lunes, 8 de noviembre de 2021

8 de noviembre, 2021

A partir de hoy, escribiré un diario como ejercicio para calmar mi mente y darme claridad en muchos aspectos. 

Parece imposible, a veces, dejar de comparar personas, situaciones, sentimientos del pasado con el torbellino de emociones y pensamientos que me inundan en estos momentos...


Hace algunos años, perdí a mucha gente que consideraba amigos. En el ratito no fue bonito y claro que me dolió pero ahora que me encuentro recordando a algunos de ellos, me doy cuenta que no los he extrañado, que no eran fundamentales en mi vida y que sobreviví perfectamente bien sin ellos. 

Lo que me llevó tiempo entender y, tal vez, hasta hoy estoy logrando unir cada punto, es que aparte de que esas personas no eran amigas realmente, fue una forma de empezar a vivir por mí y para mí. 

En esa época, yo acababa de vivir algo traumático y muchas personas se alejaron porque no les gustaba cómo YO reaccionaba a lo que YO estaba viviendo. Muchas personas parecían reclamarme el que actuara de acuerdo a lo que YO sentía. 

Y estaba muy complicado, la verdad, tener que vivir por alguien más y de acuerdo a lo que alguien más espera de uno, ¿no?

Al final, comprendo perfectamente que esa gente debía irse de mi vida porque ese ciclo debía terminar y ya. 

Esos tiempos fueron muy oscuros para mí y mi único objetivo era terminar con el dolor que sentía, quería dejar de sentir, dejar de llorar, dejar de vivir. 

Muchas cosas han pasado desde esos tiempos para ahora... sin embargo, sé que estoy cerrando o terminando otro ciclo de mi vida. Estoy dejando atrás personas, otra vez, y cosas que pensé que siempre serían parte de mí. Esta vez, estoy dejando atrás sueños que siempre tuve y con ellos, un sentido de seguridad. 

Pero siento que mi forma de verlo todo ahora ha cambiado, no me duele perder personas, o al menos no duele como dolió hace años... Simplemente agradezco por las personas que siguen conmigo en esta etapa y en todo lo nuevo que viene. 

Estoy soltando un sueño, y es uno grande, pero estoy segura que vienen más sueños que sí podré cumplir. No me interesa ya saber si alguien más está de acuerdo a cómo enfrento mis batallas porque tengo más claro que la única opinión que debe importarme es la mía.

Antes pensaba que era una actitud egoísta y me daba vergüenza buscar mi bienestar emocional pero ahora entiendo que no es egoísta, es lo mejor. 

Una vez más, comprendo perfectamente que muchos no pueden quedarse, que deben estar de lejitos, digamos, nada más. Ahora lo estoy entendiendo antes y más rápido. 

Es irónico, hace años cuando lo único que quería era morirme, mi salud estaba en perfecto estado. Y ahora que mi salud es la que está en la línea, no quiero nada más que vivir. Qué contrariedad. 

Pero, al mismo tiempo, qué perfecto que mi ganas de vivir ahora sean tan fuertes. Lo suficientemente fuertes para saber que esto lo voy a ganar YO. Por mí. Para mí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario