domingo, 22 de mayo de 2016

Qué bonito es Israel

Esta es la historia de la cita más intensa que he tenido en mi vida.

Antes de empezar a contarles, quiero aclarar que en ningún momento busco ofender a nadie ni a su religión con esta entrada, solo es algo que viví. 

Hace unos años, conocí a un judío increíblemente bello, caballeroso y todas esas demás cosas que a uno de mujer le gusta en un hombre. 

Nuestra primera date fue súper normal, un par de cervezas, plática agradable, todo hermoso. 

La segunda date fue muy peculiar.
Empezando con que me dijo que no podía salir a ningún lado pero que me cocinaría algo en su casa, así que al salir del trabajo llegué y desde que entré supe que nada iba a ser como había imaginado. 
Entramos a su casa y su cena fueron dos vasos de agua pura y unas galletas Saníssimo, me explicó que era de las únicas galletas que comía porque tenían sello Kosher. Comer algo simple no me molestaba, yo lo que quería era tener mi date. 
Inmediatamente, procedió a mostrarme el sello y a explicarme el proceso de los alimentos con dicho sello, seguido de un "deberías empezar a comer solo comida con este sello, es por salud física y espiritual". Se imaginarán mi cara mientras él hablaba.

Eso no fue lo peor de todo. 

La date siguió con él diciéndome dónde podía comprar toda la comida que él tiene permitido comer por su religión, me dijo que por favor fuera un día solo a ver el lugar, para irme acostumbrando. 

Comprendo que él fue lo suficientemente sincero y puso sobre la mesa todas sus cartas para que yo supiera a qué me estaba metiendo. 

Entonces dijo "porque mi religión SÍ es importante, necesito pedirte algo. Por favor, si vas a salir conmigo, ya no fumes. Si puedes evitar comer carne de cerdo, también te lo agradecería. Y por último, sé que ya tienes algunos y no sé puede hacer nada contra eso pero no quiero que te hagas más tatuajes porque no me gustan y mi religión no los aprueba". 

En fin, estaba a punto de salir corriendo de su casa cuando me dijo "cuando tengamos hijos, preferiblemente que sean dos, quisiera que estudien en el Colegio Whatever (no me acuerdo del nombre hahaha), que los criemos bajo mi religión y que hablen principalmente inglés". 

Recuerdo que cuando empezaba a salir con él, pregunté en alguna red social si la diferencia de religiones era algo a considerar en una relación. Y déjenme decirles que sí.
Sí se debe considerar. Sí es algo importante.

Debo reconocer, que él diciendo todo eso en un mismo día fue lo mejor. Al salir de su casa, yo sabía exactamente qué quería con él: NADA. 

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