un montón de mujeres y que todas estamos de acuerdo en que es desagradable y demasiado incómodo. Aunque a veces, la verdad, dan risa por el orgullo con el que presumen sus pequeñeces.

"Gracias por el followback" y BOOM la dick pic.

"Feliz cumpleaños, acá te mando un tu regalo" y BOOM la dick pic.

"Hoy me desperté pensando en ti" y BOOM la dick pic.

A veces uno está almorzando en la oficina, rodeada de gente y sin siquiera saludar ni decir nada... BOOM la dick pic, que hasta el jefe vio.

Tengan gracia.

O sea, qué bueno que tenga la confianza suficiente en sí mismos para andar presumiendo sus miserias y, a veces, sí da risa la actitud de galán que toman algunos... pero no puedo evitar preguntarme, ¿así son siempre? ¿Les presentan a alguien en la calle y se sacan esa onda para saludar?

Y en este tema, hay de todo un poco, hombres que no lo conocen a uno, hombres que tienen años de años de conocerlo a uno, hombres con novia, hombres RE forever alone, hombres jóvenes, hombres ya viejones, etc.

Algunos son más recatados y van como tanteando el terreno, entonces envían foto donde se les ve el bulto, según ellos muy disimulados. Algunos las publican en redes sociales, tipo "hoy toca vestirse formal" o "vean mi nuevo reloj". Ay, por favor.  Muchá, ya sabemos que quieren que uno les vea esa onda.

En fin, por favor, si no se las están pidiendo, no manden la foto. 

lunes, 6 de marzo de 2017

Detox Emocional

Ya es un poco tarde, yo sé, pero para este año me he propuesto hacer un detox emocional.
Les cuento:

Hace muchos años me rompieron el corazón y, aunque siempre intenté no darle mucha importancia, sé que todo lo sucedido con esas personas me cambiaron la vida para siempre e indirectamente me llevaron a un mini breakdown que tuve hace poco.

Sucede que el chavo que me gustaba decidió hacerme caso, me invitaba a salir, me escribía o llamaba todo el tiempo y yo sentía que finalmente había llegado a mí el mentado príncipe azul y que los dos o tres noviecitos que había tenido antes de él, ya ni valían la pena (por si alguno me está leyendo, sorry).

Todo se derrumbó un día que salimos con nuestro grupo de amigos. Él me pidió que nos juntáramos antes solo los dos para platicar y yo juraba que era porque AL FIN me iba a pedir que fuera su novia. Ilusa yo.
Resulta que él me citó antes para decirme que no podía seguir saliendo conmigo en plan romántico pero que sí teníamos una conexión muy buena y que quedáramos como mejores amigos. ¿Mejores amigos? 
Obviamente le expresé mi descontento y confusión ante su decisión y él, desesperado creo, me dijo que yo era de las peores personas que había conocido, que era una bruja, manipuladora, insensible, entre otras cosas... 
Y aquí el twist: cuando llegaron todos los demás, él fue directo con una de mis amigas y le dio un beso digno de Fernando Colunga  y Thalia y se hicieron novios en ese momento. Sí, yo ahí viendo todo. Los quería matar a los dos. 
Con el paso del tiempo, me di cuenta que todo el mentado grupo de amigos procesó la información demasiado bien, no había sorpresa, no había confusión, no habían preguntas al respecto, nada. 
Y entonces, me enteré que todos (ok, no todos pero sí la mayoría) sabían exactamente lo que pasaría aquel terrible día, todos habían participado y ayudado a organizar lo que había pasado. 

Y ahí fue donde se me terminó de romper el corazón. 

No me dolió solo un cerote que se dedicó a hacerle este tipo de cosas a cuantas chavas pudo (algún día hablaremos de él más detenidamente), me dolió la gente que yo consideraba amiga en ese momento. 

Me di cuenta que era "mi culpa" porque confiaba mucho en los demás, porque me dejaba llevar por lo que veía únicamente y no investigaba más y, pues, porque tomaba malas decisiones. 

Después de esto, yo ya no quería seguir tomando decisiones y dejé que muchas personas las tomaran por mí, buscaba a alguien que considerara cercano y le contaba mis historias como buscando aprobación o algún consejo e ignoraba lo que yo realmente pensaba o sentía.
Dejé que la opinión de los demás se hiciera más fuerte que todo y dependía de eso para "tomar mis decisiones". 

Con el tiempo, las personas que me rodean han cambiado pero mi actitud de adolescente insegura, lamentablemente, ha seguido conmigo. 
He dejado que comentarios como "esa chava es muy mierda para ser tu amiga", "ese cerote no vale la pena porque hace diez años que lo vi por última vez era un idiota", "ese chavo está loco y no te conviene, ya ni le hables" etc., afectaran mi toma de decisiones.
Y lo peor, me permití creer que este tipo de opiniones de los demás pesaba más que mi propia visión de las cosas.

Empecé a analizar todo esto desde hace unos días, gracias a una opinión/consejo, que me sonó más como a orden, que recibí de alguien. Y aunque en su momento le dije "sí, yo sé", luego me empecé a enojar más y más, o sea, ¿quién le dio el poder a esta persona de decirme qué hacer?´
Y adivinen... sí, fui yo, yo le di ese poder.
Esta persona, entre muchas más, piensa que tiene el poder de influenciar mis decisiones y mandar sobre lo que YO, y solo yo, puedo sentir.

No me mal interpreten, yo sé que la mayoría de gente busca ayudar al dar un consejo y al emitir su opinión, porque le tienen cariño a uno.

Entonces entre mi análisis regresé hasta la historia que les conté al principio, porque extraño ser la ilusa que espera más de los demás, la ilusa que no cree en el chisme que le cuentan de alguien porque quiere ver más allá, la ilusa que, entre todo, tomaba sus propias decisiones sin ayuda de los demás.

Me toca, entonces, hacer un detox emocional y alejarme de toda aquella persona que solo me llene de chismes, de envidia, de mentiras, de burlas, de actitudes negativas.

Porque, al final, sé que me voy a equivocar en el camino pero haberlo hecho será, de ahora en adelante, asunto mío.
Yo sé que voy a estar bien.